Eneagrama: una herramienta de autoconocimiento y desarrollo personal
En una reciente entrevista para Paísobo Prensa, Rocío Gambra conversó con Pedro Bahamondes Díaz, psicólogo clínico, sobre el eneagrama de la personalidad, un modelo que clasifica la personalidad humana en nueve tipos básicos. Durante la conversación, Bahamondes explicó cómo el eneagrama puede ser una herramienta poderosa para el autoconocimiento y el desarrollo personal.
El eneagrama es una tipología que sugiere que la personalidad se forma entre los tres y cuatro años de edad. Según este modelo, existen nueve tipos de personalidad, conocidos como eneatipos, que permanecen constantes a lo largo de la vida. Cada eneatipo está relacionado con un defecto principal que influye en cómo interpretamos el mundo y enfrentamos nuestras relaciones y desafíos personales.
Bahamondes señala que el eneagrama, aunque no es una disciplina científica, tiene una estructura que permite a las personas identificar sus patrones conductuales y emocionales. “Es como una ‘piedra en el zapato’, un defecto que nos acompaña siempre, pero que, al conocerlo, podemos manejar mejor nuestras respuestas ante diversas situaciones”, explicó el psicólogo.
Es importante destacar que, aunque el eneagrama tiende a enfocarse en estos defectos, su objetivo es ayudar a las personas a entender sus limitaciones y cómo afectan sus interacciones y decisiones diarias.
Aunque tiene orígenes en escuelas místicas y se ha desarrollado a lo largo de siglos, el eneagrama ha encontrado un espacio dentro de la psicología transpersonal, que integra aspectos espirituales en el análisis de la psique humana. Esta rama de la psicología permite utilizar el eneagrama como una herramienta para un autoconocimiento más profundo.
Pedro Bahamondes menciona que el eneagrama no es fácil de autoevaluar, ya que cada persona interpreta su realidad desde el lente de su eneatipo. Por ello, recomienda la guía de un especialista o la participación en talleres para descubrir el eneatipo personal de manera más precisa.
Según Bahamondes, una vez que una persona identifica su eneatipo, no puede cambiarlo, pero puede aprender a reconocerlo y a gestionar mejor sus reacciones. “Esto trae una sensación de tranquilidad, ya que permite comprender por qué actuamos de cierta manera ante situaciones cotidianas”, afirmó el psicólogo.
Fuente información: Rocío Gambra
El eneagrama es una tipología que sugiere que la personalidad se forma entre los tres y cuatro años de edad. Según este modelo, existen nueve tipos de personalidad, conocidos como eneatipos, que permanecen constantes a lo largo de la vida. Cada eneatipo está relacionado con un defecto principal que influye en cómo interpretamos el mundo y enfrentamos nuestras relaciones y desafíos personales.
Bahamondes señala que el eneagrama, aunque no es una disciplina científica, tiene una estructura que permite a las personas identificar sus patrones conductuales y emocionales. “Es como una ‘piedra en el zapato’, un defecto que nos acompaña siempre, pero que, al conocerlo, podemos manejar mejor nuestras respuestas ante diversas situaciones”, explicó el psicólogo.
Es importante destacar que, aunque el eneagrama tiende a enfocarse en estos defectos, su objetivo es ayudar a las personas a entender sus limitaciones y cómo afectan sus interacciones y decisiones diarias.
Aunque tiene orígenes en escuelas místicas y se ha desarrollado a lo largo de siglos, el eneagrama ha encontrado un espacio dentro de la psicología transpersonal, que integra aspectos espirituales en el análisis de la psique humana. Esta rama de la psicología permite utilizar el eneagrama como una herramienta para un autoconocimiento más profundo.
Pedro Bahamondes menciona que el eneagrama no es fácil de autoevaluar, ya que cada persona interpreta su realidad desde el lente de su eneatipo. Por ello, recomienda la guía de un especialista o la participación en talleres para descubrir el eneatipo personal de manera más precisa.
El camino hacia el autoconocimiento
Según Bahamondes, una vez que una persona identifica su eneatipo, no puede cambiarlo, pero puede aprender a reconocerlo y a gestionar mejor sus reacciones. “Esto trae una sensación de tranquilidad, ya que permite comprender por qué actuamos de cierta manera ante situaciones cotidianas”, afirmó el psicólogo.
Fuente información: Rocío Gambra