Chile lidera consumo de drogas y problemas mentales en niños y jóvenes

Según lo informado a Paislobo Prensa:
Círculo vicioso esta hipotecando el futuro de toda una generación. Hoy, el país es número uno en consumo de marihuana, tranquilizantes, pasta base y cocaína a nivel americano y décimo en alcohol en población que va de Octavo a Cuarto Medio.
A mediados de febrero, un grupo transversal de médicos ha puesto sobre la mesa un tema que ya está cruzando el debate público en esta materia: ¿está la Organización Mundial de la Salud realmente haciendo concesiones con la marihuana, como algunos han salido a asegurar anticipadamente? El director nacional de Senda, Carlos Charme, aseveró categóricamente que no:
Senda argumenta que no es posible extraer el compuesto que podría tener efectos terapéuticos (cannabinol) exprimiendo artesanalmente con la planta “¿o alguien obtiene aspirinas machacando hojas de sauce o morfina directamente del opio?”.
Las causas de esta realidad tienen que ver con una discusión que ha relativizado los efectos de lo que más de 30 médicos, psicólogos y sociólogos chilenos, calificaron en el libro “Marihuana; consensos y evidencias sobre su impacto en la salud” lanzado en 2016, como “el problema epidemiológico más relevante en Chile”.
Lo anterior engancha con un explosivo aumento de la depresión juvenil, bipolaridad, esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad que llevan a a Chile a estar también entre los primeros lugares de suicidio juvenil.
Otro efecto desastroso de esta realidad, tiene que ver con los más de 360 mil jóvenes que se ubican al margen del sistema educacional y el consumo de drogas y alcohol durante el embarazo que genera efectos devastadores en el feto y acrecienta la desigualdad desde la cuna, ya que el problema es mucho mayor en la población de escasos recursos.
Así es como trastornos tales como estrés, ansiedad y depresión han aumentado no solo entre escolares y adolescentes, sino también en la población menor de seis años.
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Consumo de soya : Efectos en la sexualidad infantil y adulta
https://www.paislobo.cl/2019/04/consumo-soya-sexualidad.html
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En la investigación -con datos de más de 19 mil niños preescolares, entre ellos 400 chilenos-, se observó que mientras la prevalencia de problemas externalizantes -como déficit atencional, hiperactividad o agresividad- a nivel general llega a cerca del 15%, en el país afecta hasta el 25% de los niños.
En tanto, los llamados problemas internalizantes -como ansiedad y depresión- afectan a alrededor del 12 a 16% de los menores chilenos, mientras que a nivel global el porcentaje no supera el 5%, según cuenta Lecannier.
"Si bien en pocos casos hay un factor genético, hay una transgeneracionalidad, en la que se traspasan a través de la conducta problemas como ansiedad o depresión", explica la doctora Mónica Kimelman, psiquiatra infantil del Hospital Barros Luco y directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
La violencia al interior del hogar -el 71% de los niños chilenos ha sufrido algún tipo de violencia, según datos de Unicef- tiene su impacto en la salud mental infantil, al igual que la sobreexigencia en la crianza.
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A mediados de febrero, un grupo transversal de médicos ha puesto sobre la mesa un tema que ya está cruzando el debate público en esta materia: ¿está la Organización Mundial de la Salud realmente haciendo concesiones con la marihuana, como algunos han salido a asegurar anticipadamente? El director nacional de Senda, Carlos Charme, aseveró categóricamente que no:
“la OMS simplemente ha pedido que uno de los compuestos de esta planta pueda ser estudiado para resolver si tiene o no propiedades terapéuticos para el tratamiento de algunas patologías. Aquí, por lo tanto, no se trata de que la marihuana deje de ser parte de listado de drogas altamente adictivas”.Senda ha establecido una fuerte campaña anti consumo de marihuana, bajo el argumento de que los jóvenes han recibido señales erradas respecto de los riesgos del consumo de esta, basado en posverdad, lo que ha aumentado el consumo en toda la oferta de drogas, hasta llevar a Chile al número uno americano tanto en marihuana, como cocaína, pasta base y tranquilizantes y décimo en alcohol.
Senda argumenta que no es posible extraer el compuesto que podría tener efectos terapéuticos (cannabinol) exprimiendo artesanalmente con la planta “¿o alguien obtiene aspirinas machacando hojas de sauce o morfina directamente del opio?”.
Las causas de esta realidad tienen que ver con una discusión que ha relativizado los efectos de lo que más de 30 médicos, psicólogos y sociólogos chilenos, calificaron en el libro “Marihuana; consensos y evidencias sobre su impacto en la salud” lanzado en 2016, como “el problema epidemiológico más relevante en Chile”.
Lo anterior engancha con un explosivo aumento de la depresión juvenil, bipolaridad, esquizofrenia, trastorno límite de la personalidad que llevan a a Chile a estar también entre los primeros lugares de suicidio juvenil.
Otro efecto desastroso de esta realidad, tiene que ver con los más de 360 mil jóvenes que se ubican al margen del sistema educacional y el consumo de drogas y alcohol durante el embarazo que genera efectos devastadores en el feto y acrecienta la desigualdad desde la cuna, ya que el problema es mucho mayor en la población de escasos recursos.
CADA VEZ MÁS PROFUNDO
Alrededor de uno de cada cinco adultos ha sufrido algún problema de salud mental y por ello no es extraño que sus niños corran un pronóstico similar, estableció el año pasado un reportaje de El Mercurio.Así es como trastornos tales como estrés, ansiedad y depresión han aumentado no solo entre escolares y adolescentes, sino también en la población menor de seis años.
"Es un tema que está en aumento; cada vez es más frecuente que lleguen a la consulta niños en edad preescolar", lamenta la doctora Ana María Briceño, psiquiatra infanto-juvenil de la Clínica Alemana.El vínculo entre padres e hijos también tiene un impacto en la salud mental de estos últimos. Un estudio realizado por Kimelman y Lecannier, con niños de dos años, mostró que entre el 9% y 11% de los menores presentaban un apego desorganizado, ambivalente o evitativo.
"Estos tres tipos de apego se correlacionan con trastornos de salud mental y sicopatología, desde la infancia a la edad adulta", precisa la psiquiatra.Las cifras respaldan esta impresión: en una investigación en la que participaron 24 países, Chile lidera los problemas de salud mental entre los niños de esta edad en el planeta.
"La prevalencia de trastornos como ansiedad, depresión y conductas agresivas en muchos casos duplica a la que se observa a nivel global y puede llegar hasta al 20% o 25%", explica Felipe Lecannier, psicólogo experto en infancia e investigador de la U. de Santiago.El profesional participó en el estudio que incluyó a países europeos, asiáticos, americanos y de Oceanía, y que está considerado como el más grande en salud mental en niños hasta seis años.
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Consumo de soya : Efectos en la sexualidad infantil y adulta
https://www.paislobo.cl/2019/04/consumo-soya-sexualidad.html
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En la investigación -con datos de más de 19 mil niños preescolares, entre ellos 400 chilenos-, se observó que mientras la prevalencia de problemas externalizantes -como déficit atencional, hiperactividad o agresividad- a nivel general llega a cerca del 15%, en el país afecta hasta el 25% de los niños.
En tanto, los llamados problemas internalizantes -como ansiedad y depresión- afectan a alrededor del 12 a 16% de los menores chilenos, mientras que a nivel global el porcentaje no supera el 5%, según cuenta Lecannier.
"Esto es grave; la gente no siempre se percata de los problemas internalizantes, y los estudios muestran que tienen un peor pronóstico, en parte porque son difíciles de detectar", dice el especialista.Aunque el fenómeno es transversal, según el análisis, afecta sobre todo a niños de estratos socioeconómicos altos y bajos. Entre los niños del sector medio, la prevalencia es menor porque tendrían más redes de apoyo.
"Una explicación es que los problemas de salud mental son expresión de altos niveles de estrés, y en estos grupos de la población se presentan por diferentes causas y ambientes".Entre las posibles explicaciones, la salud mental de los adultos es un factor determinante. En Chile, la prevalencia de trastornos mentales en la población adulta es del 22,6%, más alto que el promedio mundial. Asimismo, según datos de la Superintendencia de Seguridad Social, más de un tercio de las licencias médicas se relacionan con trastornos del ánimo o emocionales
"Si bien en pocos casos hay un factor genético, hay una transgeneracionalidad, en la que se traspasan a través de la conducta problemas como ansiedad o depresión", explica la doctora Mónica Kimelman, psiquiatra infantil del Hospital Barros Luco y directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental Sur de la Facultad de Medicina de la U. de Chile.
La violencia al interior del hogar -el 71% de los niños chilenos ha sufrido algún tipo de violencia, según datos de Unicef- tiene su impacto en la salud mental infantil, al igual que la sobreexigencia en la crianza.
"Sobre todo en consulta privada, por lo menos un tercio de quienes acuden lo hacen porque fracasaron en exámenes de ingreso a los colegios -dice la doctora Briceño-. Muchas veces, esta es la primera alerta que tienen los papás de que algo está pasando".La doctora Kimelman concuerda en que no es infrecuente que los padres no sospechen que hay un trastorno o que consulten tardíamente.
"Hay un aumento de consultas de pequeños por conductas disruptivas; niños que no duermen bien, que no quieren comer o que les cuesta disciplinarlos".Situaciones que pueden ser consideradas normales, pero que se vuelven más intensas y problemáticas, como una pataleta, también deben generar sospechas, agrega Briceño, quien advierte sobre otro factor al que muchas veces los padres no le ponen atención: las nuevas tecnologías.
"Nos toca ver niños pequeños que pasan varias horas al día frente a una pantalla, y se sabe que ese tiempo no favorece su desarrollo mental. Lo que necesitan es la mayor interacción y estímulo posible; por eso se recomienda evitar pantallas antes de los dos años y reducir al mínimo su uso antes de los cinco años".
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