Gatos en la cárcel: Cómo los felinos transforman la vida de los reclusos en Chile
En el recinto penitenciario más antiguo y abarrotado de Chile, una historia inusual pero conmovedora se está desarrollando. Según Jack Nicas del New York Times, los reclusos de "la Peni", la principal penitenciaría de Santiago, han encontrado consuelo y compañía en cientos de gatos callejeros que han hecho de la prisión su hogar.
Los reclusos, como Carlos Núñez y Reinaldo Rodríguez, son los protagonistas de esta historia. Han adoptado informalmente a estos gatos, compartiendo con ellos no solo su espacio sino también su comida y afecto. La Coronel Helen Leal González, Alcaide de la prisión, también juega un papel crucial al reconocer y fomentar el impacto positivo de los gatos en el bienestar de los reclusos.
Los gatos, que inicialmente llegaron a la prisión para controlar las ratas, se han multiplicado hasta llegar a centenares. Con el tiempo, se ha observado que su presencia no solo ayuda a controlar las plagas sino que también tiene un efecto terapéutico en los reclusos. Estos felinos han creado un ambiente de cuidado y responsabilidad, ofreciendo a los reclusos una oportunidad de experimentar afecto y compasión.
Este fenómeno ha estado ocurriendo durante décadas en la Penitenciaría de Santiago. Sin embargo, fue solo recientemente que los funcionarios de la prisión y los observadores externos comenzaron a reconocer y documentar formalmente el impacto positivo de los gatos en la población carcelaria.
En un ambiente generalmente percibido como hostil y deshumanizado, la presencia de estos gatos está transformando la vida diaria de los reclusos. Está fomentando la empatía, la responsabilidad y el bienestar emocional, algo raramente asociado con el entorno carcelario.
Los reclusos han construido pequeñas casas para los gatos y los cuidan con devoción. Este cuidado mutuo ha demostrado ser beneficioso tanto para los humanos como para los animales. Los gatos ofrecen amor, afecto y aceptación, un respiro del ambiente opresivo de la prisión.
La comunidad, incluyendo organizaciones como la Fundación Felinnos y Humane Society International, ha respondido a esta situación única. Desde 2016, han estado trabajando para esterilizar y cuidar a los gatos, con la ayuda activa de los reclusos.
La historia de los gatos y los reclusos en la penitenciaría de Santiago es un recordatorio poderoso de la capacidad de los animales para traer luz a los lugares más oscuros. En un entorno donde la esperanza es a menudo escasa, estos felinos han proporcionado un sentido de propósito y compañía que trasciende las barreras de la prisión.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/2023/12/31/espanol/gatos-prision-santiago-chile.html
Los reclusos, como Carlos Núñez y Reinaldo Rodríguez, son los protagonistas de esta historia. Han adoptado informalmente a estos gatos, compartiendo con ellos no solo su espacio sino también su comida y afecto. La Coronel Helen Leal González, Alcaide de la prisión, también juega un papel crucial al reconocer y fomentar el impacto positivo de los gatos en el bienestar de los reclusos.
Los gatos, que inicialmente llegaron a la prisión para controlar las ratas, se han multiplicado hasta llegar a centenares. Con el tiempo, se ha observado que su presencia no solo ayuda a controlar las plagas sino que también tiene un efecto terapéutico en los reclusos. Estos felinos han creado un ambiente de cuidado y responsabilidad, ofreciendo a los reclusos una oportunidad de experimentar afecto y compasión.
Este fenómeno ha estado ocurriendo durante décadas en la Penitenciaría de Santiago. Sin embargo, fue solo recientemente que los funcionarios de la prisión y los observadores externos comenzaron a reconocer y documentar formalmente el impacto positivo de los gatos en la población carcelaria.
En un ambiente generalmente percibido como hostil y deshumanizado, la presencia de estos gatos está transformando la vida diaria de los reclusos. Está fomentando la empatía, la responsabilidad y el bienestar emocional, algo raramente asociado con el entorno carcelario.
Los reclusos han construido pequeñas casas para los gatos y los cuidan con devoción. Este cuidado mutuo ha demostrado ser beneficioso tanto para los humanos como para los animales. Los gatos ofrecen amor, afecto y aceptación, un respiro del ambiente opresivo de la prisión.
La comunidad, incluyendo organizaciones como la Fundación Felinnos y Humane Society International, ha respondido a esta situación única. Desde 2016, han estado trabajando para esterilizar y cuidar a los gatos, con la ayuda activa de los reclusos.
La historia de los gatos y los reclusos en la penitenciaría de Santiago es un recordatorio poderoso de la capacidad de los animales para traer luz a los lugares más oscuros. En un entorno donde la esperanza es a menudo escasa, estos felinos han proporcionado un sentido de propósito y compañía que trasciende las barreras de la prisión.
Fuente: https://www.nytimes.com/es/2023/12/31/espanol/gatos-prision-santiago-chile.html