La última foto… antes del suicidio

La última foto… antes del suicidio
Dr. Franco Lotito C.- Académico, escritor e investigador (PUC-UACh) — www.aurigaservicios.cl

De acuerdo con una publicación de “Psicología y Mente”, una organización que ofrece apoyo en salud mental en Europa, el hecho de “provocarse la propia muerte, generalmente, es el producto de un profundo sufrimiento y de la falta de percepción de alternativas para aliviarlo”, y si bien hay un grupo de personas que envía avisos y señales manifestando su deseo de acabar con su vida –denominado “grito de auxilio”– hay otro grupo de personas que pueden aparentar estar contentas y ser felices, para días después quitarse la vida, lo que nos demuestra que “los suicidas no siempre parecen suicidas”, algo que la campaña contra el suicidio llamada “La última foto” quiso demostrar.

Ahora bien, algunas de las frases más frecuentes que se escuchan en boca de los posibles suicidas, son las siguientes: “La vida no merece la pena”, “Pronto dejaré de ser una carga para los demás”, “Para vivir en estas condiciones, mejor es estar muerto”, “Ya no puedo más, estoy cansado de luchar”, “Pronto dejaré de sufrir”, “Ya no tengo nada por lo que vivir”, entre otras frases.

Pues bien, hace tan sólo algunas semanas atrás se inauguró a orillas del río Támesis en la ciudad de Londres, Inglaterra, una gran exposición con los retratos de 50 personas en formato gigante, quienes, en las fotografías se muestran muy sonrientes, contentas y felices, ya que los distintos protagonistas de estas fotos se ven celebrando diversos acontecimientos: cumpleaños, la fiesta de graduación, saliendo a compartir una velada o una copa con sus amigos, familiares y/o colegas de trabajo.

Todos ellos aparecen en las fotos como personas muy relajadas, despreocupadas y contentas. Sin embargo, la dura y triste realidad que se esconde detrás de esta fachada de aparente felicidad es muy distinta, por cuanto, estas son las últimas fotos que estas personas se hicieron antes de tomar la drástica decisión de quitarse la vida.

La campaña “La última foto” tuvo como objetivo demostrar —y mostrar al público que observaba la exposición— que el suicidio, demasiado a menudo, simplemente, no se ve como todos nosotros quisiéramos pensar.

De acuerdo con un Informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado en junio de 2021, más de 700.000 personas alrededor del mundo se quitan la vida cada año, en tanto que otras investigaciones señalan que la cifra superaría el millón de personas. Lo cierto, es que por cada suicidio consumado se producen muchas tentativas fallidas de suicidio.

Al respecto de lo anterior, resulta importante destacar, que una investigación muestra que en los jóvenes entre 14 y 19 años, el primer lugar como causa de muerte lo ocupa el grupo de “Causas Externas con el 59% de fallecimientos”, donde los primeros lugares de muerte no natural lo ocupan “los accidentes de tránsito” y las “lesiones autoinfligidas”, es decir, el suicidio, en tanto que las ideas suicidas en niños se han multiplicado por 20 durante la última década, habiendo teléfonos de ayuda y de apoyo psicológico que reciben hasta quinientos llamados por día por parte de personas de distintas edades que están pensando en atentar en contra de sus vidas.

Debe quedar claro, que todos los casos de suicidio —indistinto de la edad en que se produzcan— representan una pérdida y una gran tragedia que afecta directamente a las familias, a la comunidad y al país mismo por las vidas que se pierden, y que tiene efectos duraderos en los familiares más cercanos de los suicidas.

Ahora bien, la OMS destaca que en la población general, un intento de suicidio no consumado representa el “factor individual de riesgo” más relevante que debe ser tomado en cuenta muy seriamente por parte de todos aquellos que se encuentran alrededor de la persona que atentó fallidamente en contra de su propia vida: familiares, comunidad escolar, entorno laboral, etc., por el alto riesgo que se corre de que el acto se repita.

La exposición llevada a cabo en Londres fue una iniciativa de la Organización No Gubernamental británica Campaña Contra Vivir Miserablemente (Campaign Against Living Miserably, CALM) con la finalidad de crear conciencia en las personas de que los “suicidas no siempre parecen suicidas”, por cuanto, el lema de la campaña “La última foto” lo que busca es ayudar a la población a comprender que las distintas señales del suicidio a menudo son casi invisibles o, simplemente, no corresponden a las señales que nosotros esperaríamos ver en un posible suicida, ya que estas personas pueden, incluso, parecer “felices” días y horas antes de quitarse la vida.

La idea de fondo de la campaña es terminar con una serie de percepciones erróneas al respecto de un tema tan sensible como este, así como el estigma que rodea al acto suicida en sí, al mismo tiempo que entregar sugerencias, consejos y herramientas prácticas para hablar abiertamente del suicidio y colaborar para ayudar a prevenirlo.

Entre las principales causas de suicidio en el grupo de adolescentes se encuentran: presencia de trastorno bipolar, depresión, un trastorno límite de personalidad, esquizofrenia, un trastorno de oposición desafiante ante problemas con la familia de origen, consumo de alcohol, drogas y otras sustancias nocivas para la salud, accidentes de tránsito, etc.

Señalemos, finalmente, que en términos estadísticos, a nivel mundial, cada 40 segundos una persona se quita la vida y si bien son las mujeres las que presentan más conductas suicidas, son los hombres quienes, finalmente, se suicidan más y de manera más violenta.

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