¿Sin Luz?: la falta de especialización detrás de las fallas

Por Ignacio Brain, Director Engineering-&-Manufacturing Michael Page

Lo común es culpar a la empresa de abastecimiento eléctrico por la poca eficiencia en la reposición del suministro, cuestionando la escasa capacidad de reacción frente a este tipo de catástrofes que podrían haberse previsto. Sin embargo, la gran problemática ante estas situaciones no es el porqué o el cómo, si no más bien el quién.

El dilema no es que las empresas no cuenten con un plan de contingencia ante cualquier tipo de eventualidad, si no la poca capacidad de ejecución y la escasez de los recursos humanos que se destinan a este tipo de escenarios. Muchas veces los colaboradores de las compañías no cuentan con la expertise adecuada para resolver y reaccionar oportunamente ante distintas circunstancias, aún cuando las filiales posean excelentes planes de emergencia.

En Chile, el mercado de profesionales es acotado. Nuestra tasa de desempleo es cercana al 7,5% y no existen políticas de emergencia claras. Esta situación bien podría revertirse si las entidades públicas y privadas destinaran más recursos a capacitaciones o entrenamientos para trabajos temporales tales como: jefes de obras para trabajos específicos, técnicos de mantenimiento, o bien, cargos gerenciales que se enfoquen en la realización de planes de contingencia, para responder rápidamente a situaciones como las del pasado fin de semana, en las que más de 25 mil familias se quedaron sin luz.

Existe una masa de fuerza laboral dispuesta a trabajar por proyectos, integrada por personas necesitan tener una mayor flexibilidad para distribuir sus tiempos, que muchas veces pueden llegar a alcanzar salarios más altos que si estuviesen trabajando bajo un solo empleador con horarios y proyectos establecidos. Creemos que la solución a la lentitud con la que se responde la ejecución de soluciones ante las eventualidades tiene que ver con abrirse a las posibilidades de flexibilidad laboral, establecer políticas más claras y destinar recursos al capital humano disponible. De este modo, también podríamos reducir la cifra del 7,5%, ya que contaríamos con trabajadores altamente calificados y perfiles idóneos para formar parte de estos equipos para situaciones de crisis.


Fuente:
Humberto Senarega
Siguiente Anterior
*****