¿A quién debería avergonzar las obras inconclusas en Osorno?

Juan Carlos Velasquez Mancilla

Por Juan Carlos Velasquez Mancilla Ex - Concejal de Osorno

Hoy son demasiadas las obras en infraestructura en Osorno convertidas en elefantes blancos. Honor y gloria a la ineficacia, a la escasa e improvisada planificación al momento de invertir los recursos.

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En contrapartida los osorninos debemos seguir sufriendo al ver cómo muchos de los proyectos viales se vuelven eternos; unos en veremos y otros en demandas ante los tribunales por las deficiencias técnicas que evidencia el Municipio de nuestra ciudad al estructurar los diseños y perfeccionar la contratación de dichas faenas. En la mayoría de los casos, según esgrime la parte demandante, se ha pagado como gasto (no hay relleno sanitario) y, eventualmente, el Municipio podría llegar a ser condenado a pagar (con nuestro dinero) millonarias indemnizaciones, o sea, la comuna pierde por todos lados: no hay vertedero, se vacían las arcas fiscales y Osorno es la segunda ciudad más contaminada de Sudamérica…¡Qué vergüenza!!!

Tales retrasos afectan directamente el desarrollo y la economía de nuestra amada urbe. Todos sufrimos. La calidad de vida merma, se deteriora. Los usuarios del transporte público deben emplear mayores tiempos de viaje y qué decir del significativo aumento en los costos de la operación vehicular para los vecinos que tienen que trasladarse a sus lugares de trabajo, además de ir a dejar a sus hijos al colegio, todos con horarios que cumplir.

Símbolos del caos y congestión insoluble de la red vial por saturación vehicular: Rahue, Ovejería y Francke, hoy con los mayores problemas. Pero esta parálisis de obras inconclusas en Osorno se origina, entre otros factores, por no contar con una CARTERA DE PROYECTOS cuya meta siempre debiera ser el bienestar y la prosperidad de los osorninos.

Con el nombre de San Mateo de Osorno, don García Hurtado de Mendoza, el 27 de marzo de 1558, entre dos ríos, fundó nuestra querida ciudad; es decir, Osorno nació hace 461 años y no hace 10 como suelen pensar algunas autoridades sin dejar de mirarse el ombligo y la punta de la nariz.

Lo correcto es señalar que cada autoridad realiza una verdadera carrera de postas en donde cada Concejo Municipal le entrega al que lo sucede, a manera de testimonio, las obras y planes de desarrollo de la ciudad, de tal suerte que Alcaldes y Concejales salientes dejaron herencias y legados, obras concretas “ya caminando” y otras en ciernes, también proyectos listos para ser ejecutados, sólo faltaba cortar la cinta. Algunos se marean al romper la champaña y, ya sin vergüenzas ni pudores, se visten con ropa de otros e inauguran sin empachos proyectos ajenos como propios… Por ejemplo, la doble vía de avenida Manuel Rodríguez, la conclusión de la continuación de avenida Vicuña Mackenna, avenida República con salida hasta calle Chorrillos, la construcción de la calle Julio Buschmann hasta avenida César Ercilla, Parque Chuyaca, Parque Bellavista, Parque IV centenario, Parque Chuyaca,el Mercado Municipal…, fueron obras concretizadas y estrenadas bajo la actual administración edilicia, sin embargo, como todos sabemos, estos proyectos quedaron listo bajo la administración del Alcalde anterior. Ósea Osorno no nació hace diez años.

¿Avanza Osorno? La actual administración ha construido algunas obras, qué duda cabe: el Edificio Atención al Vecino, la construcción de veredas y plazas en sectores poblacionales, sedes sociales,… muchos de estos proyectos, sin embargo, se han realizado con aportes del Estado vía recursos provenientes de FRIL, PMU, FNDR y otros fondos que no requieren más que presentar una carpeta de proyectos y luego son aprobados para su financiamiento.

¿Avanza Osorno? A paso cansino.

Pero qué pasa con las grandes obras, las decisivas al hablar del desarrollo y el bienestar de la población osornina?

¿Qué pasa, por ejemplo, con el Relleno Sanitario, lugar que acopiaría la basura de 7 comunas? Hoy judicializado, con una demanda contra la municipalidad por incumplir el contrato por más de 10 mil millones de pesos, más una generosa cifra de 4.900 millones que se piden para poder continuar con esta obra, vergüenza.

¿La semaforización? Inconclusa.

¿Qué hay del déficit hídrico y habitacional?

Contaminación ambiental desatada, somos casi la ciudad más contaminada de Sudamérica. Ríos emponzoñados en vías de exterminio, sometidos una obscena (por ilegal) sobreexplotación de áridos, que derriba puentes y ya ha generado muertes.

Y lo más reciente, la flamante PISTA DE PATINAJE EN HIELO, que los medios anunciaban con platillos y bombos: “La Municipalidad de Osorno inauguró la primera y única pista de patinaje en hielo del sur de Chile, junto a la Piscina municipal”(21 y 22/09/2018). Qué pasó, humo, fuego fatuo? La verdad es que esa pista de patinaje no existe, nunca se construyó, otra megaestructura tirada al tacho de la basura sin que nadie explique nada, no obstante los casi 600 millones de pesos convertidos en sal y agua.

Suma y sigue.

¿Qué ha sucedido con los recintos deportivos emblemáticos de Osorno en que se desarrollaban los campeones de Chile en deportes de alta competición? Y qué decir del mejor básquetbol del país, de los boxeadores y atletas que nos llenaban de orgullo?

La Pista atlética de la Villa Olímpica en total abandono lo mismo que el Estadio Parque Schott. ¿Sería una exageración gritar que el deporte osornino está prácticamente abandonado? Llevado a los números, obras convertidas en elefantes blancos , relleno sanitario ( 10 mil millones), mercado municipal ( más de 4.000 millones), pista patinaje en hielo (600 millones), instalación de semáforos ( cerca de 3.000 millones), Obras por un total 17.600 millones.

Ante tanto ejemplo patético de obras inconclusas, se espera que la improvisación jurídica e inadecuada gestión de los procesos de contratación, especialmente en lo referente a las especificaciones técnicas y ambientales de los proyectos, al igual que los atrasos y sobrecostos que fueron el común denominador de obras detenidas en Osorno, no se repitan con los llamados a licitación en futuras obras que urge realizar en la comuna, y que estén lo suficientemente blindadas para evitar a futuro más decepciones en esta materia.

Como es de público conocimiento, inevitablemente los resultados de una buena gestión que den prosperidad y bienestar a los ciudadanos están relacionados con la probidad y la transparencia de los actos públicos de toda autoridad electa o no por votación popular.

Ingresar al Siglo XXI implica relaciones fluidas, transparentes, probas y comprobables entre lo público y lo privado, cuya interacción procure el auténtico servicio y beneficio de la comunidad. Se necesita que empresas de reconocido prestigio y experiencia postulen a las grandes obras que envuelven cifras millonarias, comprometiendo su rol social en la entrega de su mejor esfuerzo en la realización de tales mega proyectos, adjudicados en licitaciones públicas, nítidas y a la vista de todos los ciudadanos a objeto de resguardar la adecuada inversión de los recursos públicos, sobre modelos financieros y contratos que expresen adecuadamente los elementos esenciales incluidos en las Bases de la Concesión para efectivamente concluir en obras de excelente calidad, en relación por ejemplo a los materiales, procesos de construcción, costos y plazos, que efectivamente brinden luego estabilidad y óptima funcionalidad al momento de entrar en operaciones.

De otra manera. El listado de obras inconclusas se incrementará ad infinitum. No sabemos si la desvergüenza pública también; sin embargo, no podemos continuar cambiando promesas electorales por elefantes blancos. Por ello es menester planificar el desarrollo de la ciudad al corto, mediano y largo plazo, renovando el “pacto social” de la carrera de postas entre las distintas autoridades.

En lo concreto e inmediato, urge contar con un Plan Regulador a la altura de una ciudad pujante y moderna como la nuestra con elevados índices de satisfacción de habitabilidad, agradable para vivir, a lo que se suma una empresa privada comprometida con el desarrollo y bienestar de ésta, capitales locales como el holding de la Feria Osorno, Cooprinsem, Ferretería Aleuanlli, Hess y Buchmann, Dimak, entre las más grandes, a las que se suman las pequeñas y medianas compañías aportando servicios y contratación de personal en pro también de la anhelada prosperidad.

El desarrollo urbanístico de nuestra ciudad debe ser efectivamente planificado, se necesitan puentes y calles proyectadas con sentido futurista para superar los famosos “tacos” o congestiones vehiculares, que llegaron ojalá no para quedarse; muchos estacionamientos al aire libre o subterráneos, finalmente apremian un terrapuerto y construir un puerto seco por señalar algunas de las grandes obras, que nos lleven nuevamente a entonar con orgullo la melodía del querido Guido Andrade.”…el forastero que te visita, te lleva prendido en el corazón…”

Información enviada a PL por: Juan Carlos Velasquez Mancilla
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