El silencioso plan de un Nuevo Orden Mundial
Por Fredy H. Wömpner G., Economista, Escritor y Director del Instituto Humanismo Cristiano.
En Mateo 24:6-8, Jesús se refiere al final de los tiempos diciendo: "Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin", mientras que en Lucas 21:11 también señala: "Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo", y todo parece indicar que vivimos en los tiempos de esta advertencia; la epidemia del Covid-19 ha causado hasta el momento la muerte de 15 millones de personas y la invasión de Rusia a Ucrania, ha provocado la militarización del norte de Europa y la preocupación mundial frente a la posibilidad de que el conflicto pueda involucrar a otros países y escalar más allá todavía, y para que mencionar la escasez de alimentos consecuencia de todos estos factores (guerra, covid-19, crisis climática y costos al alza) que ha llevado a que 44 millones de personas se encuentren al borde de la hambruna.
Como si todo lo anterior fuese poco, con el comienzo de la epidemia del Covid 19 y la serie de restricciones y limitaciones a la sociedad y su avance, surgieron diversas teorías conspirativas y entre ellas la que aludía al plan de generar un Nuevo Orden Mundial, como desde hace un tiempo a la fecha, era atribuido por varios autores (Dan Brown, entre otros) a algunas sectas secretas como la francmasonería y los iluminattis, pero la idea de la existencia de un gobierno oculto y paralelo del mundo, que rija el rumbo de la humanidad y su destino, resulta algo muy difícil de demostrar y por lo tanto de darle veracidad, sin embrago lo que es perfectamente claro y visibles, es que los últimos acontecimientos mundiales (incluida la guerra de Ucrania) han generado un cambio de orden en el poder político y económico, y que podemos aludir a este como el Nuevo Orden Mundial.
Este Nuevo Orden Mundial viene dado por el fortalecimiento del eje oriental Rusia, China e India, en contrapeso a las potencias de Occidente y el nuevo protagonismo de los BRICS como bloque económico mundial en un momento donde la fuerza impulsora de la globalización se encuentra debilitada.
Los cambios a escala global se suceden de forma cada vez mas rápida, y a lo anterior se llego en poco tiempo, ya que los BRICS se agruparon como bloque económico en el año 2008 y hoy están siendo observados con preocupación por las principales potencias económicas de occidente y Europa. En términos generales, BRICS es el acrónimo de una asociación económica-comercial que se refiere a los países de Brasil, Rusia, India y China considerados países en desarrollo en una etapa similar del desarrollo económico recientemente avanzado, asimismo, en los países BRIC, se junta a la mitad de la población mundial, el 23% del PIB del mundo y más del 40% de la superficie del planeta.
El grupo fue constituido formalmente en 2008, formado inicialmente por las economías de Brasil, Rusia, India y China (BRIC). A finales de 2010, se incorporó oficialmente Sudáfrica (S) como quinto miembro del grupo, completando así el acrónimo conocido como BRICS. Siendo la economía más desarrollada del continente, Sudáfrica representaba la puerta de entrada a la región.
La evolución de las economías BRICS, pero en particular la de China, ha confirmado para muchos el potencial de los mercados emergentes: en el 2001 las naciones emergentes BRIC tenían una participación del 8% en el PIB global y un crecimiento promedio de 4,47% frente al 1,59% alcanzado en conjunto por el G7 (Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón, y el Reino Unido). Para el 2017 el PIB acumulado por los países BRICS representaba más del 23% del global, con China e India aportando un 19,55% del total acumulado, y en el 2020, con el escenario global de desaceleración económica, China confirmó una expansión de su PIB del 2,3%, en contraste, según análisis del Banco Mundial, de las economías de EE.UU. y la Eurozona registraron una contracción del 3,6% y el 7,4% respectivamente.
Otro hito importante marcado por los BRICS es que, durante su quinta cumbre, en marzo de 2013, anunciaron la creación de un Banco de Desarrollo, hoy Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que inició sus operaciones en 2016 y que busca crear una vía alternativa al Banco Mundial y proveer a sus miembros un peso más significativo en contraste al Fondo Monetario Internacional. La institución además tiene el objetivo de impulsar países emergentes y economías en desarrollo a través de la financiación de proyectos relacionados principalmente con la infraestructura y las energías renovables.
Los países BRICS reúnen características que se consideran clave para el potencial de crecimiento económico, como son la gran extensión territorial, riqueza en recursos naturales y población absoluta, lo que puede traducirse en mayores oportunidades y competitividad. A estos factores de crecimiento se suman otros rasgos característicos de las economías emergentes: Ingreso per cápita menor al promedio, Potencial de crecimiento rápido, Volatilidad de sus mercados y Amplios ratios de riesgo-beneficio, que en escenarios ideales incrementan las posibilidades de un retorno sobre la inversión mayor al esperado en los países desarrollados.
Sin embargo, resulta más que claro que los BRICS son ampliamente liderados por Rusia y China, cuyas intenciones son provocar un cambio en el orden mundial actual: la combinación de instituciones, ideas y estructuras de poder que determina cómo se desarrolla la política global, etcétera. En otras palabras, comparten la determinación de crear un nuevo orden mundial que se adapte mejor a los intereses de Rusia y China, tal como lo definen sus líderes actuales.
Dos características del orden mundial actual que los rusos y los chinos objetan con frecuencia son la "unipolaridad" y la "universalidad". En pocas palabras, creen que el actual sistema le da a EE.UU. demasiado poder, y están decididos a cambiar eso.
Para Rusia y China, la creación de un nuevo orden mundial no es simplemente una cuestión de puro poder, también es una batalla de ideas. Mientras que la tradición liberal occidental promueve la idea de los derechos humanos universales, los pensadores rusos y chinos argumentan que se debe permitir que las diferentes tradiciones culturales y "civilizaciones" se desarrollen de diferentes maneras.
En contraposición con el orden mundial actual que se caracteriza por un intento estadounidense de imponer las ideas occidentales sobre la democracia y los derechos humanos en otros países, si es necesario mediante la intervención militar. El nuevo orden mundial que pretenden Rusia y China se basaría en distintas esferas de influencia, donde EE.UU. aceptaría la dominación rusa y china de sus naciones vecinas y dejaría de apoyar las luchas democráticas que podrían amenazar a los intereses de estos países.
Al respecto la invasión de Ucrania también tiene que ver con el "orden mundial" porque representa una cuestión muy importante, que es la facultad que tiene una potencia militar como Rusia de atacar e invadir un país democrático y de menor poderío como lo es Ucrania, esto tiene para EE.UU. claras implicaciones globales, ya que sabe que si Rusia tiene éxito finalmente, establecerá su propia "esfera de influencia" y se sentará un precedente para China, que bien es sabido de su permanente interés por anexar a Taiwán a su territorio.
Fuente: Fredy Wömpner - wompner@gmail.com
En Mateo 24:6-8, Jesús se refiere al final de los tiempos diciendo: "Ustedes oirán de guerras y de rumores de guerras, pero procuren no alarmarse. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin", mientras que en Lucas 21:11 también señala: "Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales del cielo", y todo parece indicar que vivimos en los tiempos de esta advertencia; la epidemia del Covid-19 ha causado hasta el momento la muerte de 15 millones de personas y la invasión de Rusia a Ucrania, ha provocado la militarización del norte de Europa y la preocupación mundial frente a la posibilidad de que el conflicto pueda involucrar a otros países y escalar más allá todavía, y para que mencionar la escasez de alimentos consecuencia de todos estos factores (guerra, covid-19, crisis climática y costos al alza) que ha llevado a que 44 millones de personas se encuentren al borde de la hambruna.
Como si todo lo anterior fuese poco, con el comienzo de la epidemia del Covid 19 y la serie de restricciones y limitaciones a la sociedad y su avance, surgieron diversas teorías conspirativas y entre ellas la que aludía al plan de generar un Nuevo Orden Mundial, como desde hace un tiempo a la fecha, era atribuido por varios autores (Dan Brown, entre otros) a algunas sectas secretas como la francmasonería y los iluminattis, pero la idea de la existencia de un gobierno oculto y paralelo del mundo, que rija el rumbo de la humanidad y su destino, resulta algo muy difícil de demostrar y por lo tanto de darle veracidad, sin embrago lo que es perfectamente claro y visibles, es que los últimos acontecimientos mundiales (incluida la guerra de Ucrania) han generado un cambio de orden en el poder político y económico, y que podemos aludir a este como el Nuevo Orden Mundial.
Este Nuevo Orden Mundial viene dado por el fortalecimiento del eje oriental Rusia, China e India, en contrapeso a las potencias de Occidente y el nuevo protagonismo de los BRICS como bloque económico mundial en un momento donde la fuerza impulsora de la globalización se encuentra debilitada.
Los cambios a escala global se suceden de forma cada vez mas rápida, y a lo anterior se llego en poco tiempo, ya que los BRICS se agruparon como bloque económico en el año 2008 y hoy están siendo observados con preocupación por las principales potencias económicas de occidente y Europa. En términos generales, BRICS es el acrónimo de una asociación económica-comercial que se refiere a los países de Brasil, Rusia, India y China considerados países en desarrollo en una etapa similar del desarrollo económico recientemente avanzado, asimismo, en los países BRIC, se junta a la mitad de la población mundial, el 23% del PIB del mundo y más del 40% de la superficie del planeta.
El grupo fue constituido formalmente en 2008, formado inicialmente por las economías de Brasil, Rusia, India y China (BRIC). A finales de 2010, se incorporó oficialmente Sudáfrica (S) como quinto miembro del grupo, completando así el acrónimo conocido como BRICS. Siendo la economía más desarrollada del continente, Sudáfrica representaba la puerta de entrada a la región.
La evolución de las economías BRICS, pero en particular la de China, ha confirmado para muchos el potencial de los mercados emergentes: en el 2001 las naciones emergentes BRIC tenían una participación del 8% en el PIB global y un crecimiento promedio de 4,47% frente al 1,59% alcanzado en conjunto por el G7 (Alemania, Canadá, EE.UU., Francia, Italia, Japón, y el Reino Unido). Para el 2017 el PIB acumulado por los países BRICS representaba más del 23% del global, con China e India aportando un 19,55% del total acumulado, y en el 2020, con el escenario global de desaceleración económica, China confirmó una expansión de su PIB del 2,3%, en contraste, según análisis del Banco Mundial, de las economías de EE.UU. y la Eurozona registraron una contracción del 3,6% y el 7,4% respectivamente.
Otro hito importante marcado por los BRICS es que, durante su quinta cumbre, en marzo de 2013, anunciaron la creación de un Banco de Desarrollo, hoy Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que inició sus operaciones en 2016 y que busca crear una vía alternativa al Banco Mundial y proveer a sus miembros un peso más significativo en contraste al Fondo Monetario Internacional. La institución además tiene el objetivo de impulsar países emergentes y economías en desarrollo a través de la financiación de proyectos relacionados principalmente con la infraestructura y las energías renovables.
Los países BRICS reúnen características que se consideran clave para el potencial de crecimiento económico, como son la gran extensión territorial, riqueza en recursos naturales y población absoluta, lo que puede traducirse en mayores oportunidades y competitividad. A estos factores de crecimiento se suman otros rasgos característicos de las economías emergentes: Ingreso per cápita menor al promedio, Potencial de crecimiento rápido, Volatilidad de sus mercados y Amplios ratios de riesgo-beneficio, que en escenarios ideales incrementan las posibilidades de un retorno sobre la inversión mayor al esperado en los países desarrollados.
Sin embargo, resulta más que claro que los BRICS son ampliamente liderados por Rusia y China, cuyas intenciones son provocar un cambio en el orden mundial actual: la combinación de instituciones, ideas y estructuras de poder que determina cómo se desarrolla la política global, etcétera. En otras palabras, comparten la determinación de crear un nuevo orden mundial que se adapte mejor a los intereses de Rusia y China, tal como lo definen sus líderes actuales.
Dos características del orden mundial actual que los rusos y los chinos objetan con frecuencia son la "unipolaridad" y la "universalidad". En pocas palabras, creen que el actual sistema le da a EE.UU. demasiado poder, y están decididos a cambiar eso.
Para Rusia y China, la creación de un nuevo orden mundial no es simplemente una cuestión de puro poder, también es una batalla de ideas. Mientras que la tradición liberal occidental promueve la idea de los derechos humanos universales, los pensadores rusos y chinos argumentan que se debe permitir que las diferentes tradiciones culturales y "civilizaciones" se desarrollen de diferentes maneras.
En contraposición con el orden mundial actual que se caracteriza por un intento estadounidense de imponer las ideas occidentales sobre la democracia y los derechos humanos en otros países, si es necesario mediante la intervención militar. El nuevo orden mundial que pretenden Rusia y China se basaría en distintas esferas de influencia, donde EE.UU. aceptaría la dominación rusa y china de sus naciones vecinas y dejaría de apoyar las luchas democráticas que podrían amenazar a los intereses de estos países.
Al respecto la invasión de Ucrania también tiene que ver con el "orden mundial" porque representa una cuestión muy importante, que es la facultad que tiene una potencia militar como Rusia de atacar e invadir un país democrático y de menor poderío como lo es Ucrania, esto tiene para EE.UU. claras implicaciones globales, ya que sabe que si Rusia tiene éxito finalmente, establecerá su propia "esfera de influencia" y se sentará un precedente para China, que bien es sabido de su permanente interés por anexar a Taiwán a su territorio.
Fuente: Fredy Wömpner - wompner@gmail.com