Las estrategias de la ruleta que han dado la vuelta al mundo

La ruleta es uno de los pasatiempos más icónicos del mundo del casino y todo un ejemplo de adaptación a los nuevos tiempos y de digitalización de su actividad. El origen data del siglo XVIII en tierras francesas, donde se hizo muy popular y fue expandiéndose por todo el mundo. Y es que, en la actualidad, gracias a la consolidación de internet entre el gran público, está viviendo una segunda juventud aprovechando las ventajas que brinda la red y las nuevas tecnologías. El interés que despierta es creciente.

Con la migración a las pantallas, la ruleta online ha abierto a sus jugadores muchas posibilidades que antes ni siquiera se contemplaban. Una de las evoluciones más destacables es el hecho de que se puede contar con muchas modalidades del mismo juego, desde las más clásicas como la europea o la americana hasta las vinculadas a las nuevas tecnologías; pero también cabe subrayar la posibilidad de vivir el giro del mecanismo en vivo y en directo, acercando la acción al usuario, algo que se ha puesto de moda hace unos años.

Por lo que respecta a los tipos de ruleta con mejor acogida en internet, sobresalen dos modelos tradicionales por encima del resto. En primer lugar, la modalidad francesa, que es la más conocida y que se practica con tres crupieres y las reglas “en prisión” y “rendición”. Por otro lado, tenemos la variante americana, muy popular en Estados Unidos y en la red, y que destaca por tener el doble cero (00), la ausencia de la regla “en prisión”, la presencia de un solo crupier y una organización de números diferente.



Las estrategias más conocidas

Son muchos los aficionados a la ruleta que se informan sobre qué estrategias pueden servir para aumentar las posibilidades de premio, sobre todo, en relación con las apuestas sencillas. Uno de los sistemas más conocidos es la Martingala, tan conocida como antigua. Su funcionamiento es muy sencillo: cada vez que un jugador pierde, en el turno siguiente se dobla la apuesta. De esta manera, cuando se consiga el premio, se recuperará todo aquello invertido y hasta incluso se obtendrá un beneficio adicional por el desembolso inicial.

Otro de los nombres conocidos de este mundo es el del matemático Fibonacci, que consta de una secuencia numérica muy conocida entre los jugadores con más experiencia. El orden es fácil de aprender: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13… En definitiva, la suma de los dos números anteriores. Estas cantidades se deben multiplicar por la apuesta inicial y su objetivo principal es reducir al máximo las posibilidades de pérdida. En caso de ganancia, el jugador debe retroceder dos posiciones en la secuencia numérica y seguir el orden establecido.

El sistema D’Alembert también se basa en la progresión, pero es mucho menos agresivo que los dos anteriores. Se podría resumir en que un jugador realiza una apuesta sencilla de la misma cantidad mientras sigue ganando. Pero, en caso de pérdida, a la apuesta se le debe añadir una unidad adicional y seguir este modelo hasta que toque premio. Es considerado por los experimentados como un método conservador y que no obliga a apostar grandes cantidades para minimizar las opciones de pérdida.



Y terminamos con otra estrategia, en este caso menos conocida, como es la de Labouchère. Su complejidad es un poco más elevada que el resto de sistemas. En este caso, el jugador debe establecer un objetivo que quiere conseguir y dividir esa cantidad en otras más pequeñas que deberá representar en un papel en forma de secuencia. La primera apuesta será la suma de las cantidades situadas en ambos extremos. Si se gana, esas cantidades se eliminan y se pasa a jugar con la suma de los siguientes números; pero, en caso de pérdida, se añade la cantidad en un extremo y esta vuelve a entrar en juego.

Fuente: Agencia MI-yl

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