Conversé con un Carabinero


Hoy al caminar por una arteria importante de la ciudad, me encontré con un Carabinero. Le realicé una consulta y al mismo tiempo le pregunté si estaba cansado. Me respondió con un desgarrador “SI”. Que estaban agobiados, pero no derrotados, porque él había jurado ante el sagrado emblema patrio (tan denostado en el último tiempo) y ante Dios, que nunca dejaría de cumplir con su deber, tal cual se inmoló por la Patria el Cabo 2do. Nain en la Araucanía.

Al igual que el juramento de cuidar la salud y la vida que realizan los médicos, los abogados en la Corte Suprema y muchos otros, que prometen o juran cumplir fielmente con su deber. No obstante, me señaló, cuando a ese juramento se sobreponen ideologías, el deber pasa a un segundo plano y, el sentimiento es sobrepasado por los intereses. Me han insultado, me han amenazado a mí y familia, me han lesionado, pero acá estamos, cumpliendo con lo que juré, sin ideologías y sin bajar los brazos.

Creo que eso es lo que todos necesitamos en el Chile de hoy, cumplir con nuestro deber, sin importar color, solamente pensando en remar por el bienestar futuro de todos, tal cual ese servidor, con el que pude conversar unos minutos. Puede cambiar el color de los uniformes, tenidas, delantales o trajes.

Pero el corazón de un chileno bien nacido, es uno solo, el corazón de quienes quieren lo mejor para el país.

Gustavo Adolfo Harcha Andrade
Magister en Pedagogía Universitaria
Magister en Gestión Educacional
Asesor y Capacitador en Seguridad Privada
Especialista en Criminalística y Ciencias Forenses




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