Una red de peces gordos

Eduardo Javier Barahona Kompatzki
Por Eduardo Javier Barahona Kompatzki, Psicólogo - Magíster.

En mi texto “el silencio encubridor no es negligencia. Parte2”, explico a grandes rasgos cómo funcionan las influencias de los jesuitas en nuestro país, en ella indico que van más allá de sus organizaciones directamente conocidas - Techo para Chile, Hogar de Cristo, entre otras - señalo que hay un ejército de muchos de sus exalumnos en política, en empresariado, en medios de comunicación, altas direcciones público y privadas, a saber, en todos los ángulos del poder. Sus colegios, además de educar – de muy buena manera – cumplen el rol de clubes a los que nunca se dejará de pertenecer, círculos en donde se conjuga poder, dinero y estatus.

Cuando se destapó el caso Renato Poblete se intentó transparentar – solo fue una tentativa ya que en agosto los jesuitas entregaron un informe ejecutivo de lo investigado por el abogado Waldo Bown, y, ahora, el 8 de Octubre, el Fiscal Regional Metropolitano Sur, Sr. Héctor Barros, junto a la Fiscal Jefa de Delitos VIF y Sexuales, Sra. Yazmin Salech, incautan el informe completo de la investigación realizada, confiando en que por fin tendremos lo real de lo simbólico de sus palabras – sin embargo, no fueron capaces de reconocer a sus encubridores y sancionar, sobre las poderosas relaciones que los Jesuitas han construido con la élite por muchos años.


¿Cómo parte esto?

Oscar Contardo en su texto Rebaño, señala que el Opus Dei le arrebata a los jesuitas la “clase alta” en temática de educación escolar en Santiago, y que, los Legionarios de Cristo, compiten con el Opus Dei sobre este mismo grupo privilegiado de nuestra población. Señala las competencias y rivalidades que se dan entre los distintos grupos religiosos católicos por este público objetivo y la manera en que los jesuitas habrían resuelto esta “pérdida de influencia” en y con la elite. Es el jesuita Felipe Berrios quién le detalla al autor del libro (cuento con su autorización para nombrarlo), sobre la estrategia que se habría utilizado para recuperar la influencia de los jesuitas en Chile, esta consistía en generar instituciones de beneficencia - Techo para Chile, voluntariados, etcétera- una vez que los jóvenes escolares entraran a la Universidad, existiendo aquí un exquisito cóctel de seducción: promesa de pertenencia a un grupo, la posibilidad de conocer a otros/as jóvenes, adherir a un horizonte benefactor que les reportaría prestigio y el sentido de estar trabajando en una organización que les aseguraba redes.

Entre 2012 y 2013, realicé un Magíster en la Universidad Alberto Hurtado, recuerdo que uno de mis compañeros, en la hora de un café, me señala: “Aquí en los años 90 se tejía el poder en Chile”, desde mi ignorancia al consultarle más detalle me explica algo así como: “Aquí existía un centro de estudios donde altos personajes de la concertación se reunía para hablar de política, del país y el mundo (…) era un centro que definía cargos para el país”. Si bien en ese momento no le presté mucha importancia, recuerdo que, a los días, un estudiante para jesuita me señaló que intentará, si andaba por Santiago, de ir a los ex “Martes Bellarminos”, espacio de encuentro y reflexión de distintas problemáticas de tipo país. Este centro, a fines de los años ´80 y en los ´90 tenía como anfitrión al fallecido Renato, y que en esos años tenía como agregado una cena mensual, que convocaba a ilustres personajes de la política, del mundo social, jurídico y empresarial de nuestro país.

Los "Martes Bellarminos" fue una de las mejores instancias que encontró Poblete y otros hombres de la Compañía y del mundo Laico, para codearse con la élite, el poder y el estatus. También, para ejercer influencia en materias importantes y en discusiones legislativas. Helmut Kramer, vocero de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, lo explica así: “La congregación Jesuita acompañó a la Concertación en el proceso de transición con parientes ligados al poder político, tejiendo redes en los más altos niveles. Pero no solo del poder político, sino también del económico, usando el Hogar de Cristo como el puente entre la congregación y los más altos empresarios del país”.

La relación entre los jesuitas y el mundo político siempre ha sido intensa, el objetivo de estas reuniones-cenas reservadas era tener una conversación franca sobre los principales problemas del país, dónde los jesuitas buscaban estar bien informados y, presentar, proponer e inducir, sus propios puntos de vista en reformas, por ejemplo, la de educación, con el ex Ministro Eyzaguirre. Si el Opus Dei y los Legionarios de Cristo hicieron sus mejores aliados cerca de la cordillera, los jesuitas fueron transversales: se quedaron en el centro de Santiago. Su mundo giró en torno a La Moneda y a los partidos políticos, sobre todo los de la Concertación de Partidos por la Democracia.

En el directorio del Hogar de Cristo han rotado personalidades siempre vinculadas a la élite. Hoy, por ejemplo, figura como director Bernardo Larraín Matte, presidente de uno de los gremios empresariales más importantes del país: la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), además de pertenecer al poderoso grupo Matte, controladores mayoritarios de Colbún S.A. Entre los miembros –todos ad honorem y con una vigencia de seis años en el cargo– también hay figuras ligadas al ala más conservadora de la Concertación, como Jorge Correa Sutil (secretario), democratacristiano y exsubsecretario del Interior en el Gobierno de Ricardo Lagos. Correa Sutil es columnista del diario El Mercurio y pertenece al estudio jurídico Balbontín Linazasoro y Cía., donde también trabaja Waldo Bown, el abogado que investigó, por petición de la Compañía de Jesús, los abusos de Renato Poblete. Además, defendió jurídicamente en 2014 a Celulosa Arauco y Constitución (Celco) ante el Tribunal Constitucional, tras la aparición de peces muertos en el río Cruces, cerca de Valdivia. Celco, la empresa de la que aún es director Alberto Etchegaray, quien también ha estado ligado a la congregación. Aparece también José Pablo Arellano, ex ministro de Educación, ex presidente presidente de la Comisión Justicia y Paz del Episcopado chileno. Uno de los directores laicos de la Universidad Alberto Hurtado, perteneciente a la Compañía de Jesús, es Alberto Etchegaray Aubry, ex ministro de Vivienda de Patricio Aylwin entre 1990 y 1994. El también empresario ha forjado una estrecha relación con los jesuitas desde 1987, cuando fue el encargado de logística de la visita del Papa Juan Pablo II. En 2005 se formó la Comisión Central Canonización Padre Hurtado, presidida por el Obispo de Temuco, Manuel Camilo Vial, y que tuvo entre sus miembros a Benito Baranda, Poblete, Precht y al propio Etchegaray.

Ellos, Jesuitas o laicos, sin meter a todos en el mismo gentío, han tejido una cuestionable red, lo cual discuto en forma y fondo en el cómo la han gestado, ya que ellos han desvirtuado algo que, pudiendo haber sido tremendamente positivo, lo entramaron siniestra e insana.

No me es raro, hoy, a la luz de los años que han pasado, releer la contratapa del proyecto educativo de la red educacional ignaciana quien tiene a la cabeza al Sr. Guillermo Baranda, la que dicta:

“El concepto de red es muy sencillo: un conjunto de nudos, todos pequeños e iguales, unidos por hilos relativamente débiles formando un tejido que se vuelve tremendamente fuerte y resistente, al mismo tiempo que flexible y ligero. Y esto las hace sumamente útiles, lo mismo para pescar que para dormir, para proteger como reja resistente o para cargar objetos pesados. El secreto de la red está en que sus nudos no sean demasiado grandes ni sus hilos demasiado fuertes. Está en la manera que se unen y enlazan los débiles miembros del tejido (…) Por eso los hilos que los unen son pieza clave. Por eso la gestión de la red es tan importante: mantener los nudos e hilos, su relación, su simetría. La gestión de la red es tarea de todos y todas. Pero en equipo, con funciones claras y metas comunes”.

Lamentablemente una red, como la tela de araña, símil a nuestra Justicia en Chile, solo atrapa moscas y no a los peces gordos.


Fuente de la información: Eduardo Javier Barahona Kompatzki
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