A cuidarse de los molestos insectos en vacaciones

Las mordeduras y picaduras de insectos, en su gran mayoría, causan una reacción inmediata la que, por lo general, no revierte mayor cuidado. Sólo molestias por el ardor o hinchazón las que incluso se pueden tratar en el hogar.

Sin embargo, algunas personas son alérgicas y presentan reacciones que demandan mayor cuidado, llegando a necesitar ir a un servicio de urgencias y que aquellos que los rodean reaccionen rápido y de manera adecuada de tal manera de salvarles la vida. En verano aumentan las actividades al aire libre por lo que estamos más expuestos. Hay que recordar algunos cuidados básicos para no tener problemas. Es fundamental que las personas que saben que son alérgicas lleven su botiquín con antialérgicos recetados por su médico tratante. A los amigos y familiares se les debe enseñar a utilizarlos en caso de que tengan una reacción. Igualmente, deben llevar un brazalete de identificación médica.

No obstante, lo mejor es evitar las picaduras. Se debe mantener la comida cubierta cuando se está al aire libre. Es importante evitar atraer los insectos y una forma es manteniendo la comida cubiertos y lejos de los recipientes de basura abiertos o parcialmente cerrados. Asimismo, evite los movimientos rápidos y bruscos cerca de colmenas o nidos de insectos.

También se recomienda no caminar sin zapatos en el jardín, pues los pies descalzos son muy vulnerables a las picaduras. Si está al aire libre, aplique repelente sobre la piel que está al descubierto

Se aconseja no usar ropas ni joyas de colores llamativos o perfumes intensos, ya que a los insectos, sobre todo a las abejas, les atraen los colores u olores fuertes. No tomar bebidas directamente de la lata o sin ver con claridad el vaso con el que está bebiendo. Un insecto puede haber entrado en la lata o en el vaso sin que la persona se dé cuenta y luego puede picar la lengua o la garganta.

Si vive en una zona donde abundan insectos, se puede elaborar un repelente natural con los siguientes ingredientes: dos cucharadas de clavo de olor, seis cucharadas de tilo y un litro de agua. Hervir el clavo de olor durante cinco minutos, retirarlo del fuego y añadir el tilo. Filtrar el líquido y guardarlo en una botella.

Impregnar con un algodón las zonas del cuerpo expuestas del cuerpo. Los síntomas que no implican urgencia usualmente incluyen dolor localizado, hinchazón, picazón, sensación de ardor y hormigueo.

Sin embargo, si la persona presenta un cuadro alérgico, llamada anafilaxia, puede que experimente urticaria, jadeos, dificultad para respirar, mareos y náuseas después de los cuales puede caer en un estado de shock y pérdida de conocimiento.
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