Las conductas femeninas que más molestan a los hombres

Las conductas femeninas que más molestan a los hombres
Por el Dr. Franco Lotito C. - Académico, escritor e investigador (PUC-UACh)– www.aurigaservicios.cl

Así como hay conductas, actitudes, actos y gestos que tienen los hombres que molestan a las mujeres, así también hay ciertos comportamientos de las mujeres que, por cierto, también molestan a los varones.

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En esta primera parte, no referiremos a aquellas conductas emitidas por parte de las damas que incomodan a los hombres y, en una segunda parte –que será publicada en un par de semanas–, haremos referencia de todas aquellas conductas que realizan los varones que incordian, incomodan y molestan a las mujeres. La razón es muy simple: hay que ser justos y equitativos con ambas partes.

Si alguien quiere profundizar en aquello que vamos a analizar a continuación, es cosa que visite el sitio web: www.askmen.com (en castellano: www.pregúntenlealoshombres), donde aparece una enorme cantidad de información acerca de distintos aspectos que interesan, ocupan –y preocupan– a los varones.

Para algunos hombres resulta algo difícil tratar de entender el mundo de las mujeres, razón por la cual, les resultan molestos ciertos comportamientos que manifiestan y/o que realizan sus parejas.

Ahora bien, aquí no se trata de “aguantar” las conductas de la pareja que incomodan a los varones, con la finalidad de mantener una buena relación. De lo que sí se trata, es intentar comprender que las cosas que molestan a los hombres no son “mañas”, sino que de ciertas formas y/o símbolos que representan la manera distinta que tienen ellas para comunicarse. También se trata de aprender a ser algo más tolerantes por ambas partes.

A continuación, se analizan algunas de aquellas conductas que los varones odian de sus parejas, y que cuando se reúnen los amigos entre ellos, estas cosas salen a la luz. Se podrá discrepar y estar en desacuerdo con lo que se señala en esta página, pero son aquellas conductas femeninas que han sido listadas como las que más molestan:
  1. Llevarlos de compras: para muchos hombres no existe, simplemente, diferencia alguna entre un zapato con taco aguja u otro zapato con terraplén, ya que para los varones son sólo… zapatos. Es por esta razón que les carga –y les incomoda– vitrinear, o bien, pasar horas enteras eligiendo un par de pantalones. Lo anterior, porque la mayoría de los hombres son más directos y compran lo que les gusta sin darse muchas vueltas y sin darse el tiempo de mirar o buscar otras opciones, razón por la cual, les molesta que su pareja los pasee por horas por el mall.
  2. Usar el sexo como un arma: aquí hay una mala interpretación y/o percepción equivocada por parte de los varones, por cuanto, no es que las mujeres quieran usar el sexo como “moneda de cambio”, sino que para ellas es más difícil hacer una separación entre lo emocional y lo corporal, algo que los hombres sí pueden hacer. Si la pareja está peleada y la mujer no desea tener relaciones, el hombre siente que lo están castigando, pero en realidad, es que la pareja no tiene ganas porque existen algunos problemas en otro nivel de la relación. 
  3. Invadir el espacio personal: muchos hombres se sienten como ahogados en una relación que ellos califican de “claustrofóbica”. Sin embargo, no se trata de que las mujeres intenten en forma deliberada ahogar a sus parejas, sino que, a menudo, ellas necesitan saber cosas que sus compañeros no les dan a conocer, una actitud que suele ser interpretada como “una invasión del espacio personal”. Lo cierto, es que tanto hombres como mujeres requieren tener su espacio personal, con la finalidad de poder desarrollarse de forma independiente, espacios que cada una de las partes debe aprender a respetar.
  4. Ser celosa: se vuelve algo común que los varones aleguen por los supuestos “celos injustificados” por parte de sus parejas. Sin embargo, a veces sucede que no existen los celos sin razón, sino que se producen porque la pareja se siente amenazada por la presencia de otra mujer en el entorno cercano. Es por ello, que resulta relevante que el hombre explore con su pareja cuál es, en realidad, la razón de su conducta celosa.
  5. Hablar sin parar: los hombres se quejan de que cuando le preguntan algo a sus parejas, ellas responden en 10 minutos algo que no da para más de dos. Lo anterior sucede, porque las mujeres dan ciertos matices a los mensajes, pero dado el hecho que, en general, los varones tienen un estilo de comunicación más concreto, les incomoda que “alarguen” tanto la conversación.
  6. Ser demasiado sentimentales: no parece nada extraño que los varones se sientan algo incómodos cuando las mujeres son demasiado sentimentales. La razón es muy simple: en nuestra sociedad, esencialmente machista, el hombre está obligado a ser –o por lo menos parecer– como el más fuerte, lo que les dificulta manejar sus sentimientos y emociones, en función de lo cual, si ya les resulta complicado manejar su propia emocionalidad, mucho más les cuesta manejar la de sus parejas.
  7. Actuar inocente, casta y pura: algo que les molesta a los varones es que ellas oculten su pasado y actúen como si nada hubiera ocurrido antes de la actual relación de pareja. No obstante lo anterior, es preciso tener en cuenta, que cada persona tiene su propia historia, a raíz de lo cual, si lo que se quiere es mantener dicha relación, entonces cada una de las partes debe aceptar el pasado de la otra.
  8. Hablar en código: una de las frases más repetidas por los varones es: “¡Nadie entiende a las mujeres!”. En este caso, no se trata de que las mujeres se pongan de acuerdo para dejar fuera a los varones, sino que la “lectura emocional” por parte de los varones, es mucho más pobre, por lo cual, no son capaces de comprender los mensajes que les llegan desde las mujeres y puede llevar a algunos hombres a desesperarse, porque no saben qué es lo que su pareja les está pidiendo.
Digamos finalmente, que la enseñanza más importante que hay que rescatar de todo lo que se ha señalado más arriba, es la necesidad de aprender a ser más tolerantes el uno con el otro, al mismo tiempo que aprender a comunicarse de mejor manera, donde el mensaje verbal debe, obligatoriamente, ser coherente en un 100% con el mensaje no verbal –o corporal– que se está enviando.



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