El día en que la zona sur vivió su propio cierre de IANSA

Fue en septiembre de 2008 cuando la planta Iansa Rapaco, ubicada 40 kilómetros al norte de Osorno, no fue capaz de contratar las hectáreas necesarias, dado que el precio no fue interesante para los productores, siguiendo el derrotero de Curicó.

La crisis de Iansa en Linares no tiene diferencias con la que vivenció esta zona en septiembre de 2008, a raíz del cierre de Iansa Rapaco –planta ubicada 40 kilómetros al norte de Osorno.

Y es que la forma en que una a una han ido desapareciendo las plantas productoras de azúcar de remolacha en Chile sigue el mismo patrón desde fines del siglo pasado.

En septiembre de 2008, el entonces gerente general de Iansa, José Luis Zabala, con poca estridencia, anunciaba la decisión de mantener cerrada la planta de Rapaco durante la temporada 2008-2009, pues no habían alcanzado a cubrir los contratos necesarios de remolacha para hacer eficiente las instalaciones.

"No lo veo como una crisis –dijo entonces-, estamos eficientando el negocio azucarero de la compañía, porque el tener una planta que opera con muy pocas hectáreas es muy caro", aseguró el ejecutivo, quien hasta una semana antes había intentado convencer a los agricultores de sembrar, pero sin éxito. Esto ocurrió justo después de tener la misma experiencia en Curicó.

Diez años después, fue el turno de Linares. En marzo de 2018, Álvaro Prieto, gerente Agrícola y de Operaciones de Iansa Agro, alababa la conveniencia del cultivo de la remolacha para los agricultores, pues “les permite tener un precio conocido a la firma del contrato, seguridad de compra del 100% de su producción, financiamiento de gran parte de los costos de dicha producción, y líneas adicionales de financiamiento para maquinaria y riego”, valoró. Sin embargo, ya alertaba que si no lograban reunir 5.000 hectáreas al 2019, la viabilidad de la misma se terminaba.

Y así fue: tal como en Osorno 10 años antes, la extensión proyectada fue menor a la requerida por falta de contratos y Iansa bajó la cortina, aunque los productores de la region del Maule insisten en que ellos sí habían logrado reunir las hectáreas que le habían pedido en marzo, por lo que acusan una enorme falta de seriedad.

Pero volvamos a lo nuestro. ¿Cuál era el contexto de 2008 que hizo a los agricultores de la zona abandonar la remolacha? Por ese entonces, los altos precios de la leche y la carne elevaron la demanda por tierras para ganado y cultivos que produzcan alimentos para estas cabezas. Todo en desmedro de ese cultivo. La unidad de Rapaco necesitaba al menos 1.200 hectáreas para operar, pero sólo logró obtener 800 y así, se vio obligada a cerrar.

Iansa explicó entonces que operar muchas plantas con poca remolacha tiene un costo operacional alto y lo que buscaba la compañía era concentrar esas operaciones en menos instalaciones y bajar los costos operacionales. Por ese entonces, la compañía ya importaba cerca del 50% de la producción de azúcar.

¿Y en Curicó? La razón para mantener cerrada la planta en Curicó en 2008 fue el avance de plantaciones frutales que le ganó espacio a la remolacha, es decir, también fueron los agricultores los que dejaron el cultivo.

A fines de la década pasada, Iansa decía que "la compañía no va a dejar botado a ningún agricultor; todo lo contrario -señalaron entonces-. Estamos potenciando el cultivo de la remolacha para las plantas de Linares, Chillán y Los Ángeles".

En 2018, sin embargo, tras el abrupto cierre de Chillán, llegó el turno de Linares, dejando en ascuas a cientos de agricultores, prestadores de servicios y al Gobierno con un fierro caliente. Pero una cosa es clara: la remolacha sigue en su lento proceso de desaparición, porque el azúcar de caña es más competitiva y, además, el consumo del dulce granulado va a la baja en todo el mundo.

LA RECONVERSIÓN DE IANSA RAPACO

A mediados de mayo de 2014, Iansa Rapaco comenzó a operar nuevamente de manera parcial y temporal, de la mano de una demanda más auspiciosa en nutrición animal, especializándose en la producción y comercialización de alimentos para ganado bovino y equino. En esta área, la compañía ha tenido un gran desarrollo en los últimos años, consolidando y aumentando los niveles de producción de su planta productiva ubicada en Quepe, región de La Araucanía.


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