Cambio de Hora: Horario de invierno
Chile se prepara para sus cambios de hora oficiales en 2024, con ajustes programados tanto para el horario de invierno como para el de verano, afectando a la mayoría de sus regiones excepto a Magallanes y la Antártica Chilena. El primer cambio, al horario de invierno, tendrá lugar el sábado 6 de abril a las 23:59 horas, momento en que los relojes deberán atrasarse una hora. El segundo cambio, marcando el retorno al horario de verano, está fijado para el sábado 7 de septiembre, cuando los relojes se adelantarán una hora.
La excepción de estos cambios en Magallanes y la Antártica Chilena destaca la adaptación regional a las necesidades específicas de iluminación y actividad durante el año. Mientras tanto, el impacto del cambio de hora se extiende más allá de la simple modificación de los relojes, especialmente en los niños, quienes pueden experimentar alteraciones tanto físicas como psicológicas.
Los niños, en particular, pueden mostrar signos de cansancio, alteraciones del apetito, dificultades para dormir, irritabilidad y episodios de ansiedad tras el ajuste horario. La secreción de melatonina, esencial para regular el sueño, puede verse afectada, llevando a trastornos emocionales y somáticos en los días posteriores al cambio.
Ante estos desafíos, se recomienda a los padres tomar medidas para facilitar la transición de sus hijos al nuevo horario. Mejorar la higiene del sueño y ajustar las actividades diarias con anticipación son estrategias clave para minimizar el impacto negativo del cambio de hora en el bienestar de los niños.
Con una planificación cuidadosa y atención al bienestar emocional y físico, las familias pueden manejar estos cambios horarios de manera efectiva, asegurando que tanto niños como adultos se adapten suavemente al nuevo ritmo de vida.
Fuente información: Agencia MI
La excepción de estos cambios en Magallanes y la Antártica Chilena destaca la adaptación regional a las necesidades específicas de iluminación y actividad durante el año. Mientras tanto, el impacto del cambio de hora se extiende más allá de la simple modificación de los relojes, especialmente en los niños, quienes pueden experimentar alteraciones tanto físicas como psicológicas.
Los niños, en particular, pueden mostrar signos de cansancio, alteraciones del apetito, dificultades para dormir, irritabilidad y episodios de ansiedad tras el ajuste horario. La secreción de melatonina, esencial para regular el sueño, puede verse afectada, llevando a trastornos emocionales y somáticos en los días posteriores al cambio.
Ante estos desafíos, se recomienda a los padres tomar medidas para facilitar la transición de sus hijos al nuevo horario. Mejorar la higiene del sueño y ajustar las actividades diarias con anticipación son estrategias clave para minimizar el impacto negativo del cambio de hora en el bienestar de los niños.
Con una planificación cuidadosa y atención al bienestar emocional y físico, las familias pueden manejar estos cambios horarios de manera efectiva, asegurando que tanto niños como adultos se adapten suavemente al nuevo ritmo de vida.
Fuente información: Agencia MI
