Fiscalía de Osorno orienta a escolares del Colegio Antillanca sobre responsabilidad penal adolescente
En una iniciativa crucial para la prevención y educación legal, el fiscal Daniel Alvarado, de la Fiscalía de Osorno, impartió una detallada charla a estudiantes de Séptimo y Octavo Básico del Colegio Antillanca. La jornada, realizada recientemente en dependencias del establecimiento, se centró en la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente (LRPA), las consecuencias del consumo y venta de drogas, y los derechos y deberes de los jóvenes frente al sistema judicial. Esta actividad responde a la creciente preocupación por la incidencia de estos fenómenos en el ámbito escolar.
Con el objetivo de entregar herramientas informativas y preventivas a los jóvenes, el fiscal Daniel Alvarado, miembro de la Fiscalía Local de Osorno, sostuvo un encuentro educativo con alumnos de Séptimo y Octavo año Básico del Colegio Antillanca. La charla abordó en profundidad la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, así como delitos que, según el persecutor, "se han vuelto lamentablemente recurrentes en los centros y establecimientos educacionales".
Durante su intervención, el fiscal Alvarado destacó la importancia de que los adolescentes conozcan el marco legal que rige sus acciones a partir de los 14 años. "Vengo a conversar acá con los alumnos de Séptimo y Octavo Básicos sobre algunos temas relevantes en materia penal y procesal respecto de la ley de responsabilidad penal a los adolescentes", señaló. Hizo hincapié en que el consumo y la venta de drogas son un "fenómeno que se observa en aumento desde los últimos años" y que "evidentemente, ha recrudecido en colegios en particular".
La presentación tuvo un doble enfoque: "A la prevención y al conocimiento de los derechos pero también de los deberes y obligaciones. Ese es objetivo fundamental, tomar conciencia de los riesgos, de las consecuencias y también de la importancia de respetar los derechos de las demás personas", explicó Alvarado. Detalló que la responsabilidad penal adolescente comienza "desde el cumpleaños cuando uno cumple 14 años, desde ese momento de la medianoche entre los 13 y los 14 ahí empieza uno a tener responsabilidad penal adolescente". Esto implica que los jóvenes responden por faltas y delitos que antes de esa edad no acarreaban las mismas consecuencias legales, extendiéndose esta responsabilidad hasta los 18 años, momento en que son tratados como adultos ante la ley.
El fiscal describió el circuito penal al que podría enfrentarse un joven que comete un delito, utilizando el ejemplo de un hurto en un supermercado. Explicó cómo, tras ser sorprendido, intervendría Carabineros, para luego pasar el caso al Juzgado de Garantía. En la audiencia judicial, "el fiscal, la persona como yo, le van a comunicar cargos", y se podrían solicitar medidas cautelares como el arresto domiciliario. Para delitos más graves, como "el tráfico de drogas, suicidio, apuñadar a una persona causándole lesiones graves, etcétera", los adolescentes pueden enfrentar la internación provisoria en centros especiales, describiéndolos como "sistemas carcelarios, especiales donde solamente hay personas menores de 18 años". Las condenas, en estos casos, pueden llegar "hasta diez años en un centro de integración para adolescentes". No obstante, el fiscal también mencionó otras penas como la libertad asistida y el servicio comunitario.
Un punto crucial de la exposición fue la presunción de inocencia. "Nadie puede ser condenado si no hay un juicio, primero se prueba", afirmó Alvarado, subrayando que "la ley nos presume inocente" hasta que la Fiscalía demuestre la culpabilidad "con testigos, peritajes, ADN, grabaciones, etcétera" y un tribunal dicte una sentencia condenatoria firme. Aclaró que una denuncia o investigación no mancha los antecedentes, sino que "tiene que haber una sentencia terminada ya donde no hay recurso, ya los jueces dijeron que es culpable, pero en base a la prueba".
Por su parte, Karina Mancilla Domínguez, profesora y encargada de Convivencia Escolar del Colegio Antillanca, valoró la actividad como una pieza fundamental de su "Plan de Gestión de Convivencia Escolar". "Esta iniciativa surge en el contexto de lo que es el Plan de Gestión de Convivencia Escolar, en acciones que buscan la prevención, cierto, de ciertos factores de riesgo que los estudiantes se encuentran, digamos, constantemente en un riesgo", comentó. La elección de los alumnos de Séptimo y Octavo Básico no fue casual, ya que "están mucho más cercanos a la edad en que se cometen ciertas acciones transgresoras, disruptivas".
Mancilla enfatizó la importancia de recibir esta información de una fuente oficial, especialmente en una era donde los jóvenes se informan predominantemente a través de redes sociales. "Estos estudiantes se basan mucho hoy en día por la información que encuentran en redes sociales. Entonces, en esta charla que se pudo tener, se trajeron ejemplos concretos de situaciones de hurto, situaciones de microtráfico que hoy en día los estudiantes visualizan bastante", señaló la docente. Reconoció también la "alta vulnerabilidad en nuestro grupo de estudiantes, por ende, cobran mayor relevancia esta formación, esta prevención".
La profesora destacó que estas instancias no solo educan a los estudiantes, sino que también fortalecen la confianza de los apoderados en el establecimiento, al ver que se entregan herramientas importantes para el desarrollo integral de sus hijos. "Así como educamos a nuestros estudiantes, también nuestra población de apoderados también se educan y van generando mayores confianza en el establecimiento", concluyó.
Esta charla se enmarca en un esfuerzo continuo del Colegio Antillanca por promover un ambiente escolar seguro e informado, donde los estudiantes mayores sirvan de ejemplo a los más pequeños y estén conscientes de las implicancias legales de sus actos, fomentando una cultura de prevención y respeto. La Fiscalía de Osorno, a través de estas actividades de vinculación con la comunidad educativa, busca acercar la justicia a los jóvenes y prevenir la comisión de delitos.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó
Con el objetivo de entregar herramientas informativas y preventivas a los jóvenes, el fiscal Daniel Alvarado, miembro de la Fiscalía Local de Osorno, sostuvo un encuentro educativo con alumnos de Séptimo y Octavo año Básico del Colegio Antillanca. La charla abordó en profundidad la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, así como delitos que, según el persecutor, "se han vuelto lamentablemente recurrentes en los centros y establecimientos educacionales".
Durante su intervención, el fiscal Alvarado destacó la importancia de que los adolescentes conozcan el marco legal que rige sus acciones a partir de los 14 años. "Vengo a conversar acá con los alumnos de Séptimo y Octavo Básicos sobre algunos temas relevantes en materia penal y procesal respecto de la ley de responsabilidad penal a los adolescentes", señaló. Hizo hincapié en que el consumo y la venta de drogas son un "fenómeno que se observa en aumento desde los últimos años" y que "evidentemente, ha recrudecido en colegios en particular".
La presentación tuvo un doble enfoque: "A la prevención y al conocimiento de los derechos pero también de los deberes y obligaciones. Ese es objetivo fundamental, tomar conciencia de los riesgos, de las consecuencias y también de la importancia de respetar los derechos de las demás personas", explicó Alvarado. Detalló que la responsabilidad penal adolescente comienza "desde el cumpleaños cuando uno cumple 14 años, desde ese momento de la medianoche entre los 13 y los 14 ahí empieza uno a tener responsabilidad penal adolescente". Esto implica que los jóvenes responden por faltas y delitos que antes de esa edad no acarreaban las mismas consecuencias legales, extendiéndose esta responsabilidad hasta los 18 años, momento en que son tratados como adultos ante la ley.
El fiscal describió el circuito penal al que podría enfrentarse un joven que comete un delito, utilizando el ejemplo de un hurto en un supermercado. Explicó cómo, tras ser sorprendido, intervendría Carabineros, para luego pasar el caso al Juzgado de Garantía. En la audiencia judicial, "el fiscal, la persona como yo, le van a comunicar cargos", y se podrían solicitar medidas cautelares como el arresto domiciliario. Para delitos más graves, como "el tráfico de drogas, suicidio, apuñadar a una persona causándole lesiones graves, etcétera", los adolescentes pueden enfrentar la internación provisoria en centros especiales, describiéndolos como "sistemas carcelarios, especiales donde solamente hay personas menores de 18 años". Las condenas, en estos casos, pueden llegar "hasta diez años en un centro de integración para adolescentes". No obstante, el fiscal también mencionó otras penas como la libertad asistida y el servicio comunitario.
Un punto crucial de la exposición fue la presunción de inocencia. "Nadie puede ser condenado si no hay un juicio, primero se prueba", afirmó Alvarado, subrayando que "la ley nos presume inocente" hasta que la Fiscalía demuestre la culpabilidad "con testigos, peritajes, ADN, grabaciones, etcétera" y un tribunal dicte una sentencia condenatoria firme. Aclaró que una denuncia o investigación no mancha los antecedentes, sino que "tiene que haber una sentencia terminada ya donde no hay recurso, ya los jueces dijeron que es culpable, pero en base a la prueba".
Por su parte, Karina Mancilla Domínguez, profesora y encargada de Convivencia Escolar del Colegio Antillanca, valoró la actividad como una pieza fundamental de su "Plan de Gestión de Convivencia Escolar". "Esta iniciativa surge en el contexto de lo que es el Plan de Gestión de Convivencia Escolar, en acciones que buscan la prevención, cierto, de ciertos factores de riesgo que los estudiantes se encuentran, digamos, constantemente en un riesgo", comentó. La elección de los alumnos de Séptimo y Octavo Básico no fue casual, ya que "están mucho más cercanos a la edad en que se cometen ciertas acciones transgresoras, disruptivas".
Mancilla enfatizó la importancia de recibir esta información de una fuente oficial, especialmente en una era donde los jóvenes se informan predominantemente a través de redes sociales. "Estos estudiantes se basan mucho hoy en día por la información que encuentran en redes sociales. Entonces, en esta charla que se pudo tener, se trajeron ejemplos concretos de situaciones de hurto, situaciones de microtráfico que hoy en día los estudiantes visualizan bastante", señaló la docente. Reconoció también la "alta vulnerabilidad en nuestro grupo de estudiantes, por ende, cobran mayor relevancia esta formación, esta prevención".
La profesora destacó que estas instancias no solo educan a los estudiantes, sino que también fortalecen la confianza de los apoderados en el establecimiento, al ver que se entregan herramientas importantes para el desarrollo integral de sus hijos. "Así como educamos a nuestros estudiantes, también nuestra población de apoderados también se educan y van generando mayores confianza en el establecimiento", concluyó.
Esta charla se enmarca en un esfuerzo continuo del Colegio Antillanca por promover un ambiente escolar seguro e informado, donde los estudiantes mayores sirvan de ejemplo a los más pequeños y estén conscientes de las implicancias legales de sus actos, fomentando una cultura de prevención y respeto. La Fiscalía de Osorno, a través de estas actividades de vinculación con la comunidad educativa, busca acercar la justicia a los jóvenes y prevenir la comisión de delitos.
Fuente información: Álvaro Torres Riobó