Incremento de bandas criminales extranjeras intensifica la violencia y disputas territoriales

Incremento de bandas criminales extranjeras en Chile intensifica la violencia y disputas territoriales
En 2024, Chile enfrenta un notable aumento en la actividad de bandas criminales extranjeras, con al menos ocho organizaciones identificadas operando activamente en el país. Estas bandas provienen de Venezuela, Colombia, Perú y China, y se han infiltrado en diversos sectores, intensificando la violencia y las disputas territoriales, especialmente en Santiago y el norte de Chile.

El Tren de Aragua de Venezuela, conocido por su brutalidad, se concentra en el norte del país, involucrándose en extorsiones, robos, secuestros y homicidios. En Santiago, Los Espartanos y Los Chotas, ambos de Colombia, dominan áreas como los barrios Parque de Los Reyes, Matta y Franklin, donde cometen delitos que incluyen homicidios, tráfico de drogas y robos. Los Pulpos de Perú compiten directamente con Los Espartanos en el sector de Franklin.

Además, el Bang de Fujian de China, Los Valencianos, Los Melean y otras bandas como Nueva Generación y Del Callao de Perú, también tienen una presencia significativa en la capital. Estas bandas se dedican a una amplia gama de actividades ilícitas como narcotráfico, secuestro, extorsión, asesinato, trata de personas y tráfico de migrantes.

La influencia de estas bandas no solo se limita a las calles. Bandas operan dentro de las cárceles chilenas, con aproximadamente 600 activas, incluyendo tanto bandas extranjeras como nacionales. La interacción entre bandas dentro y fuera de prisión es una fuente constante de coordinación delictiva.

La llegada de estas bandas extranjeras ha provocado que las bandas chilenas se vuelvan más violentas para mantener su poder, aumentando así la peligrosidad a nivel nacional. Existe una intensa disputa por el control territorial en barrios claves de Santiago, y se están formando alianzas y reclutamientos cruzados entre las bandas para expandir su influencia.

Esta situación plantea serios desafíos para la seguridad pública y la estabilidad social en Chile, destacando la necesidad urgente de una estrategia efectiva para combatir el incremento de la violencia y el crimen organizado que estas bandas extranjeras traen consigo.


Fuente información: Agencia MI

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