El rol de los padres en la educación

Por: Hugo Pérez White

Es sabido que los padres y apoderados de los alumnos que ingresan al sistema educacional chileno, no tienen mayores compromisos con el sistema, salvo cumplir con la necesidad de matricularlos en los períodos que la ley exige.

Los padres son los directamente interesados en obtener y exigir una educación de calidad y si ellos no ejercen una acción activa, directa y comprometida con el proceso pedagógico o se desligan de participar de decisiones que van a modificar los hábitos, conductas, destrezas o valores y no se preocupan de darles el apoyo que necesitan en el hogar, como complemento de lo que la escuela hace, la escuela no puede por si sola lograr el pleno desarrollo de estos procesos, que parecieran ser rutinarios y en la práctica no lo son.

Incorporar a los padres y apoderados al proceso educativo significa modificar estructuras que por décadas han sustentado al sistema pedagógico chileno por o cual ésta es una labor ardua que merece especial atención y hay que hacerlo gradualmente, caso contrario va a suceder lo mismo que en el resto de la comunidad nacional que creen que vivir en democracia es hacer lo que le venga en gana, sin pensar que la libertad de cada uno termina donde empieza la del otro.

El día que cada uno entienda sus respectivos roles en la sociedad, disminuirán los delitos, la delincuencia, los atropellos, la corrupción y lograremos que la justicia sea el centro moderado de nuestras propias actuaciones.-

Hoy día el debate nacional en esferas educacionales está centrado en el concepto calidad de la educación y no en la cantidad de conocimientos que se entrega a los alumnos y esta filosofía educacional estriba en preparar a los niños en las demandas que el progreso tecnológico exige y si no está preparado para enfrentar esta realidad, verán frustradas sus esperanzas y en consecuencia arrastrarán de por vida su amargura y desconcierto.

En este sistema de vida acelerada, de consumismo exacerbado y de individualismos progresivo, el estrés y la depresión son enfermedades que se acentúan diariamente destruyendo la convivencia familiar.

Es bueno que la comunidad opine, aporte ideas, ofrezca soluciones, se comprometa con su escuela, pero ello debe ser un proceso permanente y no circunstancial.

Los padres deben jugar un rol más técnico y funcional, velando que sus hijos tengan cada día una mejor educación y ella va por alternativas que deben evaluarse con criterios pedagógicos sustentables en el tiempo y no con emocionadas palabras que más que soluciones, dificultan los procesos.

Las comunidades escolares están constituidas por todos los actores que están comprometidos en la formación de los alumnos y por ende es responsabilidad de padres, alumnos, profesores y autoridades, velar por la entrega de una mejor calidad de educación a las futuras generaciones.

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