Revelando el mal: la tríada oscura del liderazgo

Revelando el  mal: la tríada oscura del liderazgo
Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl, Académico, escritor e investigador (PUC-UACh).

Durante mucho tiempo, las investigaciones y estudios acerca del liderazgo se han centrado en las formas idealizadas –y, en ocasiones, algo románticas– del ejercicio del “buen liderazgo”, tales como el liderazgo de tipo transformacional, carismático, auténtico, etcétera, estilos que, por cierto, nos gustaría encontrar en todas aquellas personas que deben dirigir empresas, instituciones públicas e, incluso, países, algo que no siempre sucede. En este sentido, los investigadores han sido negligentes en estudiar los aspectos antagónicos del liderazgo, a saber, el lado oscuro, violento y poco romántico del liderazgo.

La literatura actualizada acerca de este importante tema, así como de ciertos estilos de personalidad revelan que debido al elevado nivel de necesidad de poder y de orientación social de carácter dominante que muestran algunas personas, una variedad de individuos con personalidades de la tríada oscura –“narcisistas, maquiavélicos y psicópatas”– pueden ser encontrados, hoy en día, en altas posiciones de liderazgo y poder.

Uno de los casos más emblemáticos de lo que se está planteando en estas líneas, lo representa el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un sujeto que tenía una clara mezcla de la tríada oscura con rasgos de personalidad de carácter psicopático, maquiavélico, narcisista y mitómano, y que no dudó un segundo en incitar a sus seguidores a asaltar a sangre y fuego el Capitolio –un hecho insólito para la democracia de ese país– a fin de mantenerse en el poder, luego de difundir una sarta de mentiras y falsedades acerca de que en la última elección presidencial le “habían robado la presidencia”.

Ahora bien, el liderazgo oscuro refleja, sin lugar a dudas, una parte importante de la realidad relacionada con el ejercicio del liderazgo. No obstante lo anterior, este tipo de liderazgo está todavía poco estudiado, en función de lo cual, la idea de fondo, es hacer aquí un breve análisis de la combinación de la tríada oscura de la personalidad y su vinculación con el ejercicio del liderazgo bajo sus formas narcisista, maquiavélica y psicopática.

No obstante que los líderes oscuros pueden ser muy egoístas, impulsivos, explotadores y tóxicos también pueden ser efectivos tal como quienes ejercen un liderazgo positivo, pro social y auto controlado. La gran diferencia entre unos y otros radica en el grave daño físico y emocional que provocan en las personas que los rodean, el alto nivel de miedo y temor que infunden en los colaboradores y el pésimo clima laboral que generan, lo que lleva a que muchos trabajadores –entre ellos gente talentosa– opte por abandonar la empresa y buscar ambientes laborales donde primen la confianza, el respeto y el buen trato.

El hecho de poder comprender cabalmente la naturaleza del “mal” o el hecho de ser un “sujeto malvado”, ha representado un gran desafío para la ciencia, es por ello, que un enfoque muy productivo en relación con este tema ha sido estudiar los rasgos antisociales de las personas, agrupando a tres personalidades antisociales reconocidas, precisamente, como la “tríada oscura”, es decir, el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía.

Es así, que los investigadores Paulhus y Williams intentaron dilucidar el significado del “mal” (o “maldad”) bajo el paraguas de la “tríada oscura”, tres constelaciones aversivas de ciertos rasgos de personalidad que se superponen moderadamente y que están asociadas con la provocación de un daño significativo, así como la explotación y el abuso de los demás. De acuerdo con Paulhus y Williams esta tríada del mal incluía al:

  1. Maquiavelismo: caracterizado por la manipulación, explotación de las personas y el resguardo del interés propio, bajo la forma de un actuar dominado por una agenda oculta que sólo conoce el sujeto maquiavélico.
  2. Narcisismo: con la presencia de grandiosidad, marcado egoísmo y una profunda falta de respeto y empatía hacia las demás personas.
  3. Psicopatía: presencia de una conducta antisocial, impulsiva y descontrolada, insensibilidad ante el dolor ajeno y falta absoluta de remordimiento por sus actos y fechorías.

Dada la superposición de algunos de los rasgos que componen estos tres tipos de personalidad, no sorprende para nada que todos ellos se correlacionen con un estilo interpersonal donde prima la insensibilidad, el abuso, el maltrato y la manipulación a destajo. Los primeros investigadores en acuñar el término “Tríada oscura” fueron, precisamente, el Dr. Delroy Paulhus y el Dr. Kevin Williams con la finalidad de describir el maquiavelismo (a saber, manipulación social calculada), la psicopatía (presencia de comportamientos insensibles, impulsivos y con carácter depredador) y el narcisismo (es decir, la existencia de un ego excesivo y un comportamiento egoísta).

Es más: en los niveles subclínicos, estas tres constelaciones desagradables y antagónicas de rasgos de personalidad se correlacionan con la generación de daños sociales, emocionales y legales significativos, en tanto que a nivel clínico, la psicopatía es el mejor predictor individual de reincidencia con carácter violento y representa una cantidad desproporcionada de delitos violentos.

La “sintomatología psicológica subclínica” se refiere a alteraciones de personalidad que no se expresan con signos y síntomas detectables, pero que sí se revelan a partir de los efectos y consecuencias en el desempeño y comportamiento del individuo. Si esto lo llevamos al ámbito carcelario y criminal, los psicópatas representan hasta el 30% de la población carcelaria y son responsables de más del 50% de los delitos violentos.

En función de lo anterior, hay muy buenas razones para afirmar que en el ámbito empresarial estos rasgos están asociados con infligir un daño significativo y deliberado a sus colaboradores, lo que en rigor, significa que dichos rasgos se superponen muy bien con el significado de la palabra “maldad” o con el hecho de ser un sujeto “malvado”.

Las estrategias conductuales insensibles y calculadas del maquiavelismo están relacionadas con el éxito profesional, donde las personas maquiavélicas aparecen como sujetos “controladores y coercitivos” que utilizan una combinación adaptativa de tácticas pro y antisociales para conseguir sus propios y oscuros objetivos.

A su vez, los individuos psicópatas comparten algunos rasgos con los maquiavélicos, a saber la insensibilidad y la manipulación interpersonal, pero también tienden a ser imprudentes, irresponsables y grandilocuentes. Se supone que los psicópatas son “tramposos evolucionados” que aprovechan la cooperación de los demás, ya que carecen de los mecanismos emocionales que impiden el comportamiento antisocial, tanto así, que “los psicópatas pueden tener mucho éxito en los negocios y en la política”.

El narcisismo, a su vez, incluye grandiosidad y una necesidad crónica de autoafirmación y autoestima. Estos rasgos pueden ser beneficiosos para mantener los esfuerzos de las personas enfocadas en sí mismas a expensas de los demás.

Digamos, finalmente, que todas las personalidades de la tríada oscura se caracterizan “por un avance personal con carácter despiadado, con capacidad para explotar comportamientos cooperativos de la mayoría de las personas”, al mismo tiempo que estos sujetos “eliminan del todo la necesidad evolucionada de corresponder a otros con conductas positivas recíprocas” en directa relación con aquello que estos sujetos reciben.

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