¿Por qué fallan las redes de telefonía celular?

Fuente: Transmedia. Por: Mario Romero.
¿Por qué fallaron las redes de telefonía celular aquélla fatídica madrugada del 27 de febrero en Chile cuando fuímos azotados por un terremoto grado 8.8 y un tsunami?
¿Por qué luego de una réplica 6.9 Richter ocurrida el jueves pasado también se cayeron?
Los operadores argumentaron que era culpa del exceso de tráfico (efecto "Año Nuevo le dicen) pero no convenció a muchos y mientras se escucharon declaraciones trasnochadas de algunos (ahora ex funcionarios) que añoran por una empresa de telecomunicaciones estatal, la urgencia deja en el pasado esos anhelos sesenteros en un eco que retumbará en el olvido.
Ante la primera tragedia, la Asociación de operadores de telefonía móvil, ATELMO declaró a través de su vocero Guilleromo Pickering que "muchas antenas ubicadas en zonas estrátegicas funcionan con baterías, y ellas tienen una duración útil"
Ante ello, la pregunta es ¿Realmente los operadores están preparados para darnos un buen servicio ante este tipo de tragedias?.
La respuesta inmediata es un no rotundo y validado con la opinión ciudadana que en una encuesta publicada este sábado por el diario chileno La Tercera que castigó duramente a las tres operadoras del país por su escaso aporte durante el terremoto y luego de el.
Para un país con una penetracion móvil de un 100% las explicaciones no han sido suficientes y las exigencias del usuario van de la mano de una grado de frustración como experiencia de uso.
Si bien es cierto que la magnitud del mega sismo fue uno de los mayores del mundo, las antenas repetidoras de señal no se cayeron (salvo en zonas puntuales donde el maremoto afectó vastos territorios) pero resulta increíble que la segunda región más poblada del país como Concepción se haya quedado varios días sin servicio.
También es paradójico y por cierto con apoyo mediático, una de las empresas haya logrado instalar en tiempo record telefonía móvil satelital en la Isla Juan Fernandez la cual resultó devastada por un maremoto el cual nadie tuvo la gentileza de avisar.
Es importante poder sacar lecciones constructivas de todo esto y la industria móvil en Chile, que luego tendrá dos nuevos oferentes, deberá aplicar medidas claras y precisas que no sólo se orienten a regalar minutos en zonas de catástrofe o a descontar paupérrimos 200 pesos por falta de servicio cuando la magnitud de la tragedia requiere que todas ellas se pongan a la altura de las cirscuntancias.
El país está maduro y con sendos avisos en la prensa no se solucionan los problemas de fondo, pues con intenciones no se arregla la raíz de la crisis.
Si acaso la industria móvil chilena desea aprender una lección, que revise lo ocurrido en el terrremoto de Perú en 2007, donde muchas vidas se salvaron gracias a la telefonía móvil ante un sismo de 7 grados. (que fue la magnitud medida en Santiago).
Acá estamos todos para salir adelante y no esconder la cabeza en la tierra como lo hacen las avestruces.
¿Por qué fallaron las redes de telefonía celular aquélla fatídica madrugada del 27 de febrero en Chile cuando fuímos azotados por un terremoto grado 8.8 y un tsunami?
¿Por qué luego de una réplica 6.9 Richter ocurrida el jueves pasado también se cayeron?
Los operadores argumentaron que era culpa del exceso de tráfico (efecto "Año Nuevo le dicen) pero no convenció a muchos y mientras se escucharon declaraciones trasnochadas de algunos (ahora ex funcionarios) que añoran por una empresa de telecomunicaciones estatal, la urgencia deja en el pasado esos anhelos sesenteros en un eco que retumbará en el olvido.
Ante la primera tragedia, la Asociación de operadores de telefonía móvil, ATELMO declaró a través de su vocero Guilleromo Pickering que "muchas antenas ubicadas en zonas estrátegicas funcionan con baterías, y ellas tienen una duración útil"
Ante ello, la pregunta es ¿Realmente los operadores están preparados para darnos un buen servicio ante este tipo de tragedias?.
La respuesta inmediata es un no rotundo y validado con la opinión ciudadana que en una encuesta publicada este sábado por el diario chileno La Tercera que castigó duramente a las tres operadoras del país por su escaso aporte durante el terremoto y luego de el.
Para un país con una penetracion móvil de un 100% las explicaciones no han sido suficientes y las exigencias del usuario van de la mano de una grado de frustración como experiencia de uso.
Si bien es cierto que la magnitud del mega sismo fue uno de los mayores del mundo, las antenas repetidoras de señal no se cayeron (salvo en zonas puntuales donde el maremoto afectó vastos territorios) pero resulta increíble que la segunda región más poblada del país como Concepción se haya quedado varios días sin servicio.
También es paradójico y por cierto con apoyo mediático, una de las empresas haya logrado instalar en tiempo record telefonía móvil satelital en la Isla Juan Fernandez la cual resultó devastada por un maremoto el cual nadie tuvo la gentileza de avisar.
Es importante poder sacar lecciones constructivas de todo esto y la industria móvil en Chile, que luego tendrá dos nuevos oferentes, deberá aplicar medidas claras y precisas que no sólo se orienten a regalar minutos en zonas de catástrofe o a descontar paupérrimos 200 pesos por falta de servicio cuando la magnitud de la tragedia requiere que todas ellas se pongan a la altura de las cirscuntancias.
El país está maduro y con sendos avisos en la prensa no se solucionan los problemas de fondo, pues con intenciones no se arregla la raíz de la crisis.
Si acaso la industria móvil chilena desea aprender una lección, que revise lo ocurrido en el terrremoto de Perú en 2007, donde muchas vidas se salvaron gracias a la telefonía móvil ante un sismo de 7 grados. (que fue la magnitud medida en Santiago).
Acá estamos todos para salir adelante y no esconder la cabeza en la tierra como lo hacen las avestruces.







