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Eduardo Javier Barahona Kompatzki
Por Eduardo Javier Barahona Kompatzki, Psicólogo - Magíster.

Chile merece ser un país justo. Con ciudades capaces de conectar sin exclusiones a sus diversos ciudadanos. Con un Estado, gobiernos, regiones, ciudades, municipios haciéndolos parte de las valiosas oportunidades que su recursos humanos y naturales le pueden ofrecer. Ciudades y regiones más justas, por lo mismo, comunas y territorios inclusivos e inteligentes, capaces de aprovechar la diversidad de talentos que la componen y la hace valiosa. Chile, por esta razón, requiere una modernización de su Estado, instalando un plan para restaurar la confianza y legitimidad ciudadana en las Instituciones, dónde, el país, se defina en lo justo. Un espacio que propenda a la igualdad relacional entre sus ciudadanos, condición necesaria para que las múltiples y ricas interacciones entre estos se manifiesten.

El país, las regiones, las ciudades así vistas son espacio de ciudadanía y de reconocimiento de igual dignidad entre sus habitantes, elemento fundante de una visión de justicia liberal. Una dignidad que se juega en cómo las oportunidades se articulan en torno al espacio público y al acceso a múltiples servicios fundamentales para una vida digna, clave entonces, una economía por el bien común…A fin de cuentas, se trata de ver a nuestro país, a nuestras ciudades, a nuestras regiones como un espacio compartido con un techo común bajo el cual se aspira a que se interactúe como iguales ciudadanos.

Creo en el bien entendido del libre mercado, pero, con un Estado moderno, con instituciones que lo controlen, supervisen, regulen y multen. Organismos competentes de la más alta calidad técnica y profesional que tenga en su visión y misión el bien-estar de nosotros, los ciudadanos.

Parto así desde una visión de desarrollo, ya que, desde mi perspectiva, el descontento emocional se debe, en gran parte, a un imperativo común: Los abusos. Ante esta serie de injusticias sostenidas por tanto tiempo, nuestros sentimientos se han polarizado hacia lo negativo transformando la alegría, el amor, la empatía en miedo, rabia y odio. ¡¡¡Y es que la inequidad ha sido feroz!!!

Desde la locura de Milton Friedman (padre del libre mercado), en Chile, los Chicago Chileans Boys, instalaron un modelo que planteaba una completa alternativa económica a la realidad que acontecía en nuestro país, esta, buscaba terminar con la economía cerrada, favoreciendo la inversión de privados y potenciando la comercialización hacia el exterior. Esta alternativa económica, en primera instancia funcionó bastante bien, nuestra economía país experimentó grandes avances, dónde, destacaron personajes tales como: Hernán Büchi, Joaquín Lavín, Cristian Larroulet, José Andrés Fontaine, entre otros.

Con la llegada del capitalismo a los primeros empresarios le comenzó a ir bien… bastante bien, y, como la lógica del mercado se tornó perversa, querían más. La fórmula para perpetuar el éxito no sólo fue generar una Constitución que hiciera de Chile un Estado subsidiario de lo que los privados no quieran o puedan hacer, era necesario también generar leyes a su antojo y conveniencia, por tanto, el siguiente paso era invitar a nuestros representantes políticos (Ministros, Seremis, Alcaldes, Diputados, Senadores, etcétera) a ser parte de este banquete, agasajo que generaba grandes y sabrosos sorbos monetarios simplemente promulgando algunas leyes: pesca, creación de las AFP, Isapres, carreteras concesionadas, cadenas de farmacia, etcétera, etcétera. Aquí hay entonces, una génesis de nuestro problema actual. En resumen, cuando exista dinero de por medio, tal como señalaba el gran Nicanor Parra (Q.E.P.D.) “La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”.

Que exista tal inequidad en la distribución de los ingresos en nuestro país, ES, en gran parte, culpa de la alicaída clase política, en esto, a diferencia del gato que nunca se pone el cascabel, ellos, y sobre todo los que llevan 30 ó más años sentados en sus cómodos sillones de la cámara alta o baja, son responsables.

Me gustaría ver presos a todos aquellos que firmaron o promulgaron los contratos de nuestras autopistas, a esos sinvergüenzas que firmaron a nombre de todos/as los chilenos/as un negocio que ha sido solo para algunos. Hoy pagamos más de un 65% en el uso de autopistas que hace 10 ó 12 años atrás, ¿cómo son tan descarados? No deja de llamarme la atención que, para entrar a Osorno, si uno viene desde Valdivia, por ejemplo, no le permitan utilizar el mismo cobro al pagado en el troncal principal, esto, porque, “no son la misma concesionaria”. Así también, si uno va a Puerto Montt, a su aeropuerto, tiene que pagar un dinero adicional si quiere ahorrarse uno minutos de no ingreso a la ciudad en pleno.

Me gustaría ver presos a los que legislaron, firmaron y promulgaron aquella ley que les permite traspasar a los/as cotizantes de las AFP las pérdidas que ellos experimentes en el mercado… Señores ¡¡¡Esa es su pega!!! ¡¡¡Y si cometen un error… asúmanlo ustedes!!!

Me gustaría ver presos y no con clases de ética a los dueños de las tres farmacias que se coludieron. Me da impotencia ver como mi padre, con una mísera jubilación tiene que ser abusado por los precios inflados de estas cadenas del robo.

Me gustaría ver presos, a los de cuello y corbata, en el caso “Cascadas”, a Julio Ponce Lerou y asociados que para mantener el control de Soquimich dañaron, considerablemente (8,3 millones de dólares) los fondos de pensiones de miles de chilenos vía AFP Provida. Dicha pérdida se produce, según señala el 24° Juzgado Civil de Santiago, por la manipulación en el precio de las acciones.

En esto pienso, ¿Es culpa de los empresarios? No, es culpa del sistema que les ha permitido una formula exitosa con todos los vaivenes de la misma. La culpa es de nuestros parlamentarios que han propiciado un sistema capitalista sin control, abusivo, y si, lo quisieron controlar fue a beneficio propio y del diseño. Este, nuestro sistema de libre mercado cuándo y desde que llegó a la política, se ha pervertido, generando verticalidad de los servicios queriéndonos hacer pensar que es fidelidad o fidelización.

Una apropiación vertical con carácter de fidelización es penada en cualquier parte del mundo con penas duras, donde si ganaste 100 la multa, junto a la cárcel, es que pagues 200, no como acá que el presidente (Dueño) de un banco, es también dueño de una cadena de farmacias, como así también dueño de una funeraria y dueño de una viña. A saber: Te “prestan” millones de pesos para adquirir tu casa, te quedas sin empleo, no puedes pagar los dividendos, te enfermas. Enfermo, siguen sin trabajo y caes en el alcohol. Sin trabajo, enfermo, alcoholizado te mueres. Este mismo servicio es verticalmente atendido por uno de los que fueron a las clases de ética, agradeciéndote tu fidelidad con el empresario. Mismo dueño que fue sancionado por el caso Penta acorde al financiamiento irregular en la política.

Muchos culpan al gobierno de turno ser el propulsor del hervor social, evento que rechazo. El gobierno actual recibió el golpe de knockout de algo que tiene más de treinta años de historia. Gran parte de nuestro país señala que el gobierno es sordo ante las demandas sociales, contexto ante el cual discrepo, es cosa de observar, en detalle, la sorpresiva, ética y profesional agenda y cargo que desarrolla el Ministro Briones.

Unos tantos más manifiestan de que es el Presidente quien no lidera una agenda proactiva al clamor de nuestra nación, si bien este punto queda en el entredicho, también, desmarco de toda responsabilidad a quien es, democráticamente electo, nuestro Presidente, ya que la proactividad se encuentra de frente con quienes deliberadamente quieren entorpecerla… cohartarla… mutilarla.

Clásicamente en Chile se habla de 3 poderes, yo agregaría un cuarto: El poder ejecutivo (encabezada por la figura del o la Presidente/a) dónde sus facultades “se extiende a todo cuanto tiene por objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad externa de la República”, por otro lado, el poder judicial cuya misión esencial es administrar justicia, y el poder legislativo, quien regula las atribuciones y funcionamiento del Parlamento, la discusión de los proyectos de ley, los vetos del Presidente de la República. Agregaría, a modo personal, el poder eclesiástico, en muchos casos un poder siniestro, símil a los tres anteriores, que encubre, abusa, discrimina y socava con la misma intensidad, o peor, bajo el alero de derecho al silencio de la confesión los más aberrantes delitos de cuello alzado.

Es improbable que, un Gobierno democráticamente elegido pueda ejecutar sus acciones, planes, proyectos o programas si un poder judicial y legislativo obra y piensa en sentido contrario. Es insostenible pensar que si no es desde la lógica de los pactos (dame tanto que yo te apruebo tanto) lo que creíamos como grandes acuerdos no hubiesen sido plausibles. Y en esto, responsabilidad mayúscula es de nuestro poder legislativo (Senadores y Diputados) quienes pactan acuerdos, algunos descabellados, por el vil bien individual dejando de lado lo general. Un ejemplo sencillo: La gran conmoción emocial-social del 18 de Octubre, tras dos meses de su emergencia, tenía un criterio común: BASTA DE ABUSOS. En esto había, en su mayoría, cinco dimensiones básicas: Mejoras en Pensiones, Aumento en el sueldo mínimo, salud (medicamentos), mejoras al transporte público, y, justicia, desde el ámbito de la igualdad, cuello y corbata más alza cuellos incluido. ¿Qué transformaciones han existido después de todo esto?

En el ámbito de pensiones, la indicación que fue aprobada dice que todos los beneficiarios de las pensiones solidarias tendrán un aumento de un 50%, es decir, sin gradualidad ni tramos, y con el horizonte de que las pensiones igualen el salario mínimo.

Concluyo que el proyecto omite que el nivel de pensiones que recibe la mayoría de los actuales jubilados no les permite siquiera satisfacer sus necesidades básicas y por tanto es un problema de sobrevivencia, ante la misma, con carácter de urgencia social y humanitaria. A mi juicio, no corresponde culpar a los trabajadores y trabajadoras porque no cotizaron lo suficiente, o porque viven más años o responsabilizar a las condiciones externas de una economía mundial que ya no permite obtener tasas de retornos como en la década de los ´80 o los ´90.

El gran problema es que un sistema de pensiones que descansa exclusivamente en un pilar como lo es las cuentas individuales de cada uno de nosotros, por construcción, está condenado a producir bajas pensiones, ya que presupone para cumplir su objetivo (pagar pensiones que permitan vivir en el país de origen) que son las personas que viven en el país las que deben adaptarse al sistema de pensiones establecido, cuando el enfoque debería ser al revés: Un país debería definir a través de una discusión democrática un sistema de pensiones que se adapte a la realidad de las personas que viven en el país, de tal forma que no comprometa su reproducción cotidiana y su ciudadanía.

Entonces, ¿Por qué no se legisló en lo profundo de las pensiones? a saber: a) que las perdidas las asuman las compañías de AFP, b) que se legisle sobre TODOS los pensionados, y no solo las del pilar solidario, mujeres y “clase media”, c) Procesos regulatorios, de supervisión y control eficientes y específicos, entre otros que permitan a sus pensionados ASEGURARLES buenas jubilaciones. Estas, tal como el origen de la misma la define, es una época de júbilo (Gozo, satisfacción) que el Estado debiera garantizar y no un estadio del desarrollo humano inhumano y si este, el estado lo quiere garantizar, debiese ser bajo la lógica de un Estado Moderno.

En términos de salario mínimo, se espera que, a marzo de 2020, el mismo, alcance un nivel de $300.000 líquidos. En este monto tengo puntos encontrados, por un lado me parece injusto y miserable tener un sueldo de tales alcances, así como también, encuentro que, tal como lo explica el Ministro Briones, hubiera sido de una irresponsabilidad mayúscula alcanzar el monto ideal de los $500.000. Sin embargo, en un proceso ordenado, y si aquí escalonado, hubiera llegado a ese monto a 5 años plazos, con un proceso contundente, robusto y estudiado.

En términos de salud y medicamentos, en lo último, descansa en nuestro poder legislativo, un proyecto de ley que propone la intermediación de medicamentos por parte de la Central de Abastecimiento de los Servicios de Salud (Cenabast) a almacenes farmacéuticos y farmacias privadas.

Finalmente, en términos de transporte público, se ajustó un acuerdo de rebaja del transporte a todos/as los mayores de 65 años en un 50%.

Entonces, cuidando el preciado bien que es la democracia y sus instituciones, es necesario construir un nuevo trato social y no a un pacto social. Un pacto nos va a llevar a nuevos consensos, consensos dónde la clase política se puede, nuevamente, ver envuelta. Un trato en cambio, es un nuevo diálogo, diálogo fecundo y constructivo que tiene un propósito… el de coexistencia. Aquí la clase política está al debe y es quien debe dar la cara para devolvernos a nosotros, los ciudadanos, el Estado. Y, somos nosotros, quienes, completamente bien informados, vayamos a las urnas en las próximas elecciones.

Dejo con ustedes algunos datos que hablan sobre el tiempo que llevan nuestros/as parlamentarios en el Congreso o en cargos designados de poder -en vista de entregar al lector información- algunos por más de 30 años. Juzgue usted el trabajo de cada uno de ellos/as, insistiendo que esto es sólo con fines informativos y sin afán de perjudicar a alguien o un “sector” político.

Estos datos son recogidos desde el sitio web de la cámara de Diputados y Senadores, dónde, por una cuestión de espacio, sólo nombro a los que llevan desde 12 años en adelante.

Comienzo por los/as de nuestra región, luego los que llevan entre 24 y 32 años, finalizando con los que llevan entre 12 y 24 años.


NOTA AL MARGEN

También me gustaría ver presos a los de alza cuello que han usado y abusado (sexual, de poder y de consciencia) a cientos y miles de niños, niñas, jóvenes y adultos. Así también a sus superiores o su mundillo laico que han encubierto, obstaculizado a la justicia, entregando información falsa, engañando deliberadamente a la justicia canónica y civil, guardado silencio o generado efecto oídos sordos y vista ciega.






Fuente de la información: Eduardo Javier Barahona Kompatzki
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