Relleno Sanitario de Viña del Mar costó 500% menos que lo que podría costar Curaco

Puede recibir 1.500 toneladas de desechos que contrastan con 220 toneladas que se proyectan en Curaco. Su construcción permitió el cierre de 13 vertederos de la región de Valparaíso y costó $2.500 millones, es decir, $12.500 millones menos de lo que podría llegar a costar la iniciativa de la osornina si se llegara a aprobar su nuevo aumento presupuestario.

Fue la noticia de 2013. Mientras en la región de Los Lagos se licitaba la construcción de dos vertederos –La Laja en Puerto Varas y Curaco en Osorno- a un costo inicial de $7.000 millones cada uno que luego fue creciendo, en Viña del Mar se inauguraba la misma solución, capaz de recibir un 85% más de desechos que el proyecto de Osorno -1.500 toneladas diarias versus 220 toneladas- y un 76% más que el de Puerto Varas -1.500 toneladas diarias versus 360 toneladas-, a un costo de sólo 2.500 millones de pesos.

¿Las primeras diferencias? El financiamiento. Mientras los rellenos de la región de Los Lagos recibieron fondos provenientes del banco Alemán KBF por medio un préstamo al Gobierno chileno de $14.000 millones a cancelar por el fisc nacional, -$7.000 millones para cada una de las iniciativas- en la región de Valparaíso fue la comuna de Viña del Mar la que licitó un terreno para el desarrollo de una obra similar en la cual privados invirtieron $2.500 millones a cambio de una concesión… Ya decía alguien que se cuida más el dinero propio que la billetera de Moya…

Viña del Mar vio la luz en octubre de 2013 y en Los Lagos se levantaron voces que planteaban por qué la diferencia entre ambas iniciativas. A nivel nacional, se destacaba que en el terreno emplazado en el sector de Quebrada Verde, 12 kilómetros al suroeste del puerto de Valparaíso, el relleno sanitario El Molle inaugurado, por la entonces ministra de Medioambiente María Ignacia Benítez y el primero construido en la región de Valparaíso con una vida útil de 18 años, permitió el cierre de los colapsados comunas de Concón, Viña del Mar, Quilpué, Limache y Valparaíso, las que hasta la fecha botaban sus basuras en un vertedero ubicado en el mismo sector. Una situación similar a la de Osorno, pero con menos comunas.

Al poco tiempo, los proyectos de La Laja y Curaco eran suplementados en sus presupuestos –cada uno en 3.000 millones, es decir en 42,8% más-, en medio de una gran polémica regional, ya que se consideraba que no había justificación técnica para dicho incremento, considerando la comparación con Viña del Mar.

La Laja fue inaugurada dentro de los plazos establecidos, a un costo de $10.400 millones, en el mes de abril de 2016, solucionando el grave problema sanitario enfrentado por nueve comunas de la provincia de Llanquihue, con una vida útil de 30 años.

Las obras de Curaco, en tanto, fueron abandonadas por Servitrans en octubre de 2015, aduciendo fallas geológicas que primero fueron desmentidas por Sernageomin y luego ratificadas por una consultora privada recomendada por la misma compañía privada que se había adjudicado la licitación de 2013 en medio de una polémica, ya que se señalaba que no contaba con la experiencia suficiente para ejecutar los trabajos. El informe financiado por el Gore a un costo de $50 millones fue suficiente para que en diciembre de 2017, el cuerpo colegiado aprobara otros $5.000 millones para la obra, los que en caso de concretarse, harán que la solución sanitaria de la provincia de Osorno cueste un 500% que la de la región de Valparaíso, aunque con una capacidad de recepción mucho menor que tampoco es compensada con su mayor vida útil estimada en 30 años.

CONTRALORÍA EMPLAZA

El retraso en las obras de Curaco sobre la cual el Gobierno Regional se encuentra entre la espada y la pared, está a menos de un mes de recibir un nuevo estudio que determinará si procede o no incrementar el presupuesto de dichas obras a $15.000 millones. La premura radica en el colapso sanitario de los vertederos que debían ser reemplazados a esta fecha, tal como estableció un Informe de Contraloría cuyos resultados se conocieron el 5 de junio del año pasado, es decir, a más de un año del de la fecha en que el relleno de Curaco debía estar operando de acuerdo a la licitación. El organismo realizó dos observaciones relativas al cumplimiento de la labor de la Secretaría Regional Ministerial de Salud de la Región de Los Lagos y otros organismos, respecto de la implementación de los planes de cierre de vertederos municipales de las comunas de Puerto Montt, Fresia, Calbuco, Puerto Octay, Los Muermos, Frutillar, Osorno, Río Negro y Purranque, en concordancia con la normativa ambiental y sanitaria vigente.

Primero, la Contraloría apuntó que como aún se encontraban en operación los vertederos de Osorno y Río Negro, en atención a que no se había terminado la construcción del relleno sanitario provincial de Curaco, cuya entrega estaba prevista para el año 2011, debido a que la licitación de 2013 ya tenía un retraso de al menos tres años respecto del plan original, la Municipalidad de Osorno, titular de ese proyecto, debería instruir un proceso sumarial para establecer las eventuales responsabilidades administrativas de las gestiones insuficientes para la ejecución del plan de cierre y obras de ese plan no realizado. A su vez, ese municipio y el de Río Negro deberían reforzar los mecanismos de control para asegurar que la operación de sus vertederos se ajuste al decreto N°189, de 2005, hasta la habilitación y entrada en operación del relleno sanitario en referencia, lo que será verificado en una futura fiscalización.

Contraloría determinó además que a julio de 2016, las municipalidades de Los Muermos y Puerto Octay no habían terminado las obras de cierre que permitan realizar el seguimiento ambiental comprometido en sus proyectos de planes de cierre. Asimismo, los municipios de Frutillar y Purranque no habían iniciado la etapa de seguimiento de las variables ambientales desde los años 2014 y 2015, respectivamente. Por lo que dichas entidades edilicias deberán ejecutar las acciones necesarias con el objeto de finalizar las obras de cierre y de reportar a la Superintendencia del Medio Ambiente los resultados obtenidos en los monitoreos ambientales, informando documentadamente los avances a esta Entidad de Control en el plazo de 60 días hábiles, contados desde la recepción de este informe.

Y así, se sigue jugando la larga telenovela de los rellenos sanitarios de la región de Los Lagos, cuyo próximo capítulo está programado para el 26 de octubre, fecha en que será entregado el informe que abrirá o cerrará la puerta para suplementar el proyecto de Curaco.

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