Participar en conjuntos musicales mejora habilidades socioemocionales de adolescentes, revela estudio

Un estudio publicado en la revista PLOS ONE ha revelado que la participación en conjuntos de música clásica tiene un impacto significativo en el desarrollo de las habilidades para la vida de adolescentes, más allá del ámbito musical. 

La investigación, realizada en el Reino Unido, se centró en un grupo de 15 adolescentes de entre 12 y 18 años, quienes formaron parte de un programa educativo musical intensivo. Este programa, orientado a jóvenes que participan en ensambles orquestales, tenía como objetivo principal investigar cómo las experiencias musicales colectivas influyen en su desarrollo personal.

Desarrollo de habilidades más allá de la música

Los adolescentes que participaron en el estudio reportaron un aumento notable en una serie de habilidades socioemocionales clave. Entre ellas, destacaron la mejora en la autoconfianza, el manejo de emociones y el desarrollo de la perseverancia. Estas habilidades son cruciales en la vida diaria de los jóvenes, permitiéndoles enfrentarse mejor a situaciones sociales y académicas complejas.

Además, los participantes señalaron que su capacidad para trabajar en equipo se vio reforzada al colaborar con otros músicos. En un conjunto musical, los jóvenes deben coordinarse, escuchar a sus compañeros y ajustarse a ritmos y estilos variados. Esta dinámica de cooperación resulta muy similar a otros escenarios de la vida, como los grupos de trabajo en el ámbito escolar o en futuras experiencias laborales.

Enfrentando desafíos y superando la frustración

A pesar de los claros beneficios, los adolescentes también enfrentaron ciertos desafíos. Durante el estudio, muchos expresaron haber experimentado frustración, especialmente en momentos de dificultad técnica al interpretar piezas musicales complejas. Sin embargo, estos obstáculos no solo afectaron el proceso de aprendizaje, sino que también actuaron como un motor de resiliencia. La capacidad para superar las dificultades y gestionar el estrés asociado a las presentaciones en público fue otro de los aspectos destacados por los participantes.

De acuerdo con los resultados del estudio, estas experiencias no solo fomentaron la resiliencia, sino que también ayudaron a los jóvenes a desarrollar un pensamiento más crítico y reflexivo. La necesidad de recibir y ofrecer retroalimentación constante en un entorno colaborativo contribuyó a que los adolescentes evaluaran su propio rendimiento y el de sus compañeros de manera constructiva, lo que a su vez fortaleció sus habilidades de comunicación y resolución de problemas.

La música como herramienta para el crecimiento personal

El estudio pone en evidencia el potencial transformador de la música en la vida de los adolescentes. Si bien el enfoque principal del programa fue el desarrollo de habilidades musicales, los beneficios extendidos hacia otras áreas del desarrollo personal fueron significativos. La autoconfianza, la capacidad de colaboración y la gestión emocional adquiridas a través de la práctica musical en conjunto sugieren que la música puede ser una herramienta poderosa para el crecimiento integral de los jóvenes.

Los investigadores sugieren que este tipo de programas musicales puede desempeñar un papel crucial en la educación de los adolescentes, particularmente en aquellos contextos donde el desarrollo de habilidades socioemocionales es tan importante como el logro académico. En resumen, los ensambles musicales ofrecen no solo un espacio para el aprendizaje técnico de la música, sino también una plataforma para el desarrollo de competencias esenciales para la vida.

Este estudio aporta nuevas perspectivas sobre cómo las actividades artísticas colectivas, como los conjuntos de música clásica, pueden contribuir de manera significativa al bienestar y al desarrollo de habilidades vitales en los adolescentes.


Fuente información: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0306326
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