Cero Basura al 2030: ¿Por qué no pensar en grande?

Diego Gerter Rojas
Por Diego Gerter Rojas, Candidato a Consejero Regional y Carlos Valdés Osorio

La “ley del bulldozer”, que empuja literalmente el problema para más adelante, ha sido infructuosa, peor aun, ineficiente al malgastar importantes sumas de dineros como por ejemplo en el relleno sanitario de Curaco. Es prioritario contar con una carta de navegación concreta y bien definida; un marco regulatorio que promueva y fomente el desarrollo de actividades tendientes a la valorización de los residuos. Una forma de ver un futuro en donde no exista “basura” es desde la economía circular.

Clínica Alemana Osorno El manejo de la “basura” ha sido una mala gestión constante que se ha presentado en todos los gobiernos. La “ley del bulldozer” (el mismo que empuja la “basura” en los vertederos) es la que ha primado, empujando literalmente el problema para más adelante.

Las experiencias que conocemos en nuestra región, lo demuestran. La provincia de Osorno está en un nivel crítico y ya es de público conocimiento el desastroso proyecto del Relleno Sanitario de Curaco. En la provincia de Llanquihue asoma el Relleno Sanitario La Laja, pero que a la fecha cuenta con multas debido a un proceso sancionatorio y se encuentra con medidas provisionales dictadas por la Superintendencia de Medio Ambiente. La provincia de Chiloé arrastra un serio problema de disposición de residuos desde mucho antes del inicio de la pandemia. Y la provincia de Palena es la que presenta un mejor desempeño, pero no por eso exento de graves problemas.

En el año 2008 en un informe de Diagnóstico Para Gestión Integral de Residuos Sólidos en Chiloé y Palena, elaborado por el Gobierno Regional, la Comisión Nacional de Medio Ambiente y la Universidad Católica de Valparaíso, señalaban que los lugares de disposición final de residuos de la provincia de Palena, ninguno contaba con autorización sanitaria.

Tabla de Sitios de disposición final


Los intentos por encontrar una solución han sido infructuosos, peor aún, ineficientes al malgastar importantes sumas de dineros. En lo único que se ha avanzado es en hacer más grande el problema, en saturar los vertederos y en hacer más grande la superficie que contiene la “basura”.

Ya en el informe del IPCC del año 2019 se establecía que nuestros residuos están directamente relacionados al calentamiento global y, por ende, a la actual Crisis Climática, que debe su aceleramiento a la acción antropogénica, desequilibrando nuestro entorno, el medio ambiente y nuestra salud, haciendo incompatible nuestra existencia con la de otros seres vivos.

La explicación y el origen del problema de la “basura” la podemos encontrar en el modelo económico que hemos venido utilizando. En la economía lineal los bienes se producen, se consumen y finalmente se desechan o descartan, sumado al sobreconsumo de bienes y servicios.

Llama la atención la falta de una mirada técnica y profesional, que evalúe la situación en el largo plazo con metas y objetivos alcanzables donde se involucren todos los actores de la sociedad. Es prioritario contar con una carta de navegación concreta y bien definida; un marco regulatorio que promueva y fomente el desarrollo de actividades tendientes a la valorización de los residuos. Una forma de ver un futuro en donde no exista “basura” es desde la economía circular.

Actualmente en nuestro país se procesa sólo el 2% de la basura. Si pensamos que cada persona produce 1,2 kilos diarios de basura, y que entre el 50% y 60% de nuestra basura es orgánica, cada familia está generando cada semana 15 kilos de residuos que producen gases de efecto invernadero, malos olores, riles que filtran a las napas y ríos, la concentración de vectores contaminantes como ratones y la inutilización de superficies cada vez más grandes de terreno en ciudades que crecen rápidamente y se encuentran con vertederos al lado de las viviendas.

Sin embargo detrás de todo este negro panorama, existe un gran potencial. Es posible tratar los residuos orgánicos a través de compostaje, plantas de biogás y producción de fertilizante. En Canadá por ejemplo el valor del gas proveniente de plantas de biogás puede alcanzar valores hasta 6 veces más que el gas de combustible fósil y, aun así, hay empresas que consumen ese combustible motivado por la utilización de energía limpia, ya que se han fijado metas de reducción de emisiones, por lo tanto convierte el desarrollo de plantas de biogás en un negocio atractivo.

Desde nuestro rol como Consejero Regional promoveremos la implementación de un Plan Cero Basura que contiene los siguientes pilares:

1) Fomentar la separación de residuos en origen, tanto a nivel domiciliario como en instituciones públicas y empresas privadas, asociados a un plan de educación ambiental que resalte el impacto de nuestras acciones de reciclaje.

2) Entrega de contenedores para separar en origen y retiro de residuos domiciliarios diferenciados por tipo.

3) Implementar una planta piloto de compostaje y generación de biogás con biodigestores por comuna, lo cual tiene un costo de 500 millones de pesos cada una. Con el dinero que debe pagar la Municipalidad de Osorno a Servitrans tras perder la demanda, se podría financiar a casi la provincia de Osorno completa.

4) Crear un Fondo de Fomento de Economía Circular para la creación de empresas que reutilicen residuos sólidos como plástico, vidrio, cartón, lata, etc. Ya que todo lo sólido es reutilizable. Actualmente existen fondos nacionales e internacionales que promueven este tipo de inversiones.

Si no se toma pronto la decisión de cambiar nuestra mirada respecto al manejo de la basura, el problema ya no será el costo de la inversión, sino no haber tomado la decisión a tiempo. Ahora es el momento.

Fuente: convergenciasocial.d25@gmail.com
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