La esquizofrenia: una extraña y desconcertante enfermedad

esquizofrenia
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl - Académico, escritor e investigador (PUC-UACH)




“La esquizofrenia no puede comprenderse sin comprender la desesperación” (Dr. Ronald Laing, psiquiatra de origen escocés).

La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más debilitantes y desconcertantes que existen, y “define a un grupo de trastornos que produce una serie de distorsiones en los pensamientos, como así también en el proceso perceptivo”. En este sentido, los pensamientos parecieran estar bizarramente mezclados, o bien, cambian de manera brusca, “saltando” de un tema a otro, sin ningún tipo de conexión o secuencia lógica.

La percepción, por su parte, puede experimentar distorsiones que van más allá de la realidad, haciendo que el paciente oiga, experimente o vea cosas que, objetivamente, no están allí, en función de lo cual, se señala que la esquizofrenia estaría caracterizada por pensamientos, experiencias y percepciones que están “desconectadas de la realidad”.

Las personas con esquizofrenia pasan por etapas en las cuales están mejor y se conducen de manera casi normal, en tanto que luego pueden caer en períodos muy malos, alternándose entre sí, con etapas de remisión y recaídas, siendo una enfermedad irreversible, que no tiene cura y que puede durar toda la vida

Si bien, las personas afectadas pueden vivir por períodos de tiempo sin presentar sintomatología, dado el hecho que la esquizofrenia es una enfermedad crónica, ésta requiere de atención médica en forma continua. Si bien, se desconoce la causa exacta de por qué se produce, la hipótesis más plausible indica que la esquizofrenia estaría relacionada con “una combinación de factores, donde la carga genética y el medio ambiente en el cual crece y se desarrolla el sujeto”, tienen mucho que decir, sumándose, además, el desequilibrio de sustancias químicas en las estructuras cerebrales.

El Dr. Ronald David Laing, un reconocido investigador de origen escocés, postuló la hipótesis de que “existía un vínculo directo entre los trastornos psicóticos –especialmente la esquizofrenia– y un ambiente familiar negativo durante la infancia”, condición que favorecería el desencadenamiento de la esquizofrenia.

Ahora bien, así como se plantea que el riesgo de desarrollar diabetes o sufrir infartos al corazón se vincula a determinadas familias, se cree que la esquizofrenia también estaría asociada a la línea familiar. Es así, por ejemplo, que si un mellizo tiene esquizofrenia, el otro tiene entre un 50 y un 60% de probabilidad de desarrollar el mal.

Algunas teorías sugieren que debido a que la esquizofrenia se manifiesta, generalmente, durante los cambios hormonales de la pubertad, estos cambios serían los que gatillan la enfermedad en las personas que tienen una predisposición a la misma. Además, se consideran otros factores adicionales, tales como infecciones virales y ciertas experiencias traumáticas y generadoras de mucho estrés como posibles causas del trastorno. Es posible que los primeros indicios de la esquizofrenia pasen inadvertidos para la familia y los amigos cercanos. Las personas que sufren de esquizofrenia a menudo exhiben algunos de los siguientes síntomas durante la etapa inicial de la enfermedad: prolongada sensación de tensión e inquietud, falta recurrente de sueño, incapacidad para concentrarse, tendencia a aislarse socialmente, cambios en su personalidad.

Sin embargo, en la medida que la enfermedad avanza, la sintomatología se hace cada vez más intensa y desconcertante, ya que las personas comienzan a comportarse de forma muy peculiar, a hablar de cosas sin sentido y a tener percepciones muy extrañas e inusuales. La esquizofrenia puede variar en su intensidad y frecuencia en la aparición de los síntomas psicóticos y residuales, síntomas que cada vez revisten de mayor gravedad y que obligan a los familiares del afectado a solicitar un diagnóstico y su correspondiente tratamiento. Algunos de los síntomas más graves son los siguientes:
  • Delirios: son creencias inusuales del sujeto que no tienen base alguna en la realidad. Por ejemplo, creer que alguien externo puede escuchar sus pensamientos o controlar sus acciones e impulsos.
  • Alucinaciones: son distorsiones de los sentidos, entre las cuales, aparecen las: (a) “alucinaciones auditivas” que hacen que las personas escuchen sonidos inexistentes, (b) las “alucinaciones visuales”, en que los sujetos esquizofrénicos ven cosas que no están allí, (c) las “alucinaciones táctiles”, que corresponden a que el sujeto experimente sensaciones sin causa alguna que las genere, tal como sentir que algo les quema la piel, (d) “alucinaciones olfativas”, en que la persona dice oler aromas inexistentes.
  • Pensamiento desorganizado: el hecho de pensar en forma desordenada interfiere gravemente con la planificación y la comunicación del sujeto afectado, ya que la persona comienza a utilizar palabras y frases inconexas y sin sentido, o bien, comienza a “saltar” de una idea a otra, sin que exista un hilo conductor.
  • Aislamiento social: esta conducta lleva al sujeto a recluirse y alejarse socialmente, factor que puede estar gatillado por la intolerancia que experimenta el paciente a estar entre multitudes, reuniones pequeñas e, incluso, con una sola persona.
  • Preocupaciones de carácter obsesivo: son pensamientos que en la mente del enfermo son más intensos de lo normal, ya que el mismo pensamiento se torna invasivo, se repite muy a menudo y termina por convertirse en algo irreal. Lo anterior puede incluir un pensamiento obsesivo y preocupante por la salud, pero que no tiene una base real.
  • Falta de motivación, apatía y escasa capacidad de expresión emocional: son otros síntomas difíciles de aceptar por parte de los integrantes de la familia del afectado, los que sumados a las alucinaciones, los delirios y el aislamiento perjudican las relaciones del enfermo con los demás, así como también su vida diaria, su desarrollo personal y su capacidad para desempeñarse laboralmente.

Digamos finalmente, que al igual que otras enfermedades mentales, la esquizofrenia, luego de diagnosticada, se trata con una combinación de terapias, creadas especialmente de acuerdo con los síntomas y necesidades de cada paciente.

El mejor tratamiento combina: (a) la administración de medicamentos anti-psicóticos bajo la supervisión de un psiquiatra para efectos de reducir las alucinaciones y delirios, (b) tratamiento psicoterapéutico de apoyo con el fin de abordar aspectos emocionales del enfermo y ayudarlo a hacer frente a sus problemas con más confianza y de forma más sana, (c) terapia ocupacional, con el objetivo de ayudar a los pacientes a realizar sus rutinas y tareas diarias que pudieron haberse vistos afectadas por la enfermedad.

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