Catástrofe climática y ambiental : viviendo de "prestado"

Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl - Académico, Escritor e Investigador (PUC-UACh)



“Si desapareciera la especie humana, ello representaría una tragedia biológica. Sin embargo, al día siguiente de su desaparición, los árboles, los animales en el boque y las especies marinas en los océanos serían mucho más felices” (Albert Jacquard, biólogo, genetista y escritor francés).

Hace algunos años atrás, el diario británico The Observer tuvo acceso a documentos secretos del Pentágono –sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos–, documentos que fueron filtrados por intermedio de Wikileaks, así como a través de diversos hackers que le entregaron a este diario inglés mucha información confidencial y, en algunos casos, incluso ultra secreta.

Una parte de la información contenida en estos documentos estaba directamente relacionada al cambio climático que estaba sufriendo la Tierra, ya que, de acuerdo con estos informes secretos, en un plazo no más allá de 2020, el planeta iba a ser víctima de megasequías, megaincendios, megainundaciones, de islas completas de desechos plásticos en los mares, de migraciones de millones de seres humanos, del incremento de actos terroristas y de múltiples conflictos armados –incluso de tipo nuclear– producto del calentamiento global que estaba viviendo la Tierra.

Este último vaticinio –uso de armas nucleares– representa hoy en día una amenaza omnipresente, dado el comportamiento beligerante y belicista de su actual presidente, Donald Trump, quién, más que cualquier otro presidente de ese país, ha hecho uso de todos los medios técnicos, tecnológicos y económicos a su disposición para minimizar –o negar derechamente– el cambio climático. Al mismo tiempo, rechaza la gran responsabilidad que tiene Estados Unidos en dicho cambio. Lo anterior, a causa, entre otras, por la codicia y las malas prácticas de las gigantescas empresas petroleras norteamericanas, así como de las multinacionales que se han dedicado a explotar los recursos naturales sin ningún tipo de conciencia ni respeto por el medio ambiente.

De acuerdo con este informe secreto –y otros nuevos documentos que han salido la luz pública–, se asegura que la Tierra estaría soportando un elevado grado de degradación, al mismo tiempo que está sosteniendo a una población mucho mayor de aquella que puede sustentar y soportar el planeta, en función de lo cual, el nivel de consumo ya no cuadraría para nada con el nivel de recursos que tiene –o que produce– la Tierra.

Es más: diversos grupos de científicos expertos en el tema del cambio climático aseguraron que a partir de agosto de 2018 la Tierra y su población estarían viviendo “de prestado”, ya que al planeta le resultaba imposible regenerarse (o recuperarse) de una manera sostenible a causa de la sobreexplotación a la cual había sido sometido: salvaje deforestación, largas sequías, escasez de agua, erosión del suelo, pérdida de la biodiversidad, incremento del dióxido de carbono en la atmósfera, aumento de la temperatura atmosférica y del mar, altísimos niveles de contaminación ambiental, etc.

El informe –que fue mantenido en absoluto secreto– predecía una serie de eventos con características catastróficas:

1. Para el año 2020 en Europa y Estados Unidos se produciría un aumento de un tercio de más días con temperaturas de entre 40 y 45 grados de calor que años previos y, en algunos casos, de hasta 50 grados. (Para qué decir que esta situación ya está sucediendo en gran parte de Europa, África, India, Argelia y parte del sur de Estados Unidos).

2. Las hambrunas y la inestabilidad política en diversos países produciría una ola nunca antes vista de migraciones masivas. El caso de Chile ha sido emblemático al recibir a cientos de miles de inmigrantes de Latinoamérica.

3. Dada la escasez de agua, las fuentes de agua dulce se podrían transformar en campos de batalla, siendo las fuentes de mayor riesgo de conflicto El Nilo, el Danubio y el Amazonas. Chile, por cierto, no está exento de esta amenaza, por ser poseedor de la segunda reserva de agua dulce más grande del mundo.

4. Zonas de mucha riqueza y bienestar como Europa y Estados Unidos se convertirían en verdaderas “fortalezas amuralladas e inexpugnables” para evitar la llegada de millones de inmigrantes a sus fronteras, cosa que también ya comenzó.

5. Violentas tormentas y huracanes comenzarían a destruir muchas barreras costeras, barriendo con poblados enteros.

6. El aumento del nivel de los mares produciría inundaciones generalizadas que se sumarían a las provocadas por temporales de lluvias intensas y copiosas.

7. Las guerras y las hambrunas subsiguientes reducirán la población de la Tierra, hasta un nivel que el planeta pueda soportar y abastecer dado que Estados Unidos observa todas estas proyecciones de los expertos como un “problema para su seguridad nacional”, lo que ha hecho el gobierno de EE.UU., es elevar su nivel de gastos militares a montos que son exorbitantes creando un nuevo ejército espacial para dominar el espacio, al mismo tiempo que ha impuesto un veto y prohibición a todo tipo de reportaje científico sobre cambio climático que provenga de algunos países considerados “enemigos” de EE.UU., tales como Cuba, Irán, Libia, Sudán, Corea del Norte, etc., al asegurar que la publicación de estos textos e informes violan el “embargo comercial” que pesa sobre varios de estos países. Esta es una conducta extrema por parte de Estados Unidos, que ni siquiera fue tomada durante el tiempo de la guerra fría con Rusia y China.

La razón de esta reacción de Estados Unidos se debe a que el informe solicitado por el Pentágono aseguraba que el escenario inminente de cambio climático de tipo catastrófico era “muy probable y pondría a prueba la seguridad nacional de Estados Unidos”, de forma que EE.UU debía comenzar a enfrentar de inmediato los peligros venideros.

De acuerdo con la ONG Global Footprint Network, que desde hace muchos años monitorea la relación existente entre el nivel consumo que tenemos y la disponibilidad de recursos para doce meses que existen en la Tierra –bajo la forma de bosques, agua, tierra cultivable, hidrocarburos, alimentos, etc.–, el punto crítico del día de la “deuda ecológica” –es decir, cuando se gasta o agota aquello que se dispone para los doce meses– se está adelantando cada vez más, como resultado de la espiral de consumo en el que hemos caído, con un pronóstico de carácter catastrófico. Para el año 2018 el punto crítico de la deuda ecológica se habría sobrepasado en el mes de julio, de modo tal, que desde agosto de 2018 estamos consumiendo a “crédito”, con un costo en intereses que se hará difícil de sobrellevar y que la especie humana pagará muy caro.

Es así, por ejemplo, que en función del consumo excesivo en el que ha caído una parte de la humanidad –con los países ricos a la cabeza–, en este momento, y de acuerdo con los cálculos de los expertos, necesitaríamos un planeta que fuera 1,7 veces más rico y más grande de lo que es. Y lo que es peor: si la población mundial consumiera de la misma forma y a la misma velocidad en cómo lo hace la población de Estados Unidos –que sólo representa el 5% de la población mundial–, necesitaríamos tener un planeta Tierra, cinco veces más grande.

Los máximos consumidores, es decir, los países más ricos y desarrollados que practican una economía del tipo “dinosaurios”, imponen a los demás países menos desarrollados sistemas irracionales de producción, o bien, cuando les parece que “su seguridad nacional” está en peligro, se apropian, simple y llanamente, de dichos recursos para utilizarlos a su libre antojo y albedrío, tal como lo han hecho en innumerables ocasiones.

Mantengamos presente ante nuestros ojos, que el único planeta del que disponemos en estos momentos es éste y no tenemos otro de repuesto. Por lo tanto, la pregunta final es una sola: ¿cuándo se dará cuenta la especie humana –de una buena vez– que está viviendo “de prestado”?

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