Educación Socioemocional: Una necesidad urgente

Educación Socioemocional
Por Marcelo Trivelli, Presidente de Fundación Semilla.

Después de cuatro meses en que todo el país se encuentra bajo toque de queda y la mayoría en cuarentena, en situaciones de hacinamiento, incertidumbre, miedo y enfermedad, se comienza a hablar que nos faltan capacidades y habilidades emocionales para enfrentar la crisis y que existe una necesidad de mejorar la convivencia en las casas para evitar la violencia, sobre todo las violencias hacia las mujeres, niñas y niños.

El ámbito de la educación, también está tensionado. Clases a distancia, dificultades de aprendizaje, brecha en acceso a conectividad digital y desconexión de las y los estudiantes con los equipos docentes, han dejado de manifiesto la necesidad de estrechar vínculos en las comunidades educativas para asegurar el aprendizaje, evitar la deserción escolar y aportar al bienestar de sus miembros.

En tiempos normales, el SIMCE contiene preguntas a las comunidades sobre los que se construyen los Indicadores de Desarrollo Personal y Social. El Clima de Convivencia se mide en un rango de 1 a 100. El promedio nacional para octavos básicos el año 2019 fue de 75 sobre 100, y el promedio de la región de Los Lagos fue de 76. Es decir, estadísticamente igual que para todo Chile.

Para nosotros en Fundación Semilla, que hemos dedicado años a la educación socioemocional y la convivencia, resulta frustrante que hayamos tenido que enfrentar esta terrible crisis para que la sociedad y el sector de la educación le asignen la importancia que tiene. Si bien la convivencia es uno de los objetivos de aprendizaje establecidos por el Ministerio de Educación, no es exactamente lo mismo que educación socioemocional.



La Política Nacional de Convivencia Escolar tiene un fuerte sesgo normativo, es decir un detallado compendio de normas disciplinarias complementado por la Ley de Aula Segura, para mantener la “mala conducta” bajo control. Por el contrario, sin desconocer que toda comunidad requiere contar con normas de convivencia, hoy es más necesario que antes, reforzar la educación socioemocional. Esta área no es una asignatura aislada, es un proceso que consiste en desarrollar competencias fundamentales y habilidades en estudiantes, y también en adultos, para que tengan una buena vida afectiva. Y este proceso deriva en un cambio cultural de estudiantes y adultos. Solo así podremos tener una convivencia sincera y efectiva.

Cuando el clima, la convivencia y el relacionamiento al interior de las comunidades escolares es bueno, está demostrado y así lo afirma la Agencia de Calidad de la Educación, que este ambiente escolar es la variable (de control) que mejor explica el aprendizaje. En otras palabras, convivencia tiene directa relación con mejor aprendizaje, mayor asistencia y menor deserción.


Comunicado de Prensa / Fuente: Matías Elicer / Fundación Semilla
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