Paternidad en Tiempos de Pandemia

Doctor Stephania Passalacqua Hidalgo
Por la Doctora Stephania Passalacqua Hidalgo, Infectóloga Infantil del Hospital Base San José Osorno.

A la fecha llevamos más de 400 niños que resultaron positivos para COVID-19 a lo largo del país y menos del 2% se encuentran en este momento hospitalizados. ¿Cuál es la cifra con la que debemos ponernos nerviosos? es difícil de estimar porque cuando se habla de niños no hay cifra que mitigue la preocupación que despierta en la mayoría de los adultos, que desplazan su bienestar a un segundo plano cuando se trata de sus hijos y para un país la salud de los niños debiera ser uno de los temas principales en la agenda.

¿Qué sabemos de este nuevo virus? desgraciadamente pocas cosas. Eso sucede cuando recibimos sin previo aviso el ataque de algo no conocido y para lo que no estábamos preparados, lo que hace que las acciones que se toman con frecuencia parezcan improvisadas e incluso contradictorias. Los adultos actualmente nos sentimos impotentes porque no entendemos cómo proceder o porque no podemos mantener aquella estabilidad económica o laboral a la cual estábamos acostumbrados y además debemos mantener calma porque nuestros hijos nos miran y esperan de nosotros lo mejor… ¡Tremenda tarea!

Con los datos disponibles hasta el momento es posible decir que los niños serían la población menos afectada. Explicaciones para esto serían apresuradas pero lo cierto es que la mayoría que se contagia, lo hace con síntomas muy leves similares a un resfrío e incluso muchos ni siquiera presentan síntomas, lo que no significa que no sean capaces de excretar el virus y por tanto contagiar a otras personas. Por esto se les ha denominado “vectores”, lo que suena un tanto injusto, pero significa que pueden transmitir el virus a los contactos cercanos con acciones tan cotidianas como abrazar, besar o jugar.




Con esta información parece por el momento complejo imaginarse, por ejemplo, el retorno a clases, medida que en algún momento finalmente será implementada. Riesgo para ellos, sabiendo lo anterior parece muy bajo, pero el riesgo para los adultos como padres, profesores, administrativos de un colegio, etc., es difícil en este momento de establecer, especialmente cuando uno vive en una ciudad con alto número de contagiados como es Osorno.

Entonces, en tiempos de incertidumbres, ¿cómo continuamos?, pregunta tan difícil de responder, pero parece sensato decir que por ahora debemos aferrarnos a lo esencial, estar con nuestros seres queridos y aprovechar el tiempo en casa. No hablo necesariamente de tomar un curso o aprender un nuevo idioma, ni tampoco de reparar hasta la última esquina de la casa, sino de agradecer el estar juntos, que tenemos tiempo de jugar más con nuestros hijos, de influir quizá más en su aprendizaje, que no tiene por qué ser en este momento de algo académico, puede ser enseñarles a cocinar, entusiasmarse por la música, el arte, algún libro o película.

Hablo de aprovechar de aprender de nuestros hijos, esas criaturas que muchas veces sólo vemos de noche y fines de semana y crecen de manera acelerada sin darnos tiempo para conocer cuales son sus gustos, temores y sueños. Y, ¿que pasa si pierden el año escolar?, ¿es tan urgente salir del colegio a los 17 o 18 años?, esa respuesta quizá es más personal y no me compete como médico contestarla, pero creo que el conocimiento que se puede obtener en estos tiempos, quizá perdure en ellos de manera más profunda, para bien o para mal.

Tremenda tarea entonces la que tenemos, pero que eso no signifique un argumento para no intentarlo. Finalmente, el llamado es a estar atentos y dispuestos, porque nos están regalando una linda oportunidad para una nueva paternidad, una que difícilmente se repetirá y si lo hacemos bien, nuestros hijos en el futuro enfrentarán las crisis, de una manera que nos hará sentir orgullosos.



Fuente de la información: Marcos Lavado - Comunicaciones HBSJO
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