“No solo de reconocimiento viven los pueblos sino de todos sus derechos políticos y territoriales”
Por Miguel Cheuquemán Vargas, integrante del equipo técnico del convencional constituyente Adolfo Millabur Ñancuil.
Territorio Kunko Pewun , 2021. (audio al final del escrito)
Cuando se habla de “reconocimiento” lo primero que pensamos es en la valoración positiva por algo que se ha realizado tanto en el plano individual como grupal, destacándose por lo sobresaliente e imitable ante los pares y colectividades cercanas. Pero esto no es a lo que me quiero referir, sino a la costumbre política de Chile que solo se ha quedado en los reconocimientos simbólicos cuando se trata de los pueblos indígenas, me explico, en Chile hay un feriado por el día de los pueblos indígenas, pero no estamos reconocidos en la constitución del país, es decir, solo declaraciones carentes de responsabilidad política, legal y económica.
En la discusión de la nueva constitución claramente hay que subsanar esta problemática, ya que es impensado que solo nos quedemos en los reconocimientos simbólicos sin avanzar al meollo de asunto indígena, como son sus territorios y digo territorios en como lo definen los tratados de derechos sociales, culturales y políticos firmados y ratificado por Chile, como la declaración de las Naciones Unidas sobre los pueblos indígenas. En ese sentido creo que hay que avanzar de manera clara y categórica hacia el establecimiento de la territorialidad indígena en todo el país, teniendo como base inicial las tierras que fuero reconocidas y demarcadas en el pasado, respecto de lo cual hay abundante literatura tanto en los archivos de la CEPI, CONADI y por supuesto el informe de Verdad histórica y nuevo trato de 2003. En el caso de esta zona, encontramos los títulos de Comisaria y títulos de Merced como los más amplios territorialmente, orientados en su mayoría hacia el poniente, aunque existen algunos en la zona precordillerana de los Andes.
El reconocimiento y restitución de estos territorios a su herederos vendría a descomprimir mucho las problemática de tierras. En esta zona permitiría que familias que no pueden acceder a tierras logren postular a algún mecanismo de compra o sesión de terrenos. Hay muchos países del mundo donde son pueblo indígena u originario los dueños de las tierras y las familias indígenas son ocupantes de los territorios lo que es una opción a considerar, ya que se debe descolonizar el sentido de la propiedad privada, porque sin tierras solo resta vivir en la ciudad.
Bueno, todo lo planteado se podría realizar en espacios territoriales autónomos, como son los “territorios especiales indígenas”, que ya he mencionado en algunas columnas anteriores y que para su implementación se requiere un reordenamiento territorial, organizacional y un visión política distinta que básicamente apunta a derechos territoriales amplios y concretos , derechos políticos y exenciones tributarias, tal como ya lo han hecho muchos países desarrollados, aquellos con los que la élite política gusta de compararse cada vez que puede.
Finalmente creo la actual situación sin duda es una gran oportunidad para todos y todas. Para los políticos tradicionales puedan decir que ellos no son los responsables de esta problemática. Para los pueblos originarios en demostrar que con territorio y autonomía política si se puede desarrollar un tipo de gobierno distinto y una economía con lógica y objetivos diametralmente diferente al capitalismo imperante . Para concluir solo recordar el dicho popular que dice : “más sabe el diablo por viejo que por diablo“, y si los mapuche estamos en este territorio por más de 12 mil años algo sabremos sobre las tierras por la que estamos luchando.
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Cuando se habla de “reconocimiento” lo primero que pensamos es en la valoración positiva por algo que se ha realizado tanto en el plano individual como grupal, destacándose por lo sobresaliente e imitable ante los pares y colectividades cercanas. Pero esto no es a lo que me quiero referir, sino a la costumbre política de Chile que solo se ha quedado en los reconocimientos simbólicos cuando se trata de los pueblos indígenas, me explico, en Chile hay un feriado por el día de los pueblos indígenas, pero no estamos reconocidos en la constitución del país, es decir, solo declaraciones carentes de responsabilidad política, legal y económica.
En la discusión de la nueva constitución claramente hay que subsanar esta problemática, ya que es impensado que solo nos quedemos en los reconocimientos simbólicos sin avanzar al meollo de asunto indígena, como son sus territorios y digo territorios en como lo definen los tratados de derechos sociales, culturales y políticos firmados y ratificado por Chile, como la declaración de las Naciones Unidas sobre los pueblos indígenas. En ese sentido creo que hay que avanzar de manera clara y categórica hacia el establecimiento de la territorialidad indígena en todo el país, teniendo como base inicial las tierras que fuero reconocidas y demarcadas en el pasado, respecto de lo cual hay abundante literatura tanto en los archivos de la CEPI, CONADI y por supuesto el informe de Verdad histórica y nuevo trato de 2003. En el caso de esta zona, encontramos los títulos de Comisaria y títulos de Merced como los más amplios territorialmente, orientados en su mayoría hacia el poniente, aunque existen algunos en la zona precordillerana de los Andes.
El reconocimiento y restitución de estos territorios a su herederos vendría a descomprimir mucho las problemática de tierras. En esta zona permitiría que familias que no pueden acceder a tierras logren postular a algún mecanismo de compra o sesión de terrenos. Hay muchos países del mundo donde son pueblo indígena u originario los dueños de las tierras y las familias indígenas son ocupantes de los territorios lo que es una opción a considerar, ya que se debe descolonizar el sentido de la propiedad privada, porque sin tierras solo resta vivir en la ciudad.
Bueno, todo lo planteado se podría realizar en espacios territoriales autónomos, como son los “territorios especiales indígenas”, que ya he mencionado en algunas columnas anteriores y que para su implementación se requiere un reordenamiento territorial, organizacional y un visión política distinta que básicamente apunta a derechos territoriales amplios y concretos , derechos políticos y exenciones tributarias, tal como ya lo han hecho muchos países desarrollados, aquellos con los que la élite política gusta de compararse cada vez que puede.
Finalmente creo la actual situación sin duda es una gran oportunidad para todos y todas. Para los políticos tradicionales puedan decir que ellos no son los responsables de esta problemática. Para los pueblos originarios en demostrar que con territorio y autonomía política si se puede desarrollar un tipo de gobierno distinto y una economía con lógica y objetivos diametralmente diferente al capitalismo imperante . Para concluir solo recordar el dicho popular que dice : “más sabe el diablo por viejo que por diablo“, y si los mapuche estamos en este territorio por más de 12 mil años algo sabremos sobre las tierras por la que estamos luchando.
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