Lecciones del fracaso constitucional y desafíos futuros

Bernardo Candia Henríquez, Alcalde de San Juan de la Costa
Por Bernardo Candia Henríquez, Alcalde de San Juan de la Costa.

El reciente proceso constitucional en nuestro país ha dejado lecciones importantes que no debemos pasar por alto. Desde la convocatoria al plebiscito hasta la votación sobre la propuesta constitucional, el camino ha estado plagado de desafíos y tensiones. Es crucial reflexionar sobre estos eventos para comprender mejor el estado actual de la política y los anhelos de la ciudadanía.

La declaración inicial resalta el origen del cambio constitucional y destaca que el 80% de la ciudadanía expresó su deseo de una nueva Constitución en la primera votación. Sin embargo, señala un proceso convencional que fracasó, donde extremos intentaron imponer su visión, siendo rechazado por un contundente 65%. Luego, el proceso de consejeros constitucionales también enfrentó la desaprobación mayoritaria, con más del 56% en desacuerdo con la propuesta.

Esta realidad nos invita a una profunda reflexión. ¿Cuál es el aprendizaje fundamental de estos cuatro años? La ciudadanía parece estar hastiada y ansiosa por un enfoque diferente. La clave, según la declaración, es el crecimiento económico. La gente anhela mejoras en educación, salud y vivienda, y esto solo es posible con recursos generados por el crecimiento económico. El llamado al gobierno es claro: un énfasis en un plan de desarrollo e infraestructura para impulsar el crecimiento es imperativo.

El segundo tema crucial que se aborda es la creciente desconexión entre la clase política y la ciudadanía. La actitud de arrogancia y falta de disposición para llegar a acuerdos evidenciada durante el proceso constitucional podría tener consecuencias significativas. La clase política corre el riesgo de enfrentar un castigo cada vez mayor, ya que la población muestra su frustración ante la incapacidad para centrarse en el bien común.

La falta de acuerdo en temas cruciales, como desarrollo, pensiones, salud y educación, podría llevar a un rechazo generalizado hacia los políticos. La incapacidad para llegar a acuerdos podría resultar en el surgimiento de caudillos, ya que la población podría optar por figuras que prometan un cambio significativo.

En conclusión, las lecciones aprendidas no deben pasar desapercibidas. El llamado es a un cambio de enfoque hacia el crecimiento económico y la necesidad urgente de que la clase política se reconcilie con los anhelos y necesidades reales de la ciudadanía. Ignorar estas lecciones podría tener consecuencias duraderas para el futuro político de nuestro país.


Fuente: comunicacionesanjuandelacosta@gmail.com
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