Piscinas del hogar son el principal peligro de accidentes en verano
Disfrutar de un verano tranquilo, alegre y en compañía de la familia es el anhelo que tiene cada persona cuando sale de vacaciones, evitar accidentes es fundamental para lograrlo, especialmente cuando las altas temperaturas invitan a los niños y jóvenes a sumergirse en piscinas, ríos o balnearios.
El kinesiólogo de la Universidad San Sebastián y profesional de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Base de Osorno, Gonzalo Reyes, afirma que los padres y adultos a cargo de los niños son los principales responsables de evitar accidentes, ello porque según un estudio del Minsal en personas de 0 a 19 años, un 17,6% de las cusas de muerte en Chile se producen por ahogamiento, de los cuales un 54% ocurre en las piscinas del hogar.
Este es un dato lamentable, indicó Reyes porque son accidentes que se producen mayoritariamente entre el viernes y el domingo en horarios de 16 a 18 horas, cuando el cansancio y la distracción de cuidadores se acentúa –sostuvo.
“Según estudios del Minsal el ahogamiento es la 4º causa a nivel mundial y la 1º en hombres de 5 a 14 años de edad, la 5º en mujeres, produciendo 2500 muerte al año, no existiendo diferencia en la altura del agua, vale decir, incluso en pequeñas piscinas los niños pueden ahogarse. Lo importante es considerar que los primeros 10 minutos son cruciales para atender a una persona ahogada, lograr reanimarla, que respire normal, recobrar su pulso, después de 10 minutos se producen severas secuelas neurológicas y después de 25 minutos es altamente probable la muerte”, indica el kinesiólogo de la USS.
Entre las recomendaciones que entrega Reyes está no confiarse por ningún motivo de algunos flotadores como las llamadas “alitas” para los niños, esperar al menos 30 minutos después de haber ingerido alguna comida liviana y entre 1 y 2 horas si se consumió un alimento contundente antes de sumergirse en el agua.
“El problema no es que tengan el estómago pesado y el calambre les dé en esa zona, sino que la sangre que circula en el cerebro baja a la zona abdominal donde se está procesando la abultada ingesta de alimentos, causando fatiga en las extremidades, lo que significa que tienen mayor posibilidades de sufrir calambres en el agua”, señala el profesional.
Por su puesto que el consumo de alcohol es un factor determinante, ya que altera los reflejos y evita tener reacciones de autodefensa a tiempo.
RECOMENDACIONES
Gonzalo Reyes sostiene que jamás hay que dejar a los niños bañándose solos en una piscina ni tampoco al cuidado de otros menores de edad, ya que el 84% de las muertes por inmersión se producen cuando los pequeños están sin la supervisión de un adulto. Es necesario proteger el perímetro de las piscinas que están en la casa con rejas o cierros que eviten que los niños puedan ingresar solos, ya que esta precaución disminuye la ocurrencia en 50-70%.
Recomienda el profesional además enseñar a los niños entre 3 y 5 años de edad a nadar, fundamentalmente a que aprendan a flotar. Que los adultos conozcan sobre la reanimación cardiopulmonar básica para poder entregar los primeros auxilios en forma oportuna, no dejar juguetes o elementos llamativos en la piscina que puedan atraer a los niños, por ningún motivo tirarse los famosos piqueros porque el riesgo del daño medular es grande, tampoco hacer las “chinas” o correr alrededor de las piscinas por posibles traumatismos.
El profesional Gonzalo Reyes además de entregar estas recomendaciones, sostiene que es vital generar ante una emergencia una cadena de salvación, lo que significa que antes de que una persona se tire al agua para rescatar a alguien, debe avisar a su alrededor para que sea más de una persona la que pueda ayudar. “Generalmente el rescatista va a salvar a alguien sin avisar y muchas veces termina falleciendo por la desesperación de quien se está ahogando”, recalcó el kinesiólogo de la USS.
El kinesiólogo de la Universidad San Sebastián y profesional de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Base de Osorno, Gonzalo Reyes, afirma que los padres y adultos a cargo de los niños son los principales responsables de evitar accidentes, ello porque según un estudio del Minsal en personas de 0 a 19 años, un 17,6% de las cusas de muerte en Chile se producen por ahogamiento, de los cuales un 54% ocurre en las piscinas del hogar.
Este es un dato lamentable, indicó Reyes porque son accidentes que se producen mayoritariamente entre el viernes y el domingo en horarios de 16 a 18 horas, cuando el cansancio y la distracción de cuidadores se acentúa –sostuvo.
“Según estudios del Minsal el ahogamiento es la 4º causa a nivel mundial y la 1º en hombres de 5 a 14 años de edad, la 5º en mujeres, produciendo 2500 muerte al año, no existiendo diferencia en la altura del agua, vale decir, incluso en pequeñas piscinas los niños pueden ahogarse. Lo importante es considerar que los primeros 10 minutos son cruciales para atender a una persona ahogada, lograr reanimarla, que respire normal, recobrar su pulso, después de 10 minutos se producen severas secuelas neurológicas y después de 25 minutos es altamente probable la muerte”, indica el kinesiólogo de la USS.
Entre las recomendaciones que entrega Reyes está no confiarse por ningún motivo de algunos flotadores como las llamadas “alitas” para los niños, esperar al menos 30 minutos después de haber ingerido alguna comida liviana y entre 1 y 2 horas si se consumió un alimento contundente antes de sumergirse en el agua.
“El problema no es que tengan el estómago pesado y el calambre les dé en esa zona, sino que la sangre que circula en el cerebro baja a la zona abdominal donde se está procesando la abultada ingesta de alimentos, causando fatiga en las extremidades, lo que significa que tienen mayor posibilidades de sufrir calambres en el agua”, señala el profesional.
Por su puesto que el consumo de alcohol es un factor determinante, ya que altera los reflejos y evita tener reacciones de autodefensa a tiempo.
RECOMENDACIONES
Gonzalo Reyes sostiene que jamás hay que dejar a los niños bañándose solos en una piscina ni tampoco al cuidado de otros menores de edad, ya que el 84% de las muertes por inmersión se producen cuando los pequeños están sin la supervisión de un adulto. Es necesario proteger el perímetro de las piscinas que están en la casa con rejas o cierros que eviten que los niños puedan ingresar solos, ya que esta precaución disminuye la ocurrencia en 50-70%.
Recomienda el profesional además enseñar a los niños entre 3 y 5 años de edad a nadar, fundamentalmente a que aprendan a flotar. Que los adultos conozcan sobre la reanimación cardiopulmonar básica para poder entregar los primeros auxilios en forma oportuna, no dejar juguetes o elementos llamativos en la piscina que puedan atraer a los niños, por ningún motivo tirarse los famosos piqueros porque el riesgo del daño medular es grande, tampoco hacer las “chinas” o correr alrededor de las piscinas por posibles traumatismos.
El profesional Gonzalo Reyes además de entregar estas recomendaciones, sostiene que es vital generar ante una emergencia una cadena de salvación, lo que significa que antes de que una persona se tire al agua para rescatar a alguien, debe avisar a su alrededor para que sea más de una persona la que pueda ayudar. “Generalmente el rescatista va a salvar a alguien sin avisar y muchas veces termina falleciendo por la desesperación de quien se está ahogando”, recalcó el kinesiólogo de la USS.