Mamá: ¡muchas gracias por mi inteligencia!

Dr. Franco Lotito C. – Académico, Escritor e Investigador (UACh) www.aurigaservicios.cl


“La ventaja de ser inteligente, es que así resulta más fácil pasar por tonto. Lo contrario es mucho más difícil, por no decir imposible” (Kurt Tucholsky, periodista y escritor alemán)

“La principal diferencia entre inteligencia y estupidez, es que la inteligencia… tiene límites”

En un mundo, donde prima un machismo a destajo y que “brilla” por sobre otras consideraciones, el título de este artículo puede parecer como algo “exagerado” y “extravagante”, sin embargo, lo cierto, es que diversas investigaciones y estudios internacionales han comprobado –sin dejar mucho espacio para las dudas–, que la inteligencia se hereda a través de los genes de la madre, los cuales desempeñan un papel predominante en el desarrollo de aquellas áreas del cerebro de sus descendientes, responsables del coeficiente intelectual. En tanto que lo verdaderamente novedoso sería que los genes del padre podrían estar influyendo en aquellas partes del cerebro y de la mente relacionadas con las emociones. ¿Qué le parece al lector(a) esta importante y llamativa información?

EL MEJOR PREDICTOR DEL COEFICIENTE INTELECTUAL

Uno de los estudios más reveladores acerca de este planteamiento fue una investigación longitudinal realizada por el Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit de Estados Unidos. Esta investigación tomó como grupo de estudio a 12.000 jóvenes entre 13 y los 22 años, los cuales fueron entrevistados anualmente durante un proceso investigativo de varios años. Se analizaron y cruzaron distintas variables, tales como el color de piel, el nivel sociocultural y el nivel económico de estos miles de jóvenes, y se descubrió, que el indicador que mejor predijo el nivel de inteligencia de cada sujeto, fue el coeficiente intelectual de la madre.

Ahora bien, si vamos un poco más allá de la genética, nos encontramos con diversas investigaciones que demuestran que la madre –a través de los estímulos que entrega día a día a sus hijos– ejerce un rol relevante en el desarrollo intelectual y cognitivo de los niños. Asimismo, varios otros estudios sugieren que el apego materno, es decir, ese fuerte vínculo de confianza entre madre e hijo, está directamente relacionado con la inteligencia futura del infante.

EL APEGO MADRE-HIJO Y SU RELEVANCIA PARA EL DESARROLLO INTELECTUAL DE LOS NIÑOS

Otra investigación de la Universidad de Carolina del Norte de Estados Unidos descubrió que los niños que lograron desarrollar con éxito un apego seguro y confiable con la madre, eran capaces de llevar a cabo una serie de juegos simbólicos de mayor complejidad que otros infantes sin este vínculo de apego y confianza. Esto por un lado. Por otra parte, los niños que desarrollan un apego fuerte con la madre, cuando crecen tienden a ser más perseverantes en el logro de sus metas, mostrando, además, un mayor nivel de autocontrol y tolerancia a la frustración. Por lo que se deduce de estos estudios, se puede afirmar que el “apego seguro” madre-hijo entrega las bases fundacionales para que los menores puedan crecer con un mayor grado de confianza en sus competencias y en sus posibilidades de tener éxito, siendo capaces de afrontar retos y desafíos sin descorazonarse, con el objetivo final de resolver de manera efectiva los problemas que se le presenten en el día a día. Esto podría ser el equivalente a lo que se denomina como resiliencia, es decir aquella capacidad de seguir adelante no obstante las caídas y obstáculos con los cuales se topan las personas. Es preciso destacar, asimismo, que las mamás que entregan a sus hijos este apego seguro, son aquellas que están en condiciones de estimular más y mejor a estos niños, con el objeto de que puedan crecer y avanzar en su desarrollo cognitivo.

Dada esta realidad, si una mujer desea tener un hijo inteligente, ya casi no vale la pena acudir a un banco de espermas de quienes han sido ganadores del Premio Nobel. De acuerdo con las investigaciones, lo más recomendable para ellas, será que se busquen hombres que sean “poco complicados” (por el tema del manejo de las emociones). En tanto que aquellos hombres interesados en el Coeficiente Intelectual (C.I.) de sus descendientes, entonces lo mejor que pueden hacer, es dejar su machismo –y sus miedos inconscientes– a un lado y descubrir el inmenso atractivo de aquellas mujeres que son inteligentes. (Un dato a tener en cuenta: el machismo hace referencia a aquella actitud o manera de pensar de aquellos sujetos que sostienen que el hombre es, por naturaleza, superior a la mujer).

PREGUNTA IMPORTANTE: ¿QUÉ PORCENTAJE DE LA INTELIGENCIA ES POSIBLE HEREDAR?

Los investigadores que se han avocado a estudiar este aspecto de la inteligencia señalan que entre un 45 y un 55% de la inteligencia se transmite a través de los genes, lo cual, nos permite visualizar que hay una parte significativa del C.I. –alrededor del 50%– que se desarrolla plenamente sólo si los condicionantes (o factores) familiares, sociales y personales son favorables, buenos o positivos. Bien vale la pena recordar, que de acuerdo con William Stern –psicólogo alemán y científico que acuñó el concepto de Coeficiente Intelectual para designar la relación existente entre la edad mental y la edad cronológica de las personas–, la inteligencia no sería otra cosa que la capacidad que tenemos los seres humanos para resolver problemas.


Al respecto de este tema, es preciso destacar, que no existe una “zona específica” del cerebro que pueda considerarse como la encargada de solucionar problemas, sino que todo nuestro cerebro, en su totalidad, es el que funciona de manera holística (o global) para efectos de abordar cualquier tarea o desafío que requiera de la aplicación de nuestras habilidades intelectuales. Y para complicar aún más las cosas, nosotros no sólo utilizamos el pensamiento racional para estos fines, sino que también entra a jugar un rol relevante el “pensamiento del tipo heurístico” (o “estrategias del descubrimiento”), así como la intuición y las emociones, las que suelen estar más vinculadas con la herencia genética que proviene por parte del padre.

¿EL GRAN DESAFÍO PENDIENTE? ¡ESTIMULAR Y POTENCIAR LA INTELIGENCIA DE LOS NIÑOS!

Hace un tiempo atrás –en función de las evidencias disponibles–, fueron dos investigadores de la Universidad de Cambridge, quienes dieron a conocer la existencia de ciertos genes llamados “genes condicionados por el sexo”, es decir, genes que se comportan de manera diferenciada de acuerdo con su origen o proveniencia. ¿Qué significa esto? Que algunos genes condicionados funcionan, solo y exclusivamente, si provienen de la madre. Este mismo gen, si se hereda a través del esperma del padre en lugar del óvulo de la madre, es “silenciado”, es decir, no se desarrolla y no “florece”.

Lo anterior, probaría que los genes de la madre contribuyen en mayor medida al desarrollo de los centros de pensamiento o funciones ejecutivas del cerebro, en tanto que los genes del padre tienen una mayor incidencia en el desarrollo del cerebro límbico o emocional.

Ahora bien, en función de la información que se ha entregado en este artículo, los padres tienen sobre sí la gran responsabilidad de comprender que ellos pueden contribuir enormemente en que sus hijos –a través de una estimulación apropiada a cada etapa del desarrollo infantil–, vayan desarrollando habilidades cada vez más complejas y superiores en los menores. Esto debe hacerse de tal manera, que se pueda atender a las necesidades emocionales y lúdicas de cada niño y, por cierto, en su justa medida.

Quiero finalizar este escrito, con una reflexión del Dr. Daniel Goleman, psicólogo norteamericano, responsable de haber puesto en la boca de todos el concepto de Inteligencia Emocional (I.E.), quien señala, que lo que realmente importa para el éxito, carácter, felicidad y logros vitales de un ser humano, es un conjunto de habilidades sociales, y no sólo de aquellas habilidades cognitivas que son medidas por los test convencionales de coeficiente intelectual (C.I.).

¿Por qué razón destaco esto? Muy sencillo. Porque mi colega, el Dr. Howard Gardner, especialista en temas relacionados con la inteligencia, demostró la existencia de lo que hoy llamamos las “Inteligencias Múltiples”, poniendo en evidencia, que no sólo existiría la inteligencia lógico-matemática, sino que también la inteligencia verbal (o lingüística), la inteligencia musical, la inteligencia cinestésica (o kinestésica), la inteligencia naturalista, la inteligencia espacial, la inteligencia intrapersonal, la inteligencia interpersonal (estas dos últimas conforman la Inteligencia Emocional) y, finalmente, la más reciente que se ha descrito: la inteligencia existencial, es decir, aquel tipo de inteligencia propia de aquellos sujetos que se cuestionan las características existenciales de la condición humana, tales como el significado de la vida y de la muerte, el destino final de aquello que llamamos mundo físico y espiritual, intentando responder la pregunta acerca de cuál es, en definitiva, nuestra misión (meta, objetivo, finalidad) en nuestro paso por este hermoso –aunque muy maltratado– planeta llamado Tierra.


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