Lo de la leche ya es una guerra civil

Luego de que Watts recurriera a la Fiscalía Nacional Económica, FNE, para denunciar la supuesta competencia desleal

Ya no es noticia que productores y empresas procesadoras lácteas estén en pugna. Es parte del paisaje desde hace unos treinta años y, según otros, desde que Chile es Chile, porque incluso cuando eran dueños de la Cooperativa Agrícola y Lechera de Osorno, CALO, los agricultores se movieron por precio hacia otras plantas, preferentemente Soprole, contribuyendo al descalabro de la asociatividad que hoy se señala como la gran esperanza para salir de la crisis.

Lo que es nuevo, sin embargo, es que las plantas comiencen a enfrentarse entre sí: Watts y Soprole denuncian a Colun por competencia desleal debido a los beneficios tributarios que recibe por su condición de cooperativa. Luego, por no cumplir con el dictamen 7 del Tribunal de la Libre Competencia del año 2004 –obligatoriedad de publicar la pauta de precios-, situación en la que se encuentran además Surlat, Quillayes y el recién ingresado al mercado, Lactalis.

Pero no sólo las plantas: el presidente de la Federación de Productores de Leche, Fedeleche, Rodrigo Lavín, aseveró que Nestlé le pagaba “fuera de pauta”, lo que también contravendría el Dictamen 7 del TDLC y por ello ha debido ir a entregar antecedentes al TDLC, generando la inquietud en aquel que habría infringido la norma: Nestlé.

En el intertanto, avanza en la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados el proyecto de ley que norma el origen de la leche, una iniciativa desnudaría cuáles son los quesos hechos pasar como nacionales, cuando en realidad provienen del exterior, y qué productos se elaboran con leche previamente deshidratada, tanto en suelo chileno como en el exterior. Watts acusó que se trata de una barrera para arancelaria que dificulta el uso de la leche importada en sus productos. Para algunos, el proyecto se escapó de las manos, ya que estaría haciendo ver ante los consumidores que la leche en polvo sería dañina, algo que no es efectivo.

Un quinto flanco abierto tiene que ver con el Consorcio Lechero. Su gerente general por ocho años, Sebastián Ganderats, renunció en abril luego de que el organismo fuera emplazado a dar cuenta de las causas por las cuales no se había cumplido la proyección que hablaba de un sector que duplicaría la producción al 2020 y que comenzaría a exportar: nada de eso se cumplió, ya que la producción cumple diez años estancadas, mientras que el consumo de lácteos sube, lo que aumenta las importaciones, razón por la cual los lecheros, apoyados por el Senado y la Cámara de Diputado, solicitan salvaguardias provisorias para resguardar la producción nacional.

Las medidas proteccionistas no tienen apoyo de los demás rubros agrícolas: “si se protege un sector específico, Chile corre el riesgo de recibir de vuelta medidas similares en otras áreas. Somos economía abierta al mundo y ello es nuestra única opción de desarrollo, porque no tenemos la población necesaria que permita sustentar crecimientos en productividad. Eso explica por qué no han salido medidas proteccionistas ni van a salir tampoco. En otras palabras, los rubros que no son capaces de enfrentar las reglas de mercado, tendrán que buscar nichos donde puedan hacerlo y resolver sus problemas solos”, asevera un productor frutícola de la zona que agrega: “no es casual que no existan hoy proyectos de lechería o ganadería en desarrollo, pero sí huertos de cerezos, arándanos, avellanos, etc…”.

Finalmente, a pesar de que la Fiscalía Nacional Económica no halló ilegalidades en el mercado lácteo tras las diversas denuncias hechas ante el organismo desde el año 2011 al 2017, un grupo de diputados volvió a presentar antecedentes para que el organismo reinicie la investigación que acababa de archivar en este 2018…

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