La pornografía del espacio público

La pornografia del espacio público (1)
Por Bernardo Candia Henríquez , Alcalde Ilustre Municipalidad San Juan de la Costa

La gran pensadora Hannah Arendt, en sus muchos textos o prolija producción intelectual identifica y describe 3 actividades que constituyen la vida, a saber: Labor, el trabajo y la acción, estas se desarrollan cada una en un espacio propio: Esfera privada; Esfera Social; Esfera pública.

Esta reflexión pretende dar cuenta de la Esfera Pública. De acuerdo con la filosofía clásica griega (Aristóteles), la Esfera Pública “Sería el lugar de la ciudadanía, el espacio donde los hombres libres debaten públicamente sobre los asuntos de la Polis”. Este debate se hace en pluralidad, según nuestra autora ya citada, que nos muestra una visión de lo público mucho más filosófica, que deriva en una concepción política-existencial de la misma, esto es, en una esfera pública entendida como espacio que posibilita la existencia ante los demás. “De esta manera la pluralidad de esos individuos singulares para poder mostrarse y manifestarse requieren un espacio en el que poder hacerlo y debatir sobre los asuntos comunes (Hannah Arendt)”.

Lo público se refiere por lo tanto a un mundo compartido, este mundo compartido hoy se nos aparece devaluado por los distintos actores de la “cosa pública”. La sociedad de masas moderna, en este sentido, contiene los elementos de la sociedad, del conformismo, desprecio por la acción y lo público.



Jacques Maritain, nos recuerda que la política no es la reunión de los iguales, sino la convivencia y comprensión entre personas diferentes. Es la comprensión del horizonte del otro, fuente de la auténtica convivencia (Emmanuel Levinas).

La política que ignore las condiciones reales de la existencia humana no solo es incompleta, sino que es incapaz de dirigirla. La vida política y social tiene lugar en el mundo de la existencia y de la contingencia, no es el de las puras esencias, nos recuerda nuevamente Jacques Maritain.

Dicho lo anterior, veamos que pasa con nuestra clase política en general, tengo la impresión real que, el espacio público esta profundamente devaluado, el debate se reduce al cosismo, al impulso primario, a la exposición pornográfica-narcisista de algunos de nuestros actores públicos, por ejemplo Lavin, Carter y otros, que simbolizan la decadencia de lo público. Sin duda que es apremiante la necesidad de educar en la moralidad y en la eficacia de la acción política a los hombres y mujeres llamados a dirigir y Gobernar.

A nivel planetario nos encontramos con carencias visibles de verdaderos lideres políticos que conduzcan a sus países en pos de destinos superiores, vean la conducta de Donald Trump y de Jair Bolsonaro, que parecen no darse cuenta del dolor y sufrimiento de sus pueblos, con conductas absolutamente irresponsables frente a la pandemia, caso opuesto que es digno de destacar la conducta política de Angela Merkel.

La sociedad de la exposición de la cual nos habla Byung-Chul Han, “En la sociedad expuesta, cada sujeto es su propio objeto de publicidad, todo se mide en su valor de exposición. La sociedad expuesta es una sociedad pornográfica”.

El Capitalismo agudiza el proceso pornográfico de la sociedad en cuanto lo expone todo como mercancía y lo entrega a la hipervisibilidad.

Esto sin duda degrada el espacio público que se constituye en pluralidad-dialógica, sustentado en la ética y la moral.

El narcisismo actual lo podemos ver todos los días a través de la televisión, las redes sociales, twitter; donde los actores públicos que para ganar un espacio en estos medios están dispuestos a hacer cualquier cosa.

Sin duda que necesitamos lideres verdaderos, personas que estén preparadas para conducir, con una solida formación académica y sobre todo ética y moralmente. Para recuperar ese espacio público de cual nos habla Hannah Arendt, o bien Jacques Maritain, un espacio en donde el dialogo es el instrumento de encuentro de la relación entre los seres humanos.

Fuente de la información: Wilson González Vidal
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