Arlett Nannig: la transportista que superó el machismo en el agro
En el podcast "Raíces y Horizontes", la transportista Arlette Nannig relató su trayectoria en el rubro del transporte agrícola en el sur de Chile. Detalló los desafíos del machismo en el sector y cómo pasó de manejar su primer camión a los 16 años a coordinar actualmente una flota de ocho vehículos.
Arlette Nannig, transportista especializada en el rubro agrícola, fue la protagonista del reciente capítulo del podcast "Raíces y Horizontes", conducido por Rocío Gambra y Eduardo Winkler. En la entrevista, Nannig, oriunda de Frutillar, abordó su atípica carrera en un sector tradicionalmente dominado por hombres y los obstáculos que debió superar para consolidarse.
Nannig relató que la aceptación en el rubro fue un proceso complejo. "Costó mucho que una mujer llegara a entregarles un producto", afirmó. Recordó que, incluso tras años de experiencia y ya trabajando de forma independiente, enfrentó una fuerte resistencia. "El primer cliente que llamé cuando empecé a trabajar sola, me dice así como, '¿y me van a mandar una mujer arriba de un camión?'".
La transportista señaló que los dos primeros años como independiente fueron particularmente difíciles por el machismo de clientes y colegas. Sin embargo, destacó que logró revertir esa percepción a través de su desempeño. "Me tocaron muchos clientes machistas, que gracias a Dios ahora me admiran", sostuvo.
Su vínculo con el sector se inició formalmente en el Liceo Agrícola de Río Negro. Su primera experiencia conduciendo un camión ocurrió a los 16 años, durante su práctica profesional, cuando el administrador del campo le pidió mover un vehículo para guardar fardos, pese a que ella nunca había manejado uno y apenas alcanzaba los pedales.
Tras titularse, trabajó en diversos puestos, incluyendo una lechería de cabras y un rol administrativo en el departamento de maquinaria de Ferosor. Posteriormente, inició una empresa de servicios agrícolas (bolos y fardos) con su entonces pareja. Decidieron dedicarse exclusivamente al transporte luego de incidentes con la maquinaria agrícola, como el incendio de un tractor.
Tras su separación en 2018, Nannig inició su giro de manera independiente con un camión usado. Hoy, su operación ha crecido significativamente. Además de sus dos camiones propios (marca Scania), coordina los servicios de otros seis vehículos de terceros. "Yo coordino todo eso", explicó, detallando que gestiona la logística de ocho camiones mientras ella misma sigue conduciendo.
Nannig subrayó que su objetivo "nunca fue ser una conductora de carretera", sino mantener el vínculo con el agro. "Sigo teniendo contacto con el campo, que es lo que a mí me gusta", concluyó.
Arlette Nannig, transportista especializada en el rubro agrícola, fue la protagonista del reciente capítulo del podcast "Raíces y Horizontes", conducido por Rocío Gambra y Eduardo Winkler. En la entrevista, Nannig, oriunda de Frutillar, abordó su atípica carrera en un sector tradicionalmente dominado por hombres y los obstáculos que debió superar para consolidarse.
Nannig relató que la aceptación en el rubro fue un proceso complejo. "Costó mucho que una mujer llegara a entregarles un producto", afirmó. Recordó que, incluso tras años de experiencia y ya trabajando de forma independiente, enfrentó una fuerte resistencia. "El primer cliente que llamé cuando empecé a trabajar sola, me dice así como, '¿y me van a mandar una mujer arriba de un camión?'".
La transportista señaló que los dos primeros años como independiente fueron particularmente difíciles por el machismo de clientes y colegas. Sin embargo, destacó que logró revertir esa percepción a través de su desempeño. "Me tocaron muchos clientes machistas, que gracias a Dios ahora me admiran", sostuvo.
Su vínculo con el sector se inició formalmente en el Liceo Agrícola de Río Negro. Su primera experiencia conduciendo un camión ocurrió a los 16 años, durante su práctica profesional, cuando el administrador del campo le pidió mover un vehículo para guardar fardos, pese a que ella nunca había manejado uno y apenas alcanzaba los pedales.
Tras titularse, trabajó en diversos puestos, incluyendo una lechería de cabras y un rol administrativo en el departamento de maquinaria de Ferosor. Posteriormente, inició una empresa de servicios agrícolas (bolos y fardos) con su entonces pareja. Decidieron dedicarse exclusivamente al transporte luego de incidentes con la maquinaria agrícola, como el incendio de un tractor.
Tras su separación en 2018, Nannig inició su giro de manera independiente con un camión usado. Hoy, su operación ha crecido significativamente. Además de sus dos camiones propios (marca Scania), coordina los servicios de otros seis vehículos de terceros. "Yo coordino todo eso", explicó, detallando que gestiona la logística de ocho camiones mientras ella misma sigue conduciendo.
Nannig subrayó que su objetivo "nunca fue ser una conductora de carretera", sino mantener el vínculo con el agro. "Sigo teniendo contacto con el campo, que es lo que a mí me gusta", concluyó.
Fuente información: Rocío Gambra y Eduardo Winkler







