Vladimir Putin asume su quinto mandato como presidente de Rusia en medio de boicot occidental
Vladimir Putin asume su quinto mandato como presidente de Rusia en una ceremonia boicoteada por varios países occidentales. Enfrenta un momento difícil marcado por la guerra en Ucrania y la dependencia bélica de la economía rusa.
El presidente ruso, Vladimir Putin, juró su quinto mandato en una ceremonia en el Kremlin. Aunque varios países occidentales boicotearon el acto debido a la guerra en Ucrania, Putin asumió el cargo tras una victoria electoral aplastante en marzo, donde enfrentó poca oposición significativa.
Ante unos 2.600 invitados, Putin pronunció un discurso destacando su "sagrado deber" de guiar a Rusia en tiempos difíciles. El presidente ruso pidió unidad y fidelidad, culminando su discurso con las palabras "juntos venceremos".
Putin se atribuyó la misión de salvar al pueblo ruso y preservar los valores tradicionales, haciendo un llamado a la sociedad civil, a los militares y al pueblo a unirse. Definió a Rusia como un "estado civilización" que necesita ser fuerte, evitando la agitación interna y cualquier oposición a su mandato.
Putin se mostró dispuesto a dialogar con Occidente si se respetan los intereses de Moscú, permitiendo a Rusia interactuar con las exrepúblicas soviéticas sin interferencia occidental. Reconoció que Rusia enfrenta un período difícil, en contraste con unos meses atrás, cuando estaba eufórico por frenar la contraofensiva ucraniana.
Este mandato se diferencia de los anteriores debido a la falta de oposición interna significativa. El opositor Alexei Navalni está encarcelado y otros disidentes están exiliados o han fallecido. La economía rusa depende en gran medida de la maquinaria bélica, lo que determinará el futuro del país en los próximos años.
Fuente información: https://www.dw.com/
El presidente ruso, Vladimir Putin, juró su quinto mandato en una ceremonia en el Kremlin. Aunque varios países occidentales boicotearon el acto debido a la guerra en Ucrania, Putin asumió el cargo tras una victoria electoral aplastante en marzo, donde enfrentó poca oposición significativa.
Ante unos 2.600 invitados, Putin pronunció un discurso destacando su "sagrado deber" de guiar a Rusia en tiempos difíciles. El presidente ruso pidió unidad y fidelidad, culminando su discurso con las palabras "juntos venceremos".
Putin se atribuyó la misión de salvar al pueblo ruso y preservar los valores tradicionales, haciendo un llamado a la sociedad civil, a los militares y al pueblo a unirse. Definió a Rusia como un "estado civilización" que necesita ser fuerte, evitando la agitación interna y cualquier oposición a su mandato.
Putin se mostró dispuesto a dialogar con Occidente si se respetan los intereses de Moscú, permitiendo a Rusia interactuar con las exrepúblicas soviéticas sin interferencia occidental. Reconoció que Rusia enfrenta un período difícil, en contraste con unos meses atrás, cuando estaba eufórico por frenar la contraofensiva ucraniana.
Este mandato se diferencia de los anteriores debido a la falta de oposición interna significativa. El opositor Alexei Navalni está encarcelado y otros disidentes están exiliados o han fallecido. La economía rusa depende en gran medida de la maquinaria bélica, lo que determinará el futuro del país en los próximos años.
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