Comunidad de Currupulli supera problemas con suministro de agua
La presidenta del Sistema de Agua Potable Rural (APR) de Currupulli, Ivonne Pradines, reveló detalles sobre los recientes problemas que afectaron el suministro de agua en la localidad, ocasionados por una avería en la bomba que abastece a la comunidad, incluidos el colegio local, el Hospital Pu Mülen Quilacahuin y otros sectores como Las Juntas, Bellavista y Quilacahuin.
Pradines explicó que el problema comenzó cuando la bomba, con más de diez años de uso, sufrió un desperfecto y que luego derivó en la caída de parte de la tubería y cables a una profundidad de 47 metros en el pozo de 80 metros. A raíz de este incidente, los trabajos de reparación, que inicialmente estaban presupuestados para durar dos días, se extendieron debido a la complejidad del retiro de los componentes que quedaron atrapados.
Ante la urgencia de restablecer el suministro de agua, el equipo del APR trabajó junto a Eduardo Carrasco, encargado de Emergencias de la Municipalidad, para buscar soluciones inmediatas. Como medida provisional, el colegio y el hospital recurrieron a estanques de agua de reserva, mientras que el APR gestionaba la compra de cinco camiones aljibe, con un costo de 168 mil pesos cada uno, para abastecer a las instituciones y a la comunidad.
La presidenta del APR destacó el compromiso de la comunidad, que respondió de manera solidaria a las restricciones en el suministro de agua, permitiendo que el servicio se mantuviera a pesar de las dificultades. Durante dos días consecutivos, el APR adquirió agua para garantizar el funcionamiento del hospital y minimizar el impacto en los habitantes de Currupulli.
Uno de los principales desafíos que enfrentó el APR fue la lentitud en los procesos burocráticos necesarios para obtener la declaración de emergencia y el apoyo financiero requerido. Pradines expresó su frustración ante la falta de recursos y apoyo inmediato, destacando que, a pesar de haber informado oportunamente sobre la situación a las autoridades comunales, las respuestas y acciones fueron lentas. “Lo que más critico es la burocracia. No puede ser que en una emergencia tengamos que esperar días para recibir una respuesta”, afirmó Pradines, quien aprovechó de manifestar su público agradecimiento a la Delegada Presidencial Provincial Osorno, Claudia Pailalef Montiel, por la gestiones que realizó para agilizar los tramites y la ayuda.
Afortunadamente, los trabajos de reparación avanzaron, y el domingo 13 de octubre por la noche la bomba estaba nuevamente operativa, permitiendo la normalización del suministro de agua en la comunidad. Pradines agradeció a las directivas anteriores del APR, que habían dejado una bomba de repuesto y mantenido un buen sistema de gestión, lo que permitió una resolución más rápida del problema.
A pesar de haber superado la crisis, el APR de Currupulli enfrenta ahora el desafío de recuperar los fondos utilizados para resolver la emergencia. Pradines señaló que el APR quedó con recursos limitados tras los gastos en la compra de agua y la reparación de la bomba. “Quedamos prácticamente sin fondos, por lo que ahora debemos buscar apoyo para recuperar lo gastado”, explicó la presidenta.
La comunidad de Currupulli se mantuvo unida y colaboró en todo momento para enfrentar la emergencia, mostrando un alto nivel de responsabilidad y comprensión. A futuro, el APR espera poder contar con un apoyo más ágil de las autoridades para evitar que situaciones similares generen una afectación tan prolongada en los servicios básicos de la localidad.
Fuente información: C. Lobo M.
Pradines explicó que el problema comenzó cuando la bomba, con más de diez años de uso, sufrió un desperfecto y que luego derivó en la caída de parte de la tubería y cables a una profundidad de 47 metros en el pozo de 80 metros. A raíz de este incidente, los trabajos de reparación, que inicialmente estaban presupuestados para durar dos días, se extendieron debido a la complejidad del retiro de los componentes que quedaron atrapados.
Ante la urgencia de restablecer el suministro de agua, el equipo del APR trabajó junto a Eduardo Carrasco, encargado de Emergencias de la Municipalidad, para buscar soluciones inmediatas. Como medida provisional, el colegio y el hospital recurrieron a estanques de agua de reserva, mientras que el APR gestionaba la compra de cinco camiones aljibe, con un costo de 168 mil pesos cada uno, para abastecer a las instituciones y a la comunidad.
La presidenta del APR destacó el compromiso de la comunidad, que respondió de manera solidaria a las restricciones en el suministro de agua, permitiendo que el servicio se mantuviera a pesar de las dificultades. Durante dos días consecutivos, el APR adquirió agua para garantizar el funcionamiento del hospital y minimizar el impacto en los habitantes de Currupulli.
Uno de los principales desafíos que enfrentó el APR fue la lentitud en los procesos burocráticos necesarios para obtener la declaración de emergencia y el apoyo financiero requerido. Pradines expresó su frustración ante la falta de recursos y apoyo inmediato, destacando que, a pesar de haber informado oportunamente sobre la situación a las autoridades comunales, las respuestas y acciones fueron lentas. “Lo que más critico es la burocracia. No puede ser que en una emergencia tengamos que esperar días para recibir una respuesta”, afirmó Pradines, quien aprovechó de manifestar su público agradecimiento a la Delegada Presidencial Provincial Osorno, Claudia Pailalef Montiel, por la gestiones que realizó para agilizar los tramites y la ayuda.
Afortunadamente, los trabajos de reparación avanzaron, y el domingo 13 de octubre por la noche la bomba estaba nuevamente operativa, permitiendo la normalización del suministro de agua en la comunidad. Pradines agradeció a las directivas anteriores del APR, que habían dejado una bomba de repuesto y mantenido un buen sistema de gestión, lo que permitió una resolución más rápida del problema.
A pesar de haber superado la crisis, el APR de Currupulli enfrenta ahora el desafío de recuperar los fondos utilizados para resolver la emergencia. Pradines señaló que el APR quedó con recursos limitados tras los gastos en la compra de agua y la reparación de la bomba. “Quedamos prácticamente sin fondos, por lo que ahora debemos buscar apoyo para recuperar lo gastado”, explicó la presidenta.
La comunidad de Currupulli se mantuvo unida y colaboró en todo momento para enfrentar la emergencia, mostrando un alto nivel de responsabilidad y comprensión. A futuro, el APR espera poder contar con un apoyo más ágil de las autoridades para evitar que situaciones similares generen una afectación tan prolongada en los servicios básicos de la localidad.
Fuente información: C. Lobo M.