Vejez y pobreza: lo que cuenta la CASEN
馃數Por Liliana Cort茅s, Directora Social Nacional del Hogar de Cristo.
En el segmento m谩s pobre del pa铆s, integrado por 1.890.860 personas, el ingreso aut贸nomo mensual promedio es de 95 mil pesos. Esto significa que en el decil m谩s desfavorecido ese es el monto que una persona genera con su trabajo y sus iniciativas productivas contra el ingreso aut贸nomo promedio mensual del pa铆s, que es de un mill贸n 200 mil pesos.
O sea, hablamos de gente que lo est谩 pasando muy, muy mal. Otro dato elocuente es que en ese segmento poblacional, en 2022, los ingresos aut贸nomos representaron el 37% y los subsidios el 63%, mientras que el 2017 los ingresos aut贸nomos fueron 63% y los subsidios 37%.
Es decir, exactamente la proporci贸n inversa.
Resulta obvio que no estamos frente a un buen escenario, porque la econom铆a chilena no es capaz de resistir estos niveles de subvenciones y apoyos. Es imposible sostenerlos en el tiempo. Son esfuerzos correctos para tiempos de crisis. Medidas que cumplieron un rol importante para que las familias pudieran enfrentar la precariedad en la que viven, sin embargo, no son la acci贸n permanente que nos permitir谩 ir reduciendo sostenidamente la pobreza.
Representan adem谩s una enorme paradoja, porque como Hogar de Cristo sabemos que para erradicar la vulnerabilidad y precariedad social se requiere que las personas desarrollen eso que los soci贸logos llaman “capacidad de agencia”, que es la habilidad de un individuo de cambiar activamente las condiciones estructurales que lo rodean. Los subsidios y apoyos atentan contra esa capacidad. Y se terminan convirtiendo en una trampa infantilizante, que vuelve a los seres humanos dependientes.
Cuando enfocamos la lupa sobre datos espec铆ficos de la encuesta CASEN 2022, donde este contrasentido resulta m谩s evidente es en el caso de los adultos mayores.
En el 谩mbito de la pobreza multidimensional, los resultados corroboran una tendencia: los mayores presentan una menor proporci贸n de personas en situaci贸n de pobreza por ingresos, en comparaci贸n con la poblaci贸n menor de 60 a帽os. Esta realidad se explica por la Pensi贸n Garantizada Universal (PGU), que es el principal mecanismo de transferencia monetaria para esta poblaci贸n.
Sin embargo, la proporci贸n de personas en situaci贸n de pobreza multidimensional contin煤a siendo superior en las personas mayores al compararlas con el segmento etario menor de 60. De modo m谩s espec铆fico, mientras que el 16,5% de las personas entre 0 a 59 a帽os se encuentran en situaci贸n de pobreza multidimensional, en las personas de 60 a帽os y m谩s la proporci贸n alcanza un ¡19%!
Estos datos reflejan que, a pesar de contar con ingresos mensuales suficientes como para satisfacer necesidades b谩sicas alimentarias y no alimentarias, este ingreso resulta insuficiente para resolver problemas asociados a aspectos fundamentales de la inclusi贸n social y el desarrollo de capacidades.
Redes activas, acompa帽amiento, accesibilidad, estado de las viviendas, escolaridad, trato igualitario, atenci贸n de salud, son dimensiones que no se salvan simplemente por contar con la PGU y un mejor ingreso monetario. Esas dimensiones, donde existen problemas, carencias, obst谩culos objetivos para una vejez digna, no tienen buenos indicadores, lo que reafirma que s贸lo a punta de subsidios no se resuelven las profundas brechas de pobreza y desigualdad de Chile, sobre todo en el caso de nuestros mayores.
M谩s grave a煤n si pensamos que en 2050 ellos –yo misma, muchos– seremos un tercio del total de la poblaci贸n del pa铆s. As铆 es que sigamos avanzando en el proyecto de ley de envejecimiento digno, activo y saludable haci茅ndonos cargo de estas brechas y m谩s.
Fuente: Mat铆as Benjam铆n Concha Parada - mconcha@hogardecristo.cl
En el segmento m谩s pobre del pa铆s, integrado por 1.890.860 personas, el ingreso aut贸nomo mensual promedio es de 95 mil pesos. Esto significa que en el decil m谩s desfavorecido ese es el monto que una persona genera con su trabajo y sus iniciativas productivas contra el ingreso aut贸nomo promedio mensual del pa铆s, que es de un mill贸n 200 mil pesos.
O sea, hablamos de gente que lo est谩 pasando muy, muy mal. Otro dato elocuente es que en ese segmento poblacional, en 2022, los ingresos aut贸nomos representaron el 37% y los subsidios el 63%, mientras que el 2017 los ingresos aut贸nomos fueron 63% y los subsidios 37%.
Es decir, exactamente la proporci贸n inversa.
Resulta obvio que no estamos frente a un buen escenario, porque la econom铆a chilena no es capaz de resistir estos niveles de subvenciones y apoyos. Es imposible sostenerlos en el tiempo. Son esfuerzos correctos para tiempos de crisis. Medidas que cumplieron un rol importante para que las familias pudieran enfrentar la precariedad en la que viven, sin embargo, no son la acci贸n permanente que nos permitir谩 ir reduciendo sostenidamente la pobreza.
Representan adem谩s una enorme paradoja, porque como Hogar de Cristo sabemos que para erradicar la vulnerabilidad y precariedad social se requiere que las personas desarrollen eso que los soci贸logos llaman “capacidad de agencia”, que es la habilidad de un individuo de cambiar activamente las condiciones estructurales que lo rodean. Los subsidios y apoyos atentan contra esa capacidad. Y se terminan convirtiendo en una trampa infantilizante, que vuelve a los seres humanos dependientes.
Cuando enfocamos la lupa sobre datos espec铆ficos de la encuesta CASEN 2022, donde este contrasentido resulta m谩s evidente es en el caso de los adultos mayores.
En el 谩mbito de la pobreza multidimensional, los resultados corroboran una tendencia: los mayores presentan una menor proporci贸n de personas en situaci贸n de pobreza por ingresos, en comparaci贸n con la poblaci贸n menor de 60 a帽os. Esta realidad se explica por la Pensi贸n Garantizada Universal (PGU), que es el principal mecanismo de transferencia monetaria para esta poblaci贸n.
Sin embargo, la proporci贸n de personas en situaci贸n de pobreza multidimensional contin煤a siendo superior en las personas mayores al compararlas con el segmento etario menor de 60. De modo m谩s espec铆fico, mientras que el 16,5% de las personas entre 0 a 59 a帽os se encuentran en situaci贸n de pobreza multidimensional, en las personas de 60 a帽os y m谩s la proporci贸n alcanza un ¡19%!
Estos datos reflejan que, a pesar de contar con ingresos mensuales suficientes como para satisfacer necesidades b谩sicas alimentarias y no alimentarias, este ingreso resulta insuficiente para resolver problemas asociados a aspectos fundamentales de la inclusi贸n social y el desarrollo de capacidades.
Redes activas, acompa帽amiento, accesibilidad, estado de las viviendas, escolaridad, trato igualitario, atenci贸n de salud, son dimensiones que no se salvan simplemente por contar con la PGU y un mejor ingreso monetario. Esas dimensiones, donde existen problemas, carencias, obst谩culos objetivos para una vejez digna, no tienen buenos indicadores, lo que reafirma que s贸lo a punta de subsidios no se resuelven las profundas brechas de pobreza y desigualdad de Chile, sobre todo en el caso de nuestros mayores.
M谩s grave a煤n si pensamos que en 2050 ellos –yo misma, muchos– seremos un tercio del total de la poblaci贸n del pa铆s. As铆 es que sigamos avanzando en el proyecto de ley de envejecimiento digno, activo y saludable haci茅ndonos cargo de estas brechas y m谩s.
Fuente: Mat铆as Benjam铆n Concha Parada - mconcha@hogardecristo.cl