El festival de patadas de las plantas a sus productores

Fedeleche denunció ahora el intento de quiebre de los esfuerzos asociativos a través de la equiparación del bono de volumen. Hace tres años, la industria ya había acabado con el Bono de Desarrollo que financiaba a los gremios.

A inicios de 2015, a través de, cartas a sus proveedores, las plantas dieron un verdadero espolonazo a las asociaciones productores de lecheros. Hasta ese entonces, las agrupaciones eran las directas beneficiadas del modelo de gestión del Bono de Desarrollo, el que consistía, en una de sus partes, en la retención de 0,30 pesos por litro de cada productor que la planta abonaba a las cuentas de los gremios, lo que cambió radicalmente cuando determinó comenzar a pagar íntegramente el valor por litro de leche a los productores, dejando al libre arbitrio de estos si querían o no destinar algo a su asociación…

El golpe no sólo afectó a los gremios. El Bono de Desarrollo contemplaba además otros dos ítems que, junto con los 0,30 pesos por litro para las asociaciones, sumaban una retención de $1,2 para destinarlos a las sociedades Promolac (cuyo objetivo es incentivar el consumo de leche con campañas como “Yo Tomo”) y también al Consorcio Lechero que hoy es financiado casi exclusivamente por las plantas en forma directa y ha sido sucesivamente emplazado por ello.

Para efectos de los gremios, el “desangre” ocasionado por el término de las retenciones por parte de las plantas para asignarles recursos fue inmediato: ya con la totalidad de la liquidación en su poder, fueron muchos los productores que no hicieron el traspaso de los recursos a sus organizaciones de manera directa, debilitándolas como nunca antes.

Hoy, en entrevista con El Austral de Osorno, el presidente de Fedeleche, Rodrigo Lavín, aseveró que este 2018, la asociatividad ha recibido un nuevo golpe. En reunión sostenida en Santiago con el ministro de Agricultura, Antonio Walker, la federación denunció que las plantas están diseñando una nueva estrategia para desincentivar los proyectos asociativos entre agricultores por medio de la equiparación del bono de volumen, que establece un tope en el pago por la leche a las sociedades, por lo que a los productores les resulta más conveniente negociar en forma individual.

Frente a este escenario, Rodrigo Lavín indicó a El Austral que Fedeleche, en conjunto con las asociaciones regionales, ha impulsado con mucha fuerza la asociatividad, para balancear el poder negociador de los agricultores frente a la alta concentración de las industrias, lo cual se ha visto dificultado -según denunció- por el mismo sector industrial.

"Cuando ya estamos logrando un cierto número de productores asociados, la industria elimina los bonos mediante los cuales la asociatividad se sustentaba. Por lo tanto, sabemos que estamos en la línea correcta, porque no quieren que tengamos un poder negociador fuerte, nos quieren lo más atomizados posible, de tal manera de no tener muñeca para negociar", acusó Lavín.

Una de las instancias asociativas que se está viendo perjudicada por esta nueva “patada” es Torrencial Lechero, sociedad constituida por 35 socios que denunció que Prolesur no sólo eliminó el bono volumen: también está incentivando bonos de crecimiento de productores individuales, tratando de partir a los grupos que en este escenario están siendo condenados a desaparecer.

GUERRA DE DEMOLICIÓN

Fuentes de la industria se defienden señalando que ellos no iniciaron el fuego y que el término de la fórmula de gestionar el Bono de Desarrollo a inicios de 2015 fue una respuesta a la denuncia que en el mes de agosto de 2014 interpuso en su contra Fedeleche ante el Tribunal de la Libre Competencia, la que meses más tarde fue archivada, sin resultados.

La división siguió acrecentándose: en 2016, Fedeleche salió del Consorcio Lechero –que desde 2005 había sido formado justamente para unir a todos los actores de la cadena en torno a objetivos comunes-; luego, los productores de Valdivia –Aproval- abandonaron Fedeleche. Más tarde, la industria fue nuevamente sacada al pizarrón con una denuncia ante la Fiscalía Nacional Económica FNE, la que acaba de archivar la causa en enero de 2018, sin encontrar delitos en la forma como se paga la leche a los productores. Promolac S.A, mientras tanto, se encuentra sin movimiento y, por lo tanto, el plan conjunto para promover el aumento del consumo de lácteos fue abandonado.

En el intertanto, las cifras señalan un estancamiento de la producción en la última década, cierre de 4.000 lecherías en una década y otras tantas en proceso. Del sueño exportador queda muy poco, con importaciones de lácteos al alza, y se siguen buscando fórmulas para transparentar el mercado de compra de leche para ver si de alguna vez por todas, se determina dónde está el problema en medio de la verdadera nube de polvo en medio de esta guerra de demolición al interior de la denominada “cadena láctea”.

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