Oropouche: el virus emergente que preocupa a América Latina y Europa

Oropouche: el virus emergente que preocupa a América Latina y Europa
El reciente aumento de casos y las primeras muertes confirmadas por el virus del oropouche han encendido las alarmas entre los expertos en salud pública. Sin vacunas ni tratamientos específicos disponibles, este virus, transmitido por la picadura del mosquito Culicoides paraensis, se ha convertido en una creciente amenaza en varios países de América Latina y, más recientemente, en Europa.

A finales de julio, las autoridades brasileñas confirmaron las primeras dos muertes relacionadas con el oropouche: dos mujeres en el nordeste del país, ambas sin condiciones de salud preexistentes. Este virus, que ha afectado a Brasil desde la década de 1950, cuando fue detectado por primera vez en Trinidad y Tobago, ha causado alrededor de 500.000 casos en ese país, aunque los investigadores creen que el número real podría ser mayor. Solo en lo que va del 2024, se han reportado 10.000 casos, una cifra significativamente superior a los 800 registrados en 2023.

La mayor parte de los casos en Brasil se concentran en la región del Amazonas, donde el oropouche es endémico. Además de Brasil, el virus ha sido reportado en Perú, Colombia, Ecuador, Argentina, Panamá, Bolivia, Cuba y varios otros países de la región.

El virus ha comenzado a extenderse más allá de las Américas. Desde junio de 2024, se han informado casos en España, Italia y Alemania. No obstante, la mayoría de estos casos involucraban a personas que habían viajado a Cuba, donde se confirmó un brote, o a Brasil, países que han sido epicentros recientes de la propagación del virus.

El oropouche suele manifestarse con síntomas similares a la gripe o al dengue. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que las personas infectadas pueden experimentar fiebre repentina, dolor en la parte posterior de los ojos, dolores de cabeza, dolor en las articulaciones, náuseas, vómitos y escalofríos. Aunque los síntomas suelen desaparecer en una semana, en un 60% de los casos pueden reaparecer días o semanas después, lo que hace que las recaídas sean un problema aún no completamente comprendido.

El virus también puede tener complicaciones más graves, como encefalitis y meningitis, enfermedades que inflaman las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Recientemente, el Ministerio de Salud de Brasil ha advertido sobre posibles vínculos entre el oropouche y defectos cerebrales en bebés, como la microcefalia, similar a las complicaciones observadas con el virus Zika. Hasta ahora, se han reportado cuatro casos de microcefalia y una muerte fetal posiblemente asociada al virus, aunque los científicos continúan investigando.

El oropouche se transmite principalmente a través de la picadura del mosquito Culicoides paraensis, aunque también puede encontrarse en primates y otros animales como osos perezosos. No hay evidencia de que se transmita por contacto entre personas o por el aire, aunque un informe del Ministerio de Salud de Brasil sugiere que el virus podría pasar de madre a feto.

Dado que no existen vacunas ni tratamientos antivirales específicos para el oropouche, las autoridades sanitarias recomiendan medidas preventivas para evitar las picaduras de mosquitos, como el uso de ropa protectora, repelentes, instalación de mallas en puertas y ventanas, y la eliminación de agua estancada en los alrededores de las viviendas. Los mosquiteros, aunque útiles, podrían no ser completamente eficaces debido al pequeño tamaño de los mosquitos que transmiten el virus.

El cambio climático y la deforestación han contribuido al aumento de los brotes de oropouche en zonas urbanas, lo que expande la propagación del virus más allá de las áreas selváticas tradicionales. Al igual que ha ocurrido con enfermedades como el dengue, zika y chikungunya, el oropouche podría convertirse en una amenaza global si no se controlan sus brotes. La revista The Lancet lo clasifica como una "amenaza emergente para la salud mundial", subrayando la urgente necesidad de investigaciones adicionales y un mejor acceso a pruebas de diagnóstico.

La falta de tratamientos específicos para el oropouche complica su control. Los pacientes solo reciben tratamiento sintomático para aliviar los dolores, la fiebre y las náuseas. Ante la rápida propagación de este virus, las autoridades y expertos en salud hacen un llamado a intensificar los esfuerzos de investigación y desarrollo de vacunas para evitar que el oropouche se convierta en una crisis de salud pública a gran escala.


Fuente información: https://www.bbc.com/mundo/articles/c15gwvgy8w8o / https://www.paho.org/es/noticias/24-7-2024-preguntas-respuestas-sobre-virus-oropouche
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