Transparencia y probidad: Pilares fundamentales para la política y las instituciones
Por Héctor Zúñiga Gajardo, Vicepresidente Evópoli Los Lagos.
Recientemente, dos eventos han sacudido la política regional en Chile: la destitución del alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, y de la gobernadora de la Región de Coquimbo, Krist Naranjo. Ambos casos, aunque distintos en sus particularidades, evidencian una preocupante carencia de transparencia y probidad en la gestión pública. Estos principios, lejos de ser simples formalidades, son los pilares que sostienen la confianza ciudadana y la legitimidad de nuestras instituciones.
La transparencia y la probidad son fundamentales en cualquier democracia. Estos valores garantizan que los recursos públicos se administren de manera adecuada y que los funcionarios actúen en beneficio del bien común. Cuando un líder político incumple estos principios, no solo traiciona la confianza de quienes lo eligieron, sino que también debilita la estructura institucional que sostiene nuestra sociedad.
El caso de Gervoy Paredes, quien enfrentó múltiples acusaciones de irregularidades, desde la contratación de parientes hasta la defraudación al municipio, es un claro ejemplo de cómo la falta de transparencia puede llevar a una administración municipal al borde del colapso. Cada una de estas faltas no solo representa una violación a la ley, sino también un duro golpe a la confianza pública en las autoridades locales.
Por su parte, la destitución de Krist Naranjo en Coquimbo, debido al uso indebido de recursos públicos y la falta de probidad en la gestión, resaltan las consecuencias de una administración que se aleja de los principios éticos. El uso de un vehículo fiscal para fines personales y la realización de viajes internacionales sin justificación clara son actos que minan la credibilidad de la autoridad y ponen en riesgo el desarrollo regional.
Las instituciones públicas son el pilar sobre el cual se sostiene cualquier sociedad democrática. Su correcto funcionamiento es esencial para garantizar el bienestar de la ciudadanía y mantener la estabilidad política y social. Cuando estas instituciones son manejadas de manera corrupta o negligente, su capacidad para cumplir con su misión se ve gravemente comprometida.
El resguardo de las instituciones pasa necesariamente por garantizar que quienes las dirigen actúen con transparencia y probidad. No basta con cumplir con las leyes; es fundamental que los líderes políticos actúen de acuerdo con principios éticos que coloquen el interés público por encima de cualquier interés personal o partidista. Solo así se puede proteger la integridad de nuestras instituciones y asegurar que estas funcionen en beneficio de toda la sociedad.
En el contexto de las próximas elecciones municipales y de gobernación, es crucial que los candidatos comprendan la importancia de la transparencia y la probidad en la gestión pública. Aquellos que aspiran a ocupar cargos de liderazgo deben estar conscientes de la responsabilidad que implica dirigir una institución pública y del impacto que sus acciones pueden tener en la confianza ciudadana y en el desarrollo de sus respectivas comunidades.
La política no debe ser vista como un medio para el beneficio personal, sino como un servicio público orientado al bien común. Los nuevos líderes deben comprometerse a gestionar los recursos públicos con transparencia, rendir cuentas de sus acciones y promover la integridad en todas las áreas de la administración. Solo así podrán ganarse la confianza de la ciudadanía y contribuir al fortalecimiento de nuestras instituciones.
Es también fundamental que los partidos políticos asuman un rol activo en la promoción de la transparencia y la probidad entre sus filas. La selección de candidatos debe basarse en criterios de competencia, integridad y compromiso con el servicio público, asegurando que aquellos que lleguen a ocupar cargos de poder sean personas que realmente estén dispuestas a trabajar por el bienestar de sus comunidades.
Para abordar y solucionar el problema de la falta de transparencia y probidad en la política, es esencial implementar un conjunto de medidas que refuercen la integridad en la gestión pública. Esto incluye la creación de mecanismos de control más estrictos y transparentes, como auditorías independientes regulares y la digitalización de procesos administrativos para garantizar una mayor visibilidad y accesibilidad a la información pública. Además, es fundamental fortalecer la formación ética de los funcionarios públicos, asegurando que comprendan y se comprometan con los principios de probidad desde el inicio de su carrera. Finalmente, es crucial que la ciudadanía participe activamente en la vigilancia y denuncia de irregularidades, promoviendo una cultura de responsabilidad y rendición de cuentas que no deje espacio para la corrupción o el abuso de poder.
Si se implementan estas medidas y los votantes ejercen su poder de manera consciente, castigando a los partidos y candidatos que han demostrado falta de integridad, podremos construir un futuro donde la política esté verdaderamente al servicio de la ciudadanía. Con líderes comprometidos con la transparencia y la probidad, nuestras instituciones se fortalecerán y funcionarán en beneficio de todos. Hay esperanza en un mañana donde la justicia y la honestidad prevalezcan, y juntos, podremos alcanzar una sociedad más equitativa, justa y próspera.
Fuente información: heangajardo@gmail.com
Recientemente, dos eventos han sacudido la política regional en Chile: la destitución del alcalde de Puerto Montt, Gervoy Paredes, y de la gobernadora de la Región de Coquimbo, Krist Naranjo. Ambos casos, aunque distintos en sus particularidades, evidencian una preocupante carencia de transparencia y probidad en la gestión pública. Estos principios, lejos de ser simples formalidades, son los pilares que sostienen la confianza ciudadana y la legitimidad de nuestras instituciones.
La importancia de la transparencia y la probidad
La transparencia y la probidad son fundamentales en cualquier democracia. Estos valores garantizan que los recursos públicos se administren de manera adecuada y que los funcionarios actúen en beneficio del bien común. Cuando un líder político incumple estos principios, no solo traiciona la confianza de quienes lo eligieron, sino que también debilita la estructura institucional que sostiene nuestra sociedad.
El caso de Gervoy Paredes, quien enfrentó múltiples acusaciones de irregularidades, desde la contratación de parientes hasta la defraudación al municipio, es un claro ejemplo de cómo la falta de transparencia puede llevar a una administración municipal al borde del colapso. Cada una de estas faltas no solo representa una violación a la ley, sino también un duro golpe a la confianza pública en las autoridades locales.
Por su parte, la destitución de Krist Naranjo en Coquimbo, debido al uso indebido de recursos públicos y la falta de probidad en la gestión, resaltan las consecuencias de una administración que se aleja de los principios éticos. El uso de un vehículo fiscal para fines personales y la realización de viajes internacionales sin justificación clara son actos que minan la credibilidad de la autoridad y ponen en riesgo el desarrollo regional.
Proteger y resguardar las instituciones
Las instituciones públicas son el pilar sobre el cual se sostiene cualquier sociedad democrática. Su correcto funcionamiento es esencial para garantizar el bienestar de la ciudadanía y mantener la estabilidad política y social. Cuando estas instituciones son manejadas de manera corrupta o negligente, su capacidad para cumplir con su misión se ve gravemente comprometida.
El resguardo de las instituciones pasa necesariamente por garantizar que quienes las dirigen actúen con transparencia y probidad. No basta con cumplir con las leyes; es fundamental que los líderes políticos actúen de acuerdo con principios éticos que coloquen el interés público por encima de cualquier interés personal o partidista. Solo así se puede proteger la integridad de nuestras instituciones y asegurar que estas funcionen en beneficio de toda la sociedad.
Llamado a los nuevos candidatos
En el contexto de las próximas elecciones municipales y de gobernación, es crucial que los candidatos comprendan la importancia de la transparencia y la probidad en la gestión pública. Aquellos que aspiran a ocupar cargos de liderazgo deben estar conscientes de la responsabilidad que implica dirigir una institución pública y del impacto que sus acciones pueden tener en la confianza ciudadana y en el desarrollo de sus respectivas comunidades.
La política no debe ser vista como un medio para el beneficio personal, sino como un servicio público orientado al bien común. Los nuevos líderes deben comprometerse a gestionar los recursos públicos con transparencia, rendir cuentas de sus acciones y promover la integridad en todas las áreas de la administración. Solo así podrán ganarse la confianza de la ciudadanía y contribuir al fortalecimiento de nuestras instituciones.
Es también fundamental que los partidos políticos asuman un rol activo en la promoción de la transparencia y la probidad entre sus filas. La selección de candidatos debe basarse en criterios de competencia, integridad y compromiso con el servicio público, asegurando que aquellos que lleguen a ocupar cargos de poder sean personas que realmente estén dispuestas a trabajar por el bienestar de sus comunidades.
Medidas para fortalecer la transparencia y la probidad en la gestión pública
Para abordar y solucionar el problema de la falta de transparencia y probidad en la política, es esencial implementar un conjunto de medidas que refuercen la integridad en la gestión pública. Esto incluye la creación de mecanismos de control más estrictos y transparentes, como auditorías independientes regulares y la digitalización de procesos administrativos para garantizar una mayor visibilidad y accesibilidad a la información pública. Además, es fundamental fortalecer la formación ética de los funcionarios públicos, asegurando que comprendan y se comprometan con los principios de probidad desde el inicio de su carrera. Finalmente, es crucial que la ciudadanía participe activamente en la vigilancia y denuncia de irregularidades, promoviendo una cultura de responsabilidad y rendición de cuentas que no deje espacio para la corrupción o el abuso de poder.
Si se implementan estas medidas y los votantes ejercen su poder de manera consciente, castigando a los partidos y candidatos que han demostrado falta de integridad, podremos construir un futuro donde la política esté verdaderamente al servicio de la ciudadanía. Con líderes comprometidos con la transparencia y la probidad, nuestras instituciones se fortalecerán y funcionarán en beneficio de todos. Hay esperanza en un mañana donde la justicia y la honestidad prevalezcan, y juntos, podremos alcanzar una sociedad más equitativa, justa y próspera.
Fuente información: heangajardo@gmail.com