El miedo acompaña nuestras vidas

Por: Hugo Pérez White

El miedo es una sensación de angustia que es parte de nuestra existencia y afecta negativamente a nuestras vidas y a pesar un proceso individual, se transforma en un fenómeno colectivo según sean las circunstancias y tiene sus grados de intensidad como la temperatura al cuerpo o el calor del sol al medio ambiente y otras formas de gradación que puede llegar a extremos vitales atentando con nuestra existencia.

El miedo puede transmitirse de una persona a otra y también puede transformarse en una sicosis colectiva y convertirse en una tragedia con nefastas consecuencias.

Tenemos miedo a la muerte a pesar que es un hecho natural en la vida, pero, la juventud no la concibe como tal en su agenda diaria y realiza actos cuestionables, no tienen miedo a nada y no excluyen las acciones extremas que de por sí encierran un peligro inminente como se ha podido detectar en trágicos accidentes automovilísticos o de otra índole con consecuencias impredecibles que han sumido en el dolor a numerosas familias.

La adrenalina involucrada en estos actos, nutre las mentes de los implicados, por lo tanto, sólo se actúa, sin imaginar las consecuencias.

Otras veces el miedo se lleva por dentro y no se expresa en el rostro, como sucede cuando se aborda un avión para iniciar un largo viaje programado con mucha antelación y mientras el avión rompe las nubes turbulentas, la preocupación está a flor de piel y el corazón palpita más aceleradamente que lo habitual.

Se siente miedo cuando se viaja en barco y en la noche se ve solamente la estela que deja el barco al romper las turbulentas aguas y en esos momentos pasan por nuestra mente las más escabrosas escenas de terror.

Existe miedo al calentamiento global de la Tierra cuyos efectos ya estamos presenciando y experimentando a la vez, corroborando los estudios científicos que concluyen más allá de las hipótesis, que el desastre ecológico se nos avecina raudamente y los más damnificados serán las futuras generaciones porque ya no gozarán de las bellezas naturales de las que hoy podemos disfrutar.

Se experimenta miedo cuando los temblores y terremotos asolan a un país por el pánico que producen en la población afectada y como consecuencia traumática se siente miedo a la soledad, a la muerte como un hecho natural y los efectos sicológicos que produce el miedo.

Se produce una sensación de orfandad como sucede con los continuos asaltos a las viviendas con violencia a las personas, pese a los resguardos que se puedan tomar haciendo que el miedo se convierta en una enfermedad sicosomática y eso sí que es preocupante como la tragedia sísmica que sacudió con extrema dureza a gran parte del país y cuyos efectos sicosomáticos mostrarán sus efectos por el resto de nuestras vidas.

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