Provincial Osorno: un club abandonado y ahora pisoteado por una desidia de dos décadas
Los reparos al Rubén Marcos, que han ido en aumento cada año desde 2007, se encadenan con una nula disposición a empujar un proyecto de nuevo estadio, a lo que esta semana se debe agregar un nuevo hito: absoluta indiferencia frente a una arbitraria suspensión de un encuentro profesional.
El martes 27 de mayo de 2025, las autoridades, encabezadas por la seremi (s) de Seguridad Pública, Patricia Rada, y Carabineros, recorrieron el estadio Rubén Marcos. Según quienes concurrieron a la cita, representantes de la institución uniformada expresaron de inmediato que el recinto no cumplía con las condiciones para disputar el clásico entre Provincial Osorno y Deportes Puerto Montt que debía jugarse este sábado 31, a contar de las 15 horas.
¿Antecedentes previos? Una ridícula restricción de aforo hacía solo dos semanas para un encuentro con el “peligroso” Real San Joaquín, que podría llegar a Osorno con una “agresiva” barra compuesta por parejas, mamás e hijos de los integrantes del plantel y cuerpo técnico, ya que se desconoce la existencia de una barra organizada y menos de una barra brava.
Algunas autoridades hicieron una defensa pública del club, como el consejero regional Alexis Casanova o parlamentarios como Fidel Espinoza y Héctor Barría, pero lo cierto es que los hechos demuestran la pequeñez de esa línea de defensa frente a una acción absolutamente arbitraria que rayó en el ridículo hace dos semanas.
¿Si el estadio no estaba en condiciones de recibir al Real San Joaquín, podía esperarse una actitud distinta de cara al encuentro con Puerto Montt? Difícilmente.
La visita en cuestión ocurrió 48 horas después del tornado que arrasó con infraestructura de Puerto Varas, dejando cientos de damnificados. ¿Es correcto que se use una tragedia como excusa para una decisión político-técnica ya expresada antes y después del tornado que afectó la comuna lacustre? No y es una vergüenza pocas veces vista que obliga a que quien se atrevió a acusar “indolencia” del club tras elegir aquello como argumento medite sobre lo expresado por los propios carabineros que, de visita en el estadio el martes, nada dijeron de los damnificados de Puerto Varas al momento de declarar lo que transparentemente se dijo ese día: que el estadio no era apto. Punto.
¿Se ha excedido en sus críticas el presidente de los Toros en las últimas horas? Sí, y seguramente se verá obligado a pedir disculpas. Pero lo cierto es que, en los hechos, se le ha visto solo, más aún porque tras el partido con San Joaquín alertó que se vendrían más arbitrariedades contra el club, por lo que a estas alturas debe estarse preguntando si ha invertido sus recursos —no es un millonario— en el país y la comuna correctos.
Los Toros venían de una racha de tres victorias consecutivas, con dos encuentros de visita y uno de local, 9 goles a favor y dos en contra y en caso de ganarle a Puerto Montt quedarían a solo dos puntos de estos, con un partido menos. El daño deportivo de la suspensión, por lo tanto, es evidente, porque para al equipo en un momento en que venía en alza. A lo anterior se suma el perjuicio económico sufrido desde el partido con San Joaquín hasta ahora y ya es suficiente: no se puede aceptar ahora que se agregue un reproche moral que no se condice con lo que realmente motivó la decisión, algo evidente para todos.
Son las propias autoridades y organismos técnicos quienes, cada vez con más fuerza, expresan que, a pesar de sus mantenciones al día, el estadio Rubén Marcos, ex Parque Schott, no resiste más. Y la gran pregunta que flota en el ambiente es incómoda pero urgente: ¿podrá Osorno seguir siendo local si asciende a Primera B o incluso a Primera A? Y lo que es peor: ¿le importa realmente a alguno de los tomadores de decisiones?
Hoy, cuando el equipo de los Toros pelea palmo a palmo los primeros lugares de la Segunda Profesional, el sueño del ascenso empieza a chocar con un muro tan concreto como invisible: la falta de condiciones mínimas para competir a nivel profesional, según los encargados de visar los distintos recintos, en un contexto donde todas las ciudades equivalentes a Osorno han materializado nuevos estadios en un lapso de dos décadas. Sí, todas.
La nueva carpeta sintética inaugurada el año pasado, la mejora parcial de graderías y la implementación de cámaras de vigilancia han sido esfuerzos aislados, pero a la luz de las últimas señales, resultan insuficientes para resolver lo esencial. El silencio del municipio no hace más que confirmar el análisis técnico-político de estas últimas dos semanas, donde se establece que la separación de hinchadas es precaria, sobre todo por la ausencia de sistemas modernos de control de accesos, sin contar que los ingresos para ambulancias, árbitros, prensa y equipos de seguridad se consideran improvisados.
La cronología es decepcionante y muestra la real dimensión del problema: la falta de planificación y la tozudez a la hora de escuchar las recomendaciones de expertos:
Osorno sigue esperando su estadio. Y cada año que pasa, la distancia con las demás ciudades se hace más difícil de revertir.
Fuente: Ricardo Alt H.
El martes 27 de mayo de 2025, las autoridades, encabezadas por la seremi (s) de Seguridad Pública, Patricia Rada, y Carabineros, recorrieron el estadio Rubén Marcos. Según quienes concurrieron a la cita, representantes de la institución uniformada expresaron de inmediato que el recinto no cumplía con las condiciones para disputar el clásico entre Provincial Osorno y Deportes Puerto Montt que debía jugarse este sábado 31, a contar de las 15 horas.
¿Antecedentes previos? Una ridícula restricción de aforo hacía solo dos semanas para un encuentro con el “peligroso” Real San Joaquín, que podría llegar a Osorno con una “agresiva” barra compuesta por parejas, mamás e hijos de los integrantes del plantel y cuerpo técnico, ya que se desconoce la existencia de una barra organizada y menos de una barra brava.
Algunas autoridades hicieron una defensa pública del club, como el consejero regional Alexis Casanova o parlamentarios como Fidel Espinoza y Héctor Barría, pero lo cierto es que los hechos demuestran la pequeñez de esa línea de defensa frente a una acción absolutamente arbitraria que rayó en el ridículo hace dos semanas.
¿Si el estadio no estaba en condiciones de recibir al Real San Joaquín, podía esperarse una actitud distinta de cara al encuentro con Puerto Montt? Difícilmente.
La visita en cuestión ocurrió 48 horas después del tornado que arrasó con infraestructura de Puerto Varas, dejando cientos de damnificados. ¿Es correcto que se use una tragedia como excusa para una decisión político-técnica ya expresada antes y después del tornado que afectó la comuna lacustre? No y es una vergüenza pocas veces vista que obliga a que quien se atrevió a acusar “indolencia” del club tras elegir aquello como argumento medite sobre lo expresado por los propios carabineros que, de visita en el estadio el martes, nada dijeron de los damnificados de Puerto Varas al momento de declarar lo que transparentemente se dijo ese día: que el estadio no era apto. Punto.
¿Se ha excedido en sus críticas el presidente de los Toros en las últimas horas? Sí, y seguramente se verá obligado a pedir disculpas. Pero lo cierto es que, en los hechos, se le ha visto solo, más aún porque tras el partido con San Joaquín alertó que se vendrían más arbitrariedades contra el club, por lo que a estas alturas debe estarse preguntando si ha invertido sus recursos —no es un millonario— en el país y la comuna correctos.
Los Toros venían de una racha de tres victorias consecutivas, con dos encuentros de visita y uno de local, 9 goles a favor y dos en contra y en caso de ganarle a Puerto Montt quedarían a solo dos puntos de estos, con un partido menos. El daño deportivo de la suspensión, por lo tanto, es evidente, porque para al equipo en un momento en que venía en alza. A lo anterior se suma el perjuicio económico sufrido desde el partido con San Joaquín hasta ahora y ya es suficiente: no se puede aceptar ahora que se agregue un reproche moral que no se condice con lo que realmente motivó la decisión, algo evidente para todos.
Crisis de infraestructura
La suspensión del clásico del sur entre Provincial Osorno y Deportes Puerto Montt, fijado para este sábado 31 de mayo, no fue solo un hecho deportivo frustrante: fue la confirmación de una crisis de infraestructura que lleva casi dos décadas incubándose en silencio, entre diagnósticos técnicos, promesas incumplidas y, sobre todo, una falta de foco en las inversiones públicas de la comuna y una evidente baja preocupación por el deporte profesional.Son las propias autoridades y organismos técnicos quienes, cada vez con más fuerza, expresan que, a pesar de sus mantenciones al día, el estadio Rubén Marcos, ex Parque Schott, no resiste más. Y la gran pregunta que flota en el ambiente es incómoda pero urgente: ¿podrá Osorno seguir siendo local si asciende a Primera B o incluso a Primera A? Y lo que es peor: ¿le importa realmente a alguno de los tomadores de decisiones?
Hoy, cuando el equipo de los Toros pelea palmo a palmo los primeros lugares de la Segunda Profesional, el sueño del ascenso empieza a chocar con un muro tan concreto como invisible: la falta de condiciones mínimas para competir a nivel profesional, según los encargados de visar los distintos recintos, en un contexto donde todas las ciudades equivalentes a Osorno han materializado nuevos estadios en un lapso de dos décadas. Sí, todas.
Campanada de alerta
La historia de las falencias del recinto es larga y conocida. En 2007, el entonces presidente de la ANFP, Harold Mayne-Nicholls, ya advertía que la falta de accesos adecuados y estacionamientos limitaba cualquier proyección de futuro para el estadio.La nueva carpeta sintética inaugurada el año pasado, la mejora parcial de graderías y la implementación de cámaras de vigilancia han sido esfuerzos aislados, pero a la luz de las últimas señales, resultan insuficientes para resolver lo esencial. El silencio del municipio no hace más que confirmar el análisis técnico-político de estas últimas dos semanas, donde se establece que la separación de hinchadas es precaria, sobre todo por la ausencia de sistemas modernos de control de accesos, sin contar que los ingresos para ambulancias, árbitros, prensa y equipos de seguridad se consideran improvisados.
El ascenso como paradoja
El caso de Provincial Osorno es el reflejo de una contradicción brutal: mientras más crece deportivamente, más se achica su viabilidad institucional. El club ha logrado sostenerse, contra todo pronóstico, en una categoría exigente, con una hinchada fiel y una base social vibrante. Pero si mañana logra subir a Primera B, deberá enfrentar un escenario kafkiano: no tendría estadio donde jugar o, si se acepta, las restricciones de aforo serán pan de cada día. Y la pregunta que asoma aquí es inevitable: ¿qué se le dice al inversionista que ha colocado más de $600 millones desde 2021 a la fecha en el marco del proyecto #ElRetornoDelToro?El estadio que nunca fue
En 2007, Osorno fue “prioridad uno” del plan nacional de infraestructura deportiva. Hubo maquetas, anuncios, más de un diseño arquitectónico y hasta visitas presidenciales. Pero la indefinición sobre el lugar exacto de emplazamiento lo sepultó todo.La cronología es decepcionante y muestra la real dimensión del problema: la falta de planificación y la tozudez a la hora de escuchar las recomendaciones de expertos:
- En 2007, la ciudad fue seleccionada por la ANFP como una de las beneficiarias de un Estadio Bicentenario de cara al Mundial Femenino. La visita era contra el tiempo, ya que el lunes 21 de mayo de ese año, la entonces presidenta Michelle Bachelet había anunciado en su Cuenta Pública el compromiso de construir 15 recintos deportivos en todo el país, uno por región, con miras al Mundial Femenino Chile 2008 y la Copa América que el país había solicitado para 2011.
- En esa visita de marzo de 2007, Harold Mayne-Nicholls señaló que el Estadio Parque Schott no calificaría jamás como un proyecto de estándar FIFA, por sus malos accesos y la falta de espacio para ejecutar obras de mejora en graderías y estacionamientos.
- En paralelo, el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera lanzó su propia versión a través de la Fundación Futuro. El 12 de agosto de 2007, arribó a Osorno para exhibir un proyecto de remodelación del Parque Schott realizado por el arquitecto Gonzalo Mardones, con el objetivo de convertir nuestro estadio en una Bombonera.
- En ese mismo mayo de 2007, el municipio presentó un proyecto de mejoramiento de la Villa Olímpica, donde se contemplaba la construcción de un estadio de fútbol a un costado del Gimnasio Monumental María Gallardo. Mayne-Nicholls alertó que no era el sector ideal “por falta de accesos a la parte alta de la Villa Olímpica”.
- El 23 de mayo de 2007, el entonces alcalde Mauricio Saint-Jean envió una carta al intendente Jaime Bertín solicitando tener en consideración el proyecto que postuló nuestra ciudad, específicamente con una ampliación del recinto a 20 mil personas.
- Entre los idas y vueltas osorninos, Puerto Montt comenzó a avanzar: su estadio Chinquihue sí contaba con las condiciones de espacio y accesos, y así tomó la delantera.
- El 7 de noviembre de 2007 se dio a conocer el proyecto municipal de estadio en la cancha 2 de la Villa Olímpica, pero la batalla estaba casi perdida.
- Fue entonces que el concejal Emeterio Carrillo señaló que el terreno adecuado estaba en la parte baja de la Villa Olímpica, canchas 3 y 4. Mayne-Nicholls dio su bendición al proyecto.
- El 20 de enero de 2008, Sebastián Piñera volvió a Osorno: había recibido el mensaje del alcalde Saint-Jean, quien, con el impulso del ascenso de Provincial Osorno a Primera A, determinó no firmar el convenio para remodelar el Parque Schott y le solicitó a Piñera mirar hacia la idea del concejal Carrillo.
- En julio de 2008, el futuro Presidente cumplió el compromiso de traer un proyecto. Meses más tarde lo incluyó como promesa de campaña, pero tras asumir en marzo de 2010, tampoco se avanzó. https://www.youtube.com/watch?v=R_8EiUFRTdM
- A partir de ese minuto comenzaron las acusaciones cruzadas: la administración municipal, desde 2008 encabezada por Jaime Bertin, señalaba que Piñera solo había dejado “un dibujo de estadio”, sin un proyecto real.
- Las críticas llegaron a La Moneda, y el presidente Piñera respondió con un nuevo anuncio. El 21 de mayo de 2012, el proyecto de estadio para Osorno apareció en su Cuenta Pública. En los meses siguientes, los mensajes desde el Ejecutivo presionaban al municipio por una definición respecto al siempre esquivo lugar del proyecto.
- El Gobierno señalaba que era el municipio de Osorno el que debía priorizar el proyecto y poner el terreno a disposición para su ejecución. Así pasó todo 2012 sin avances.
- Un año más tarde, ante la presión de los medios, la administración Piñera emitió su última declaración sobre el tema a través del Instituto Nacional del Deporte. Así quedó consignado en una nota de El Austral de Osorno del 21 de mayo de 2013, titulada: “Instituto Nacional del Deporte señaló que presentará un diseño de estadio a mediados de año”.
- Lo cierto, sin embargo, es que la Municipalidad no impulsó la parte baja de la Villa Olímpica como el lugar para emplazar un nuevo estadio para Osorno y con fecha 16 de diciembre de 2014 anunció un concurso para diseñar un estadio, otra vez, en la Cancha 2 que Mayne-Nicholls había señalado como no apta. https://www.biobiochile.cl/noticias/2014/12/16/anuncian-concurso-para-disenar-el-nuevo-estadio-de-osorno.shtml
- La versión de la Secretaría de Planificación fue entonces que la Cancha 3 y 4 de la Villa Olímpica no había sido recomendada por los expertos del Instituto Nacional del Deporte. El ganador del concurso fue el equipo de profesionales integrado por Pablo Rojas-Böttner, Felipe Gajardo y Francisca Soto. https://www.archdaily.cl/cl/765065/chile-presentan-proyectos-ganadores-para-disenar-nuevo-estadio-de-osorno
- ¿Y las demás ciudades que competían por un estadio con Osorno? Aunque no alcanzaron a estar listos para el Mundial Femenino de 2008, todas las ciudades, sin excepción, lograron construir sus nuevos estadios, incluido por supuesto Puerto Montt, que en 2015 fue sede del Mundial Sub-17.
- Hoy, las ciudades que cuentan con estadio refaccionado o nuevo son las siguientes: Arica, Iquique, Antofagasta, Calama, Copiapó, La Serena, Ovalle, Coquimbo, Valparaíso, Viña del Mar, La Calera, Quillota, Rancagua, Curicó, Talca, Chillán, Concepción, Talcahuano, Temuco y Puerto Montt.
Osorno sigue esperando su estadio. Y cada año que pasa, la distancia con las demás ciudades se hace más difícil de revertir.
Fuente: Ricardo Alt H.