El sistema chileno de AFP en Jaque

Fredy Wömpner
Por Fredy Wömpner, Economista Director Instituto Humanismo Cristiano.

Recientemente conocimos la noticia de que el Tribunal Constitucional acogió a trámite el recurso presentado por la Corte de Apelaciones de Antofagasta por el caso de una profesora que busca retirar sus fondos de pensiones ahorrados en una AFP. Se trata de María Angélica Ojeda, una profesora jubilada que cotizó por más de 30 años, pidió mediante el requerimiento a la AFP Cuprum retirar los $46.569.000 acumulados en sus fondos para cubrir los gastos y deudas que la aquejan.

Esta profesora recibe actualmente una pensión, de $180 mil (alrededor de un 20% del sueldo que tenía antes), que le resulta insuficiente para pagar el dividendo de su casa, de $212 mil, por lo que se ve obligada a recibir ayuda económica de sus hijas. La situación de María Angélica es muy similar a la de cientos de miles de jubilados chilenos que no han logrado un ahorro previsional cercano o superior a 100 millones. Esta situación ha dado lugar a que desde hace ya varios años el movimiento “No más AFP”, realice continuos llamados a manifestarse y marchar en contra del actual sistema chileno de AFP.

Al respecto Luis Mesina Marín, vocero del movimiento ha insistido en la necesidad que tiene el país de abordar el tema de las transformaciones que se necesitan para mejorar las pensiones, en el marco actual es imposible mejorar las jubilaciones, porque la gente no puede seguir ahorrando, porque no tiene empleo o porque ganan muy poco y uno de los grandes argumentos que se esgrime para mantener el ahorro es que la rentabilidad de la AFP permite generar ahorro, pero la rentabilidad está cayendo fuertemente, por lo tanto, son dos variables que van a hacer que el sistema siga ahondándose en su crisis.

Desde hace varios años que el sistema chileno de administradoras de fondos de pensión (AFP) se encuentra en un profundo cuestionamiento. Dentro de las principales críticas a las AFP están el hecho de que sólo seis AFP administran cerca de cien mil millones de dólares cuyos propietarios son más de siete millones de trabajadores obligados a depositar sus fondos de pensión en ellas, sin el menor derecho a ser representados democráticamente en el directorio de estas instituciones financieras. Junto con que el dato alarmante de que las AFP han recibido utilidades persistentemente altas con un retorno anual sobre el patrimonio del 30% en promedio en los años recientes, el doble de los bancos comerciales.

Recordemos que este sistema se creó a comienzos de los años 80, y que establece el descuento a cada trabajador de un porcentaje (aproximadamente 11,5%) lo cual se va acumulando en un fondo. Sin embargo lo inconveniente del modelo queda en evidencia si consideramos que del 11,5% que entrega cada trabajador a las AFP, un 10% va al fondo de capitalización individual y un 1,5% va a gastos de administración, donde tal gasto de administración corresponde en realidad a un margen que varía entre un 11 y un 21% del monto que administran, pese a que en promedio solo entregan sólo un 8% de rentabilidad (fondo C). Esto último es incomprensible, puesto que en cualquier otro servicio un consumidor no estaría dispuesto a pagar por él, más de lo que recibe a cambio, acá sin embargo está obligado a hacerlo por ley.

El sistema genera grandes preocupaciones si consideramos la irregularidad por parte de los trabajadores en los aportes que realizan al sistema previsional. Esto es fácil de observar dado que casi ningún trabajador tiene la continuidad laboral supuesta en los cálculos iníciales y el fuerte de las cotizaciones está en los primeros 15 años de trabajo, período en que los trabajadores reciben un salario más bajo, por lo que el monto de las remuneraciones que se entregan a la hora de jubilarse dista mucho del prometido al inicio del sistema. Ejemplo de ello es que las pensiones actualmente no sobrepasen en promedio los 170 mil pesos, pese a que hemos tenido un periodo de más de 30 años en los cuales ha habido altas rentabilidades para las AFP y en el cuál la industria no han sido capaces de de entregar mejores pensiones a los chilenos.

El Banco Mundial señala lo sorprendente que Chile sea a través de su sistema de AFP exportador de capitales, con porcentajes equivalentes a los que se manejan por países desarrollados. Esto en contraste con el hecho de que la mayoría de los gobiernos de los países en desarrollo luchan por atraer e incrementar la inversión privada, los activos del sistema de pensiones chileno, como porcentaje del PIB, rivalizan con los de los Estados Unidos y el Reino Unido.

Y no solo se cuestiona que estos recursos no se utilicen en nuestro país o que no se haya logrado cumplir con los estándares prometidos, sino que los ahorros tengan que estar sometidos a los vaivenes de la economía, el excesivo cobro de comisiones y el fortalecimiento de un oligopolio dentro de las administradoras, tal como lo detalló en 2004 el informe del Banco Mundial “Mantener la promesa de la seguridad del ingreso en la vejez en América Latina”, donde se previene de los peligros del modelo chileno. Al respecto, es el mismo premio nobel de economía (2008) Paul Krugman, quien se suma a las críticas al modelo chileno de AFP. El economista afirmó en Santiago que EE.UU. no sufrió consecuencias más graves en la última crisis financiera gracias al hecho de no adoptar el modelo chileno de fondos privados de pensiones y que la decisión de los estadounidenses evito que se cayera en una Gran Depresión.

Desde que existe en sistema de AFP en Chile, no se ha cuestionado el tema de fondo, que es el derecho de los trabajadores sobre sus propios ahorros y la responsabilidad del estado sobre una necesidad social como es la protección social de nuestros jubilados, después de todo el fin prioritario de los impuestos y los ingresos de las empresas públicas, es el de financiar las necesidades sociales del país y en este aspecto, por el contrario, el estado parece desentenderse del problema.

Una posible salida al tema y una idea que no ha logrado convencer al gobierno, es la de crear una AFP estatal, sujeta a las mismas normas que las otras AFP. En el entendido de que si las personas son libres para escoger entre un Banco del Estado y los Bancos privados, entre Instituciones de Salud Previsional (ISAPRES) o FONASA, entonces resulta consecuente que de igual forma puedan tener la alternativa de escoger en materia de AFP. Una entidad de este tipo, administrada sin fines de lucro, agregaría transparencia al sistema, reduciría enormemente los costos y podría ser de gran utilidad para evitar la concentración económica y el control por grupos económicos de los recursos de los trabajadores.

Por su parte el movimiento “No más AFP” propone un sistema de reparto con fondo de reservas técnicas, que es una nueva modalidad que están incorporando algunos países de Europa, donde todos tienen sistema de reparto. Este sistema consiste en que una parte importante del ahorro de los trabajadores activos, forme parte del reparto y se distribuya para pagar pensiones y se acumule en un fondo de reservas técnicas con aporte del Estado, de los empleadores y de los trabajadores, en un fondo que permita hacer frente a los cambios demográficos que el país va a experimentar en unos años más, porque Chile se está envejeciendo progresivamente. En este sentido es importante generar un sistema que permita mantener un fondo de reserva que permita hacerle frente a estos cambios demográficos.



Fuente de la información: Fredy Wömpner
Siguiente Anterior
*****