La Muerte de una Democracia: El Autogolpe de Nicolás Maduro

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Por Héctor Zúñiga Gajardo, Vicepresidente de Evópoli Los Lagos.

La reciente victoria de Nicolás Maduro en las elecciones venezolanas marca un momento sombrío en la historia de Venezuela. Este triunfo no es más que un símbolo de la muerte de la democracia y un autogolpe descarado, un fraude que sólo puede esperarse de una narcodictadura. La ideología del socialismo del siglo XXI, personificada por Maduro, ha demostrado una vez más que no tiene intención de abandonar el poder por medios democráticos.

Nos prometieron unas elecciones limpias, nos dijeron que las conversaciones en Barbados traerían un cambio real, que los cómplices de la dictadura tendrían el valor de dejar el poder y que todos los amigos del narcodictador recibirían algún tipo de amnistía judicial por sus crímenes, incluyendo el narcotráfico, las ejecuciones extrajudiciales de más de 6.000 opositores, el saqueo del Banco Central de Venezuela, y muchos más. Pero confiar en una amnistía y terminar como el ex presidente de Honduras, condenado a más de 45 años de cárcel, era una ilusión.

La dictadura organizó y gestionó las elecciones, permitiendo que la oposición hiciera campaña en el país, aunque con numerosas trabas. Sin embargo, al final, ellos mismos contaron los votos, ellos mismos generaron el resultado que hoy conocemos, y ellos mismos crearon la mentira en la que todo el mundo cayó, pensando que esta vez la democracia volvería a Venezuela. Fuimos todos víctimas de un gran engaño.

La pregunta crucial es: ¿Por qué organizó la narcodictadura estas elecciones? Este evento marca un antes y un después en la historia de Venezuela, convirtiendo su futuro en una pesadilla. Primero, fueron capaces de inventarse un parlamento paralelo solo porque la oposición tenía mayoría en el parlamento legítimo. Nunca han jugado limpio. El chavismo ya tenía todo preparado, incluso una ley contra el fascismo que ahora se aplicará contra todos aquellos que indiquen que estas elecciones fueron un fraude, como todos sabemos que lo fueron.

La dictadura jugó todas sus cartas como el buen tramposo que es, teniendo el comodín guardado en su manga. Ahora, podrán encarcelar a toda la oposición si esta se atreve a denunciar el fraude. Esto nos lleva a la raíz del problema: ¿por qué la narcodictadura montó todo este espectáculo? La respuesta es simple: para crear desesperanza en su población, para montar una obra de teatro de esperanza de cambio que nunca llegará. El sentimiento generalizado se convierte en este: "¿Para qué luchar si Maduro y sus secuaces tienen al país secuestrado y no respetarán nada?". Prefieren hundir al país antes que entregarlo democráticamente.

Venezuela está atrapada en un ciclo de represión y falsedades, con un régimen dispuesto a destruir cualquier atisbo de esperanza. Esta última farsa electoral no es más que un capítulo en la larga historia de opresión y corrupción de Maduro, y un recordatorio trágico de la distancia que aún queda por recorrer para restaurar la verdadera democracia en Venezuela.


Fuente información: heangajardo@gmail.com
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