Diabetes: La epidemia de la enfermedad del azúcar (parte I)

Dr. Franco Lotito C. Académico, Escritor e Investigador (UACh) – wwwaurigaservicios.cl


“Cuanto más saben las personas sobre diabetes, mayor es su capacidad de controlarla de un modo flexible, permitiéndole una mayor libertad día a día” (Dr. George Alberti, especialista británico en Diabetes Mellitus).

De acuerdo con los datos y cifras que entrega regularmente la Organización Mundial de la Salud, el número de personas que desarrollaron diabetes en el mundo aumentó de manera epidémica de 108 millones de personas en el año 1980 a nada menos que 430 millones en el año 2015, en tanto que la prevalencia de la diabetes en adultos mayores de 18 años se incrementó del 4,7% en el año 1980 a casi un 9% de la población –en promedio país– en el año 2015, y durante el 2015 fue la causa de muerte de alrededor de cuatro millones de personas, siendo algunos de los países más afectados Estados Unidos, México, Chile, Brasil, entre muchos otros.

¿Por qué razón es preciso prestar atención a esta enfermedad? Porque la diabetes es una importante causa de ceguera (Retinopatía Diabética), disfunción o insuficiencia renal, infarto al miocardio, accidentes cerebrovasculares (apoplejías), así como de la amputación de las extremidades inferiores, entre otros efectos negativos.

La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica, irreversible y sistémica que ataca a diversos aparatos del cuerpo humano y corresponde a un conjunto de trastornos metabólicos que se caracteriza por “la elevación crónica de la concentración de glucosa en la sangre”, síntoma que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza de manera eficaz la insulina que produce. Desde el punto de vista formal, esta definición –tomada del Manual de Diabetes de Gareth Williams y John Pickup (2004)– describe varios tipos de diabetes, por cuanto, la elevación constante de glucosa en la sangre (glicemia), es una característica principal de la Diabetes Tipo 1 y la Diabetes Tipo 2.

Cuando el páncreas no produce insulina, hablamos de Diabetes Tipo 1 (antes era llamada insulinodependiente o juvenil) caracterizada por la ausencia de síntesis de insulina.

La Diabetes Tipo 2 (antes era llamada diabetes no insulinodependiente o del adulto) tiene su génesis en la incapacidad del organismo para utilizar de manera eficaz la insulina, condición que muy a menudo es consecuencia del exceso de peso y/o por la inactividad física.

Uno de los graves problemas de esta enfermedad, es que tiende a mantenerse “silenciosa” en nuestro organismo, en función de lo cual, demasiado a menudo, es detectada de manera tardía y cuando el daño en el cuerpo ya está hecho y es irreversible. Lo que hace esta patología, es afectar la capacidad del organismo de transformar el azúcar (glucosa) en energía.

Luego de cualquier comida que ingiere una persona, el nivel de azúcar en la sangre sube, lo cual, de manera inmediata pone a funcionar nuestro páncreas, una de cuyas funciones es producir insulina, liberándola en el flujo sanguíneo.

LA INSULINA Y SU RELACIÓN CON LA DIABETES

La insulina es una hormona que tiene la capacidad de controlar y regular la cantidad de glucosa en la sangre, en tanto que la glucosa representa para el organismo humano la principal fuente de combustible y energía. La insulina es producida por las células beta del páncreas y es liberada al torrente sanguíneo en el instante mismo en que se incrementa el nivel de glucosa luego de la ingesta de alimentos.

La función de la insulina es permitir que la glucosa ingrese en las células del cuerpo, con el fin de ser utilizada como: (a) fuente de energía, (b) y para ser almacenada para necesidades futuras. La producción de insulina se genera en el momento de ingerir hidratos de carbono (carbohidratos, glúcidos o sacáridos) tales como dulces, pastas, pan, arroz, cereales, legumbres, etc.

Sin embargo, cuando una persona se enferma de diabetes, el páncreas no produce la insulina necesaria, o bien, el organismo del sujeto no está en condiciones de responder en forma normal a la insulina que produce. En este sentido, los pacientes diabéticos puede que no tengan suficiente insulina a disposición, o bien, no sean capaces de utilizarla de manera apropiada. Cuando esto sucede, el azúcar se acumula directamente en la sangre y luego fluye con la orina, saliendo del cuerpo sin que ésta se haya usado: ésta es la razón por la cual la persona se ve privada de una gran fuente de energía.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA DIABETES?

Hay mucha gente que no tiene claro si la diabetes es una enfermedad que se “hereda” de los padres o si se adquiere con los años. Hoy en día se sabe que la diabetes responde tanto a factores genéticos, como así también a factores externos que se “adquieren” o que se desarrollan, y que juegan un papel muy importante en la aparición de la diabetes. En el caso del factor genético, lo que se hereda es la predisposición a generar una diabetes, es decir, si la persona tiene algún pariente cercano de primer grado que padece esta enfermedad como producto de su carga genética, el sujeto tiene más probabilidades de desarrollarla y corresponde a la llamada Diabetes Tipo 1 o insulinodependiente.

Ahora bien, el alza de peso –tener obesidad o sobrepeso– y la diabetes están estrecha y directamente relacionadas, más aún en aquellos casos en que el paciente sufre de Diabetes Tipo 2, conocida también como insulino no dependiente. A modo de ejemplo, se señala que por cada kilo de exceso de peso se incrementa en un 5% las probabilidades de contraer la enfermedad, en tanto que la obesidad disminuye hasta en ocho años las esperanzas de vida.

En el caso de la Diabetes Tipo 2, además del sobrepeso, otros factores que podrían incidir en el desarrollo de una diabetes son: el sedentarismo y falta de ejercicio físico, mantener una dieta desequilibrada, consumo en exceso de alimentos energéticos ricos en grasas o azúcares, la edad de la persona, experimentar un daño en el hígado producto de un accidente, tener un sistema inmunológico defectuoso, adquirir un virus que destruye las células hepáticas, por acumulación de estrés e incluso como consecuencia de un embarazo. La diabetes Tipo 2 da cuenta del 90% de todos los tipos de diabetes y está asociada directamente con el estilo de vida occidental.

De ahí la importancia de lo que señalaba el Dr. George Alberti, en el sentido, de que las personas deben, necesariamente, educarse, con el objetivo de que lleven un control estricto y adecuado de su enfermedad y cambien su estilo de vida. Esto significa que los pacientes que son diabéticos no pueden limitarse, por ejemplo, exclusivamente a inyectarse insulina en las mañanas y a continuación olvidarse de mantener ciertas restricciones durante el resto del día. Por el contrario: debe haber mucha perseverancia en mantener el tratamiento al pie de la letra, realizando todas aquellas acciones que ayudarán al paciente a mantener los índices correctos de azúcar en su organismo, de otra forma, las consecuencias pueden ser desastrosas, incluyendo la muerte de la persona.

En función de la mucha información que tengo a disposición en relación a esta enfermedad, en la segunda parte de este escrito responderé a varias preguntas, entre ellas: ¿CÓMO SABER SI TENGO DIABETES? También analizaré los tipos de diabetes que existen (Diabetes Tipo 1, Diabetes Tipo 2, Diabetes Gestacional, Diabetes Autoinmune y Diabetes Secundaria), así como su nivel de peligrosidad para el ser humano.

Se sobreentiende que la idea de entregar toda esta información, es con el fin de ayudar a los interesados en el tema a prevenir la enfermedad. Ahora bien, si la persona desarrolló una diabetes, entonces cuanto antes comience el sujeto a tomar conciencia acerca de su enfermedad –y la acepte–, tanto antes también aprenderá a vivir con ella.


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