Los mismos Caballeros de siempre

Me impresionó la respuesta y por eso la saco del baúl de los recuerdos. Era voluntario recién ingresado al Cuerpo de Bomberos de Osorno y pasábamos largas horas en el cuartel de la Quinta Compañía de Rescate. Tres meses antes, un vehículo menor había impactado contra un Bus Interprovincial en Carretera dejando dos mujeres jóvenes de 23 a 30 años gravemente heridas y quienes debieron ser rescatadas por bomberos de entre los fierros del vehículo.

Ese día llegaron ambas mujeres al cuartel una de ellas con una mano aun vendada como recuerdo de aquel triste episodio. Eran de bonito aspecto. Muy nerviosa una de ella relato las causas del accidente y como este había cambiado el rumbo de sus vidas trayendo intensos momentos de dolor y angustia a sus respectiva familias, amen del proceso de recuperacion y todo lo que ello implica.

Sin embargo recordaban claramente que en el momento del accidente llegaron los bomberos a auxiliarlas. Entre sonrisas nerviosas recordaron sentir una voz cálida, manos diligentes y dispuestas y la tranquilidad que inculcaban al llanto angustioso con el que enfrentaban ese difícil momento. “el bombero nunca dejo de hablarme, tenía mucho miedo, me tomo de la mano y no la soltó hasta que llegue a la ambulancia, a pesar de todo nunca me sentí sola”. Relataba emocionada una de las mujeres mientras su acompañante señalaba haber vivido la misma experiencia. Las mujeres sentadas en el hall de la Quinta Compañía visiblemente emocionadas eran escuchada con respetuoso silencio por tres voluntarios. Un Contador Auditor, que llegaría a Capitán. Un Administrativo Municipal que llegaría mas tarde a comandante . Y un técnico laboratorista de la Kodac que funcionaba en calle Ramirez quien seria entre otros cargos y con el tiempo Instructor de Cadetes.

Por respeto a ellos obviamente no daré sus nombres.

Yo era un testigo privilegiado ubicado a una distancia relativamente cercana a esta escena.

Pero ¿cuál era el objetivo de la visita ?. Las mujeres y sus familias después de conversar cada uno de los aspectos del accidente habían acordado llegar hasta el cuartel para dar gracias en forma personal a los hombres que estaban tras los uniformes y que las habían acompañado en ese difícil transe. ” ¿Saben ustedes como se llaman esos bomberos?” .

Uno de ellos respondió “señoritas: en cada cuartel de bomberos de Osorno hay voluntarios que gustosamente acuden a ayudar a todo tipo de emergencias, nosotros nunca preguntamos el nombre , la condición social, política, económica o religiosa de las personas por que mas allá de esos son seres humanos vulnerables que requieren urgente ayuda…y para eso estamos…si quiere saber su nombre…llámelo simplemente Bombero… “; La respuesta me apretó la garganta, el corazón y me nublo los ojos. Aun hoy día ocurre lo mismo cuando recuerdo este episodio. Las mujeres aun más emocionadas se levantaron de sus asientos y repartieron cariñosos abrazos a manera de despedida y agradecimiento sin fin. Una vez que se retiraron volvimos en silencio al Casino de la unidad. Nadie menciono el hecho. Nadie comento lo sucedido. Y las mujeres jamás supieron que los bomberos con quienes conversaban eran los mismo que las habían rescatado. Ellos, los tres bomberos, habían sido ese día la voz cálida, la mano serena y la seguridad inmediata.

Recordé este hecho el martes recién pasado al encontrarme con uno de ellos en el desayuno con motivo del lanzamiento de la tradicional “Campaña del Sobre”. En sus filas hay contadores, técnicos, administrativos, profesores, trabajadores, obreros, periodistas y con o sin uniforme son todos iguales, son caballeros del fuego, formadores de voluntades y herederos de tradiciones altruistas que valora la comunidad. Entonces hagámonos un favor como sociedad… aportemos nuevamente con convicción a esta campaña del sobre 2015 y mantengamos viva la llama que inspiran nuestros bomberos, esos que luego de 150 años de historia siguen siendo los mismos caballeros de siempre.

Fuente: Claudio Ojeda.
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