Las empresas y los grandes efectos del “salario emocional” en los trabajadores

Responsabilidad Social Empresarial
Por el Dr. Franco Lotito C. – Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)



Clínica Alemana

La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no sólo debe ser anunciada de la “boca para afuera” por parte de las organizaciones, sino que también debe demostrarse de manera efectiva y concreta, y una de las fórmulas más efectivas para evidenciar que la empresa practica la RSE, es por intermedio de la utilización del “salario emocional” con sus trabajadores, como una estrategia exitosa para motivar al personal y que éste quiera continuar prestando servicios en la empresa donde se desempeña.

Dado el hecho que la renta mensual –ya sea fija o variable– hoy en día ya no es suficiente para evitar que los mejores colaboradores emigren a otras organizaciones, las gerencias de recursos humanos de diversas empresas han comenzado a innovar en relación con los llamados “beneficios intangibles”, los que apuntan a conciliar el trabajo con la calidad de vida de los colaboradores, a raíz de lo cual, están adoptando, justamente, el “salario emocional” con el fin de retener a su personal.

Uno de los primeros investigadores en poner sobre el tapete de la discusión este importante aspecto relacionado con la gestión y administración empresarial fue el Dr. Frederick Herzberg, psicólogo norteamericano, quien cambió el paradigma de la motivación cuando presentó su “Teoría de los dos factores”, conocida también como la “Teoría de la motivación e higiene”, donde plantea, precisamente, la existencia de dos categorías de factores: los motivacionales y los de higiene, dando mucha mayor importancia –y énfasis– en los factores motivacionales de las personas.

En este sentido, el salario emocional es un concepto relacionado con la retribución de un trabajador, que incluye aspectos de carácter no monetario, cuya finalidad es fidelizar al colaborador, especialmente, cuando se trata de gente destacada y talentosa. Se llama “salario”, porque busca una contraprestación del trabajador a favor de la empresa o institución donde presta sus servicios, y se denomina “emocional” porque se relaciona con la satisfacción de ciertas necesidades que tiene y/o busca la persona, que pueden ir desde: trabajar en una empresa con un buen ambiente laboral que esté libre de sujetos y jefes tóxicos que enferman a sus trabajadores, desempeñar un trabajo desafiante y motivador, o bien, de tener la posibilidad de obtener reconocimiento por un trabajo bien hecho.

Por lo tanto, el gran objetivo de las empresas que utilizan esta fórmula, es alcanzar un ambiente laboral grato y equilibrado, un factor que se manifiesta a través de: instalaciones de buen nivel, a fin de que existan las mejores condiciones para el desempeño laboral; fomento y financiamiento de actividades extra programáticas: ramas de fútbol, grupos folklóricos, salas de entretención, gimnasio para la práctica de actividad física, etc.; entrega de desayuno y almuerzo sin costo para el personal; programas de vida saludable que apuntan a mejorar la calidad de vida de la gente en términos de nutrición, control del estrés y balance emocional; planes de formación, capacitación y facilidades –tanto en tiempo como de apoyo económico– para cursar Diplomados y/o Programas de Magíster para quienes desean continuar estudios.

Lo anterior, permite generar un muy buen ambiente laboral y de convivencia, especialmente, cuando la empresa pone a disposición nutricionistas, profesores de educación física y psicólogos, quienes, por intermedio de talleres y de atención personalizada –o en grupos reducidos de personas– apoyan y acompañan a los colaboradores en diversas actividades. Se da el caso de empresas que van incluso más allá, y se hacen cargo del costo que significa, por ejemplo, entregar respaldo psicológico a un trabajador(a) que se ha enfermado de cáncer y que requiere recibir el apoyo experto de un profesional entendido en la materia.

En función de lo anterior, el concepto salario emocional se está haciendo cada día más presente en el ámbito empresarial como una fórmula exitosa para mejorar el desempeño laboral, así como también el nivel de satisfacción de los colaboradores. La razón es muy sencilla de comprender, por cuanto, esta estrategia toma en consideración los beneficios y compensaciones no económicos o monetarios que reciben los trabajadores, tales como: la posibilidad de que la gente trabaje algunas horas en la semana desde su casa haciendo Teletrabajo, que puedan celebrar fechas especiales para ellos sin que la empresa ponga grandes objeciones y/o restricciones, que obtengan reconocimiento por desempeños destacados, entre otros muchos elementos que entregan satisfacción y gratificación a los colaboradores y que nada tienen que ver con una prestación en dinero, propiamente tal. Complementariamente, el salario emocional se orienta a crear iniciativas que se relacionan, básicamente, con una cierta flexibilidad horaria y horizontalidad en las relaciones interpersonales, dar días libres que les permitan a las personas hacer diligencias y gestiones imposibles de realizar en horario de trabajo, disponer de una guardería infantil para el caso de madres trabajadoras, etc., aspectos que para muchos colaboradores son elementos tan relevantes como lo es la renta a percibir y que representa la parte “blanda”, es decir, el corazón de la organización y que hace honor al ejercicio de un tipo de liderazgo llamado “humanista”, el cual parte de un principio muy básico, a saber, que “las empresas representan a una comunidad de personas, que gira en torno a personas y que está constituida, esencialmente, por personas” que tienen necesidades y que experimentan una variedad de emociones, las que merecen ser cubiertas y respetadas.

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