Los esquizofrénicos del Delito
La delincuencia se ha convertido en un flagelo que recorre todo el país provocando angustia y desesperación en los hogares cuyos matrimonios, parejas o mujeres solas han logrado reunir algunos bienes materiales después de intensos años de trabajo y los cuales son arrebatados en forma violenta por delincuentes que no trepidan en ingresar a las viviendas sin importar si están con moradores o no.
Posibles orígenes de la delincuencia juvenil son atribuibles a problemas de tipo sicosomático como la esquizofrenia, trastornos de la conducta o estrés postraumático.
Esquizofrénicos son las personas que sufren una serie de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad .
Una persona con esquizofrenia muestra un lenguaje y pensamiento desorganizado y sufre de delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conductas inapropiadas y el comportamiento que manifiestan es la manera que tienen para actuar frente a la sociedad y el entorno en que se desenvuelven.
Para cometer estos ilícitos cualquier hora es oportuna y todo medio es correcto, no importando las consecuencias.
Las armas blancas y de fuego salen a relucir para intimidar a los moradores, los cuales, son amarrados para que no se les dificulte la acción delictiva, arrasando con todo lo que encuentran a su paso ya sea dinero, joyas, artículos electrónicos y vehículos que hayan en la vivienda.
Los delincuentes estudian detenidamente el medio en que van a actuar y sus características ambientales, conocen a sus posibles víctimas y conocen la rutina diaria y su ágil estado físico les permite saltar altas murallas o trepar edificios si es necesario, lo que hasta hace poco era un acto inconcebible, perdiendo el miedo a ser sorprendidos y dispuestos a matar, si fuese necesario ya que tienen plena conciencia que la ley los protege, por ser menores de edad.- Lo que ha causado mucha sorpresa, es que en estas pandillas participan niños quienes además son conocedores de asuntos penales que les favorecen y están conscientes de sus actos y en consecuencia asimilan y efectúan dichas operaciones con el máximo de frialdad.
Los estudios revelan que la mayoría de los delincuentes que roban o asaltan lo hacen por la necesidad de obtener recursos económicos para adquirir drogas de la cual muchos de ellos son adictos, atenuante suficiente para justificar sus actitudes a cuyos tribunales asisten muy bien asesorados.
Los que están involucrados en la delincuencia son personas que saben que esta norma de vida les va a ocasionar mejores dividendos que realizar un trabajo formal y otros lo hacen como parte de sus vidas, generalmente por conductas heredadas de padres delincuentes .
Los traficantes de drogas se lucran con los jóvenes que buscan en los alucinógenos la solución a sus problemas de adicción y ellos son sus mejores clientes en esta cadena de corrupción social.
La ciudadanía espera y con justa razón, que algún día haya más tranquilidad en sus barrios, calles, poblaciones y ciudades y con eso ya la población se sentiría relativamente más aliviada y así como se están dando las cosas parece que esta lucha contra la delincuencia se está perdiendo inexorablemente.
Hugo Pérez White
Posibles orígenes de la delincuencia juvenil son atribuibles a problemas de tipo sicosomático como la esquizofrenia, trastornos de la conducta o estrés postraumático.
Esquizofrénicos son las personas que sufren una serie de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad .
Una persona con esquizofrenia muestra un lenguaje y pensamiento desorganizado y sufre de delirios, alucinaciones, trastornos afectivos y conductas inapropiadas y el comportamiento que manifiestan es la manera que tienen para actuar frente a la sociedad y el entorno en que se desenvuelven.
Para cometer estos ilícitos cualquier hora es oportuna y todo medio es correcto, no importando las consecuencias.
Las armas blancas y de fuego salen a relucir para intimidar a los moradores, los cuales, son amarrados para que no se les dificulte la acción delictiva, arrasando con todo lo que encuentran a su paso ya sea dinero, joyas, artículos electrónicos y vehículos que hayan en la vivienda.
Los delincuentes estudian detenidamente el medio en que van a actuar y sus características ambientales, conocen a sus posibles víctimas y conocen la rutina diaria y su ágil estado físico les permite saltar altas murallas o trepar edificios si es necesario, lo que hasta hace poco era un acto inconcebible, perdiendo el miedo a ser sorprendidos y dispuestos a matar, si fuese necesario ya que tienen plena conciencia que la ley los protege, por ser menores de edad.- Lo que ha causado mucha sorpresa, es que en estas pandillas participan niños quienes además son conocedores de asuntos penales que les favorecen y están conscientes de sus actos y en consecuencia asimilan y efectúan dichas operaciones con el máximo de frialdad.
Los estudios revelan que la mayoría de los delincuentes que roban o asaltan lo hacen por la necesidad de obtener recursos económicos para adquirir drogas de la cual muchos de ellos son adictos, atenuante suficiente para justificar sus actitudes a cuyos tribunales asisten muy bien asesorados.
Los que están involucrados en la delincuencia son personas que saben que esta norma de vida les va a ocasionar mejores dividendos que realizar un trabajo formal y otros lo hacen como parte de sus vidas, generalmente por conductas heredadas de padres delincuentes .
Los traficantes de drogas se lucran con los jóvenes que buscan en los alucinógenos la solución a sus problemas de adicción y ellos son sus mejores clientes en esta cadena de corrupción social.
La ciudadanía espera y con justa razón, que algún día haya más tranquilidad en sus barrios, calles, poblaciones y ciudades y con eso ya la población se sentiría relativamente más aliviada y así como se están dando las cosas parece que esta lucha contra la delincuencia se está perdiendo inexorablemente.
Hugo Pérez White