¿Están las regiones preparadas para crear líderes?

Por José Luis Scierri, Country manager de EF Chile

La gente de provincia ama vivir en su región, y eso es una realidad. Quizás para la mayoría no existen grandes lujos, ni altas rentas, pero se conforman con vivir felices junto a sus familias. Sin embargo, cada vez son más las personas que se ven obligadas a abandonar por un tiempo sus “verdaderos hogares” en busca de oportunidades laborales, eso sí, sin olvidar su sentimiento de pertenencia.

Preocupados por la escasez de oportunidades o lo específico de los puestos de trabajo en regiones, cada vez son más las familias que deciden ahorrar todo su dinero para que sus hijos puedan buscar fuera del núcleo familiar un futuro mejor. Por ejemplo, a través de la obtención de una segunda lengua, que otorgará un elemento diferenciador a la hora de enfrentarse a la realidad laboral, ya que solo 1 de cada 50 chilenos habla inglés (2% de la población, de acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo).

Este éxodo desde las provincias, en muchos casos forzado, no tiene otro fin que adquirir dentro y fuera del país los mejores conocimientos posibles para poder, el día de mañana, optar a un mejor puesto de trabajo y ganar en liderazgo frente a otros. Lamentablemente, las regiones de nuestro país hoy no pueden entregar ese plus que los jóvenes o futuros profesionales necesitan.

El aumento la de la competitividad laboral exige un cambio de mentalidad y, sobre todo, contar con un plan de acción que permita la diferenciación, y es aquí donde reside la importancia de aprender una segunda lengua, puesto que en la mayoría de los casos, ésta aumentará en un 44% la posibilidad de encontrar trabajo.

Un estudio realizado en Canadá en 2010, demostró que los trabajadores bilingües ganaban entre un 3 y un 7 por ciento más que sus compañeros monolingües, lo que pone sobre aviso de la importancia, y por tanto de los beneficios que existen en el apostar por aprender una segunda lengua de cara al ámbito personal, y sobre todo, laboral.

Todas estas circunstancias explican por qué desde regiones se complejiza la tarea levantar los líderes que nuestro país necesita. Por ende, y conscientes de esta realidad, la gente de provincia está obligada a cambiar su vida en región para poder mejorar en el corto y largo plazo sus expectativas laborales.

Sin embargo, no todo está perdido, ya que cada vez más son las empresas que deciden apostar por jóvenes y profesionales de regiones, los cuales se atreven a dejar su comodidad y viajar al extranjero a adquirir no solo una segunda lengua, sino también una experiencia para toda la vida. La apuesta ya está hecha.​


Fuente:
Aroa González


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