Carta enviada por el Diputado Ojeda a Obispo Barros: "le pido que renuncie"

SEÑOR

JUAN BARROS MADRID
DESIGNADO OBISPO DE OSORNO
PRESENTE


De mi consideración,

Represento, en la Cámara de Diputados a los habitantes de Osorno, desde el año 1990, en que fui elegido por la ciudadanía como militante de la Democracia Cristiana. Soy de esta tierra y conozco a mis coterráneos, se dé su condición de “gente buena y generosa” y de ser, en general, muy buenos cristianos.

Usted bien sabe, que su designación ha provocado la mayor división de los católicos conocida en la historia de nuestra ciudad. Es muy difícil entender qué lo motiva a empeñarse en asumir una función donde aquellos a los que debiera servir no lo aceptan.

Usted sabe, mejor que yo, que eso no conecta, de ninguna manera con el espíritu cristiano. El verdadero espíritu cristiano no supone ponerse a la cabeza, sino sólo servir, como nos enseña el Evangelio: “Si alguien quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y servirlos a todos” (Marcos 9:35). En las actuales condiciones, no es posible que usted cumpla con este mandato. Los hechos a los que se le vincula son horrorosos y, de acuerdo a nuestra fe, debemos estar al lado de las víctimas y no al revés.

Solo ahora, con extrema tardanza, usted se pronuncia acerca de las atrocidades cometidas por quien fuera su guía espiritual, y a quién acompañara en la Parroquia de El Bosque, donde las víctimas de estas graves imputaciones lo vieron junto al abusador, cuando esos muchachos, llenos de fe, de optimismo y de esperanza eran cruelmente abusados. Es difícil que usted no haya sabido o conocido estos hechos, si usted estaba presente. Como lo sostienen y ratifican los testigos presenciales, que constituyen sin duda verdades indesmentible.

Un mínimo de caridad cristiana le aconsejaría a dar un paso al costado, como se lo pide la gente, no solo de Osorno, sino de todo el país; hermanos suyos en el sacerdocio y la comunidad que claman por un guía que no esté comprometido con actos tan deleznables.

San Francisco de Asís decía: “Si Dios sabe trabajar a través de mí, sabe trabajar a través de cualquier persona”. Esa es una verdadera enseñanza en la cual usted podría reflexionar. Dios no nos requiere a cada uno para llevar adelante su bondad. Ni usted ni yo somos imprescindibles, como dice el Santo de los pequeños. Dios actuará, a través de otro, si usted tuviera la nobleza de renunciar a su errada designación.

Señor Barros, Su Santidad Juan Pablo II solía decir que “La peor prisión es un corazón cerrado”. Le pido a nombre de los habitantes de esta tierra linda y noble, que arranque de la prisión de un corazón duro y entienda que su designación y presencia es un factor de división y no de unión, como debiera representar la llegada de un nuevo Pastor.

Acepte esta verdad que clama al cielo. Asuma que “los que no quieren ser vencidos por la verdad, son vencidos por el error”. No se deje vencer por el error de insistir en un nombramiento que jamás se debió producir. Usted lo sabe mejor que yo.

Me permito, señor Barros recordar el llamado de San Agustín, en el sentido de que “El que se ensalce será humillado, y el que se humille será ensalzado”. Tal vez piense que es una humillación renunciar a este nombramiento. Por el contrario, demostraría la humildad que tanta falta hace en nuestros días y estoy cierto, que a los ojos de Dios, representaría un gesto verdaderamente noble y cristiano.

Por eso le pido respetuosamente que deje el cargo y renuncie.

Le saluda.


SERGIO OJEDA URIBE
DIPUTADO DE LA REPÚBLICA


diputadoojeda@gmail.com
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